Más de 47 incendios forestales afectan aproximadamente 16 mil hectareas de bosque nativo. El gobierno y los politicos de derecha han salido a la casería del movimiento mapuche, acusando a ellos y a grupos anarquistas de ser los responsables de la catastrofe, producto de las jornadas de protesta en conmemoración de la muerte del weichafe Matias Catrileo a manos de la policia.
Detrás de esto se encuentra la práctica desmedida de la inversiónes
transnacionales y la falta de regulación por parte del gobierno. Aqui
les dejo uno de los articulos que analiza el actual momento.
Con histeria y mentiras Gobierno oculta las razones de incendios forestales
Este fin de semana, en la Región del Bío bío,
los incendios forestales han provocado cuantiosas pérdidas que se suman
a las que ya habían ocasionado en Arauco y en Quillón. Según CONAF han
surgido 18 focos. Entre estos, uno en Florida que incineró una casa en
el sector San Lorenzo, otros dos incendios cerca de Quirihue, otro en el
sector del lago Lanalhue, provincia de Arauco, también se tuvo que
combatir un foco camino a Santa Juana, además en el cerro Chepe y en el
valle Nonguén de Concepción.
Todos
estos siniestros, menos el del cerro Chepe, han surgido en medio de
plantaciones forestales de pinos y eucaliptos, incluso en predios de
grandes forestales. En el caso del incendio de Lanalhue y Valle Nonguén
aun no pueden ser controlados, amenazando a los vecinos del lugar.
Histéricamente,
las autoridades gubernamentales acusan a terceros de ser quienes
provocan estos incendios, ocultando una verdad que los obliga a dar
explicaciones: el apoyo y la no regulación a la industria forestal.
Desde 1974, a través del dercreto 701, el Estado de Chile ha subsidiado la plantación y el manejo de plantaciones a las grandes empresas forestales. Junto con CONAF, estas empresas (ARAUCO, MININCO y MASISA, como las más grandes) han
mentido, diciendo que lo que han plantado son bosques, lo han hecho en
terrenos erosionados inservibles y que son cultivos inocuos para los
terrenos. Falacias como éstas se develan ahora.
Un brigadista de CONAF que el pasado sábado trabajaba en el incendio del Valle Nonguén, planteó
que en un terreno con plantaciones de pino o eucalipto era mucho más
difícil de extinguir el fuego, sobre todo por su sequedad. Lo
planteado por el brigadista expresa lo denunciado por diversas
comunidades a cerca del alto consumo de agua por parte de estos árboles.
Como hemos dicho en otros artículos, una
plantación forestal no es un bosque, pues no se permite la diversidad y
los ciclos propios de estos ecosistemas, entre ellos, el del agua.
Un monocultivo forestal tiene plantaciones de la misma especie que,
plantadas a una razón de 1600 árboles por hectárea, extraen agua como si
fueran verdaderas bombas, ya que todos están en periodo de crecimiento
hasta que son talados. Y así, cada 9 u 18 años, según según sea
eucalipto o pino, estas rotaciones van menguando las capas freáticas,
hasta llegar a las circunstancias que hoy nos afligen.
Se juntan a éstas razones, los nulos
resguardos, tales como cortafuegos que en países como Canadá son de 1.6
kilómetros de ancho y aquí las confunden con las vías de saca (caminos
para sacar los troncos talados en camiones). Por
otra parte, éstos árboles contienen y exudan trementina, una sustancia
inflamable que con la exposición al calor puede propagar o iniciar
incendios.
Todos
estos hechos orientan a explicar la ocurrencia y aumento de incendios
forestales por el mismo modelo que se expande en los lugares afectados.
Los incendios se han propagado por la zona centro sur y por la
cordillera de la costa, precisamente el escenario de los monocultivos de pino y eucalipto que ya suman casi 3 millones de hectáreas.
Quienes
se han beneficiado de este nefasto negocio ya han mentido bastante, hoy
la comunidad puede tomar la palabra y la iniciativa. Limitar
y sustituir los monocultivos forestales por usos que provean de
bienestar a la población es un objetivo que urge cumplir y es
condicionante en la recuperación de nuestra calidad de vida, amenazada
por la escasez hídrica. Las precipitaciones han disminuido en un margen
del 40% al 50% entre 1900 y 1999. En este contexto, los bosques son
fundamentales en la provisión de agua en calidad y cantidad, por lo que
la recuperación de éstos es fundamental.
Fuente: Resumen.cl
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