Sergio Ferrari, desde Naciones Unidas, Ginebra
Como cada año, el 23 de agosto las Naciones Unidas conmemoran la jornada internacional del recuerdo de la trata de esclavos y su abolición.
Joven africano de Senegal. Foto Sergio Ferrari
"Rindiendo homenaje a las mujeres y hombres que combatieron este sistema de opresión la UNESCO desea estimular la reflexión sobre esta tragedia que imprimió su marca en el mundo actual”. Tal el contenido principal del mensaje de Irina Bokova, directora general de la UNESCO, dado a conocer para la ocasión.
La directora del organismo onusiano, subraya también que "el combate a favor de la abolición de la esclavitud que influyó profundamente sobre los movimientos de derechos humanos, ha marcado también nuestro mundo contemporáneo”.
La trata de esclavos vigente entre los siglos VI al XX, arrancó a millones de africanos de sus tierras de origen para deportarlos a otras regiones del mundo. América fue profundamente marcada por este fenómeno, que estuvo presente en una buena parte de su geografía desde el Norte, hasta el Sur pasando por Centroamérica y el Caribe.
Isla de Goree en Senegal principal centro de deportación de esclavos en la colonia.
Foto: Sergio Ferrari
Y fue en dicho continente que arrancó el 23 de agosto de 1791 en la isla de Santo Domingo (hoy Haití y República Dominicana) la insurrección que tendría un impacto decisivo para contrarrestar y luego acabar con la esclavitud.
En honor a ese movimiento popular el mundo entero recuerda ese flagelo social y conmemora las rebeliones para abolirlo.
Esclavitud que, tal como denuncian actores sociales del Sur y ONG del Norte, sigue vigente por medio de diferentes formas y maneras más sutiles, en diversas regiones del mundo. En particular a través de situaciones deplorables de trabajo y vida de muchos campesinos y trabajadores rurales.
De ahí la trascendencia del amplio encuentro de una semana que concluyó el miércoles 22 de agosto en Brasilia, capital de Brasil, y que reunió a centenas de representantes de una cuarentena de organizaciones sindicales, no gubernamentales y movimientos sociales, entre los cuales el Movimiento de los Trabajadores Rurales sin Tierra (MST) y la Vía Campesina de Brasil.
El "Encuentro Unitario de Trabajadores, Trabajadoras y Pueblos del Campo, de las Aguas y de las Selvas", que acaba de finalizar ratifica su apuesta por una verdadera reforma agraria, por la soberanía alimentaria, la agroecología, la soberanía energética, la educación y la democratización de los medios de comunicación, entre otras reivindicaciones. Convocando además a una alianza amplia de todos los sectores rurales, indígenas, pueblos negros etc. para promover esas banderas y desafíos.
Un grito activo y movilizado contra, entre otros flagelos, el esclavismo moderno en sus muy diversas y variadas manifestaciones.
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