El 5 de septiembre se celebra el Día Internacional de la Mujer Indígena, instituido el año 1983 durante el Segundo Encuentro de Organizaciones y Movimientos de América en Tihuanacu (Bolivia). La fecha fue instituida porque un 5 de septiembre de 1782, una mujer indígena muere cruelmente torturada. En su honor se eligió conmemorar esa fecha como el Día Internacional de la Mujer Indígena. Esa mujer se llamaba Bartolina Sisa.
Bartolina, como muchas jóvenes, creció en su ayllu y era tejedora e hiladora de caito hasta que conoce a Tupac Katari, con quien después se casaría. Junto a Tupac Katari, en la zona de la Paz y Tupac Amaru y Micaela Bastidas, en el Cuzco, Perú, organizan a los quechuas y aymaras en su lucha contra el yugo español.
Entre muchas acciones realizadas por estos líderes y lideresas indígenas, destaca el cerco a la ciudad de La Paz, en 1781, que se extendió por más de 100 días y donde se anotan una victoria a favor. Bartolina no era una más en estas lides, sino que comandaba los ejércitos quechua-aymaras con gran éxito.
Bartolina, como muchas jóvenes, creció en su ayllu y era tejedora e hiladora de caito hasta que conoce a Tupac Katari, con quien después se casaría. Junto a Tupac Katari, en la zona de la Paz y Tupac Amaru y Micaela Bastidas, en el Cuzco, Perú, organizan a los quechuas y aymaras en su lucha contra el yugo español.
Entre muchas acciones realizadas por estos líderes y lideresas indígenas, destaca el cerco a la ciudad de La Paz, en 1781, que se extendió por más de 100 días y donde se anotan una victoria a favor. Bartolina no era una más en estas lides, sino que comandaba los ejércitos quechua-aymaras con gran éxito.
Esa fuerza y tesón de esta gran luchadora aymara es la que ha trascendido la historia. Sin embargo, en el mes de julio de 1781, Bartolina Sisa es apresada y un 5 de septiembre de 1782 es sentenciada a muerte junto a su cuñada Gregoria Apaza, otra gran heroína aymara. Ambas son torturadas y vejadas públicamente por las calles de La Paz. Bartolina es ahorcada y descuartizada, para dejar cada una de sus extremidades en los lugares donde ella comandó las tropas indígenas. Su cabeza fue colgada en la localidad de Jayujayu (provincia de La Paz).
Así se pretendió amedrentar a los aymaras y quechuas que los seguían para terminar con los atropellos y abusos de los españoles. Los tiempos han cambiado, indudablemente, pero las Bartolinas de hoy, inmersas en un mundo globalizado, siguen luchando por mejorar sus condiciones de vida y de sus pueblos, luchando contra un sistema económico brutal que arrasa con pueblos enteros. Luchando contra el racismo y la discriminación aún presentes. Luchando por un mundo mejor para todos y todas, con mayor justicia social, con respeto por la diversidad cultural, con respeto por la dignidad de las personas.
La mujer indígena es portadora vital de la herencia cultural, la que enseña la lengua ancestral a los hijos e hijas, la que continúa con las tradiciones, la que resiste las diferentes formas de violencia estructural precisamente por su triple condición de excluída: ser india, ser pobre, ser mujer.
La sobrevivencia de nuestros pueblos se debe en gran parte a la lucha anónima y tenaz de las mujeres indígenas; sea en el campo o en la ciudad, ellas desempeñan un papel fundamental en la lucha contra la pobreza, el hambre y la exclusión social y étnico-cultural, y hacen posible el mantenimiento de la unidad familiar sobretodo en el medio rural.
El tiempo ha transcurrido, pero las Bartolinas de hoy luchan día a día por mantener vivo su conocimiento ancestral, luchan contra el racismo y la discriminación que aún sigue presente, luchan por un mundo mejor para toda la sociedad, en donde exista respeto por la diversidad cultural, la visibilización de los pueblos originarios, luchan por una nueva forma de relación entre el mundo indígena y no indígena basado en el respeto y la valoración por el otro.
Publicado en el Blog "Género con Clase"
Así se pretendió amedrentar a los aymaras y quechuas que los seguían para terminar con los atropellos y abusos de los españoles. Los tiempos han cambiado, indudablemente, pero las Bartolinas de hoy, inmersas en un mundo globalizado, siguen luchando por mejorar sus condiciones de vida y de sus pueblos, luchando contra un sistema económico brutal que arrasa con pueblos enteros. Luchando contra el racismo y la discriminación aún presentes. Luchando por un mundo mejor para todos y todas, con mayor justicia social, con respeto por la diversidad cultural, con respeto por la dignidad de las personas.
La mujer indígena es portadora vital de la herencia cultural, la que enseña la lengua ancestral a los hijos e hijas, la que continúa con las tradiciones, la que resiste las diferentes formas de violencia estructural precisamente por su triple condición de excluída: ser india, ser pobre, ser mujer.
La sobrevivencia de nuestros pueblos se debe en gran parte a la lucha anónima y tenaz de las mujeres indígenas; sea en el campo o en la ciudad, ellas desempeñan un papel fundamental en la lucha contra la pobreza, el hambre y la exclusión social y étnico-cultural, y hacen posible el mantenimiento de la unidad familiar sobretodo en el medio rural.
El tiempo ha transcurrido, pero las Bartolinas de hoy luchan día a día por mantener vivo su conocimiento ancestral, luchan contra el racismo y la discriminación que aún sigue presente, luchan por un mundo mejor para toda la sociedad, en donde exista respeto por la diversidad cultural, la visibilización de los pueblos originarios, luchan por una nueva forma de relación entre el mundo indígena y no indígena basado en el respeto y la valoración por el otro.
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