Adital
Por nota, organizaciones manifiestan
indignación y malestar al tomar conocimiento del asesinato de Gilzan Teixeira,
uno de los dirigentes del Proyecto de Asentamiento Brasilia, en Castelo de Sonhos,
municipio de Altamira, en el Estado de Pará. Él era esposo de la presidente de
la Asociación del Asentamiento, Izabel Teixeira, y venía denunciando amenazas
de muerte en su contra.
El hijo de la pareja sufrió un atentado, en 2012, habiendo sido baleado. ”Brasilia”, como era conocido, fue presidente del STTR de Castelo y luchaba por los derechos de los asentados de esa área, cuando fue brutalmente asesinado, en agosto de 2002. Nadie fue condenado por el asesinato de Brasilia, ni de otros trabajadores anónimos que tuvieron sus vidas segadas en su lucha por la tierra en la BR-163.
El movimiento social de la Transamazónica clasifica esta situación como el resultado de una política de reforma agraria lenta e ineficiente y, a partir de este hecho, como altamente preocupante. "Nosotros ya habíamos llamado la atención del Ministerio de Desarrollo Agrario, en la persona del Presidente del INCRA, sobre la amenaza del reinicio de conflictos por la tierra que culminarían con la pérdida de líderes sindicales en aquella región”, afirmaron.
Exige que el Gobierno Federal asuma la
conducción inmediata de la resolución de las causas de los conflictos por la
tierra y que haya inmediatamente, a través de la Policía Federal, una investigación
y el castigo de los culpables. De acuerdo con la nota, Gilzan Teixeira Lima fue
asesinado, como Brasilia y la Hermana Dorothy, con excesiva crueldad, tratando de
acallar la voz de los que se oponen al latifundio en la región.
Traducción: Daniel Barrantes - barrantes.daniel@gmail.com
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