jueves, 10 de septiembre de 2009

Afganistán: Elecciones polémicas en medio de la Guerra


Continúa el lento recuento de los votos tras las elecciones presidenciales y provinciales en Afganistán. A medida que pasan los días, las denuncias de «fraude masivo» van materializándose en informaciones concretas sobre gravísimas irregularidades que añaden nuevas sombras de duda a la legitimidad de los comicios presidenciales y provinciales del pasado 20 de agosto.

El diario The New York Times, citando fuentes diplomáticas occidentales anónimas, informó ayer que hasta 800 colegios electorales en regiones habitadas por pastunes --etnia del presidente afgano Hamid Karzai– que nunca abrieron sus puertas han acabado enviando a la comisión electoral actas en las cuales se contabilizan cientos o miles de votos en favor del jefe del Estado saliente.

«Se trata de un fraude en masa», denunciaron dichas fuentes. Con cerca de las tres cuartas partes de los votos escrutados, Karzai encabeza el recuento con cerca del 49% de las papeletas, mientras que su exministro de Exteriores, Abdulá Abdulá, se mantiene en segunda posición con un 32%. Las denuncias de fraude tienen una gran importancia ya que las cifras actuales colocan a Karzai muy cerca de la mayoría absoluta --un 50% de los votos-- lo que le evitaría tener que jugarse la presidencia en una segunda ronda con Abdulá Abdulá, quien, además, podría aglutinar el voto del descontento.

MÁS IRREGULARIDADES / Las irregularidades denunciadas por el rotativo estadounidense son amplias. Los simpatizantes de Karzai se apoderaron de aproximadamente otros 800 centros de votos y los emplearon para enviar a la comisión electoral actas con decenas de miles de votos en favor de Karzai. Según fuentes diplomáticas, en algunas regiones del sur, el número de votos en favor del presidente saliente puede exceder al número de electores que acudió a las urnas en una proporción de uno a diez. En la provincia de Kandahar, por ejemplo, se han contabilizado hasta 350.000 papeletas en favor de Karzai, aunque se estima que solo 25.000 personas votaron.

Para intentar calmar las denuncias, la comisión electoral trata de dar muestras de efectividad frente a las tentativas de manipulación del proceso electoral. Según Zekria Barakzai, uno de sus dirigentes, hasta 200.000 votos fraudulentos han sido anulados durante el escrutinio, la mayoría de ellos procedentes del sur del país, el granero electoral del presidente saliente.

Todo ello amenaza con salpicar a la Administración Obama, quien, en el periodo preelectoral, en numerosas ocasiones, marcó distancias con Karzai y con su entorno. Si la victoria del actual presidente acaba por materializarse, es posible que Washington se vea obligado a defender durante los próximos cinco años a una institución considerada por la mayoría de los afganos como «ilegítima». «Durante cinco años, Karzai ha sido mi presidente», dijo Ashraf Ghani, un candidato a presidente de las filas opositoras, antes de preguntarse: «¿Cuántos afganos le considerarán presidente ahora?».

Los altos funcionarios estadounidenses han mantenido un prudente silencio acerca de las acusaciones de fraude. Pero, tal y como reconocen esas mismas fuentes, «la ausencia de declaraciones públicas no significa ausencia de la preocupación» por la evolución de los acontecimientos. «La preocupación crece» en Occidente «debido a la corrupción, la cultura y el tráfico de opio, el terrorismo, y ahora el fraude electoral», valora Wadir Safi, profesor de la facultad de Ciencias Políticas en Kabul.

ENTREVISTA DE KARZAI / En una entrevista con el diario francés Le Figaro, Karzai se defendió de las denuncias de corrupción y contraatacó acusando a Estados Unidos de atacarle «bajo mano para que sea más dócil». «pero a nadie le interesa un presidente dócil», espetó.
Como método para contraatacar, Karzai ha elevado el tono de sus críticas acerca de los daños colaterales causados por los bombardeos de las fuerzas extranjeras.

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