Ser llamada ‘macumbera’, quedar al final de la fila y ser la última en hablar debido al color de la piel y de la religión: ésta es la realidad que viven las mujeres negras cearenses, seguidoras de religiones de matriz africana, cuando buscan atención médica en la red pública de salud. Situaciones que refuerzan la discriminación de género y de raza, y la intolerancia religiosa que todavía persiste en el país, a pesar de que el Estado se declara ‘laico’ y que intenta promover la igualdad racial.
En Ceará, estado del nordeste brasilero, la falta de políticas para la salud de la población negra demuestra que el Plan Nacional de Salud Integral de la Población Negra (PNSIPN), aprobado en 2006, no se está cumpliendo en la práctica. De acuerdo con la asesoría de comunicación de la Secretaría Estadual de Salud, no existe dentro del órgano un sector específico que atienda las necesidades de la salud de la población negra.
En la capital Fortaleza, la realidad no es muy diferente. Sólo para tener una idea, desde hace cerca de tres meses no existe ninguna persona responsable dentro del sector de planeamiento de la Secretaría Municipal de Salud que atienda a esa parte de la población, según también informó su asesora de comunicación.
Meiry Coelho, integrante del Instituto Negra de Ceará (Inegra), que integra el Consejo Municipal de Salud, relató la dificultad que fue crear la Comisión Intersectorial de Salud de la Población Negra en la ciudad de Fortaleza y afirma que está enfrentando otra dificultad para mantener ese órgano. "No querían crear la Comisión y ahora también estamos peleando para mantenerla, porque no hay consejero”, revela.
Las pacientes sienten la falta de políticas, de atención y de preparación de los profesionales de la salud en el momento de la atención. "Las mujeres relatan que son llamadas macumberas, quedan al final de la fila o son las últimas en hablar. Sufrimos discriminación a causa del color de la piel”, denuncia Mãe Vilma de Jagu, integrante del Grupo de Trabajo (GT) Mujeres de Axé Saravá, iniciada en la Umbanda y también en el Candomblé desde hace 12 años.
Vecina de la ciudad de Caucaia, ubicada en la región metropolitana de Fortaleza, Vilma cuenta que su propia familia fue víctima de discriminación religiosa. "Apenas nos mudamos acá, en 2003, una agente de salud vino a hacernos una visita domiciliaria [por la atención del Programa Salud de la Familia]. Entró por una puerta, vio a mi abuela y cuando salió por la otra puerta, se dio cuenta de que era un Centro de Umbanda y nunca más volvió”, recuerda.
Solamente dos años después el caso fue denunciado en el Puesto de Salud, cuando Vilma usó el servicio y se constató que su familia no estaba recibiendo la visita del agente del Programa Salud de la Familia. "Escucharon [el relato] por educación, sólo para decir que están prestando atención”, critica, recordando que después de eso la única diferencia fue tener la visita del Agente de Salud que orienta en la prevención del Dengue. "Pero nosotros tenemos personas en casa que necesitan atención de Salud de la Familia”, refuerza.
En este escenario de falta de preparación, muchas otras mujeres negras cearenses –algunas seguidoras de religiones de matriz africana- enfrentan discriminaciones en el acceso a la salud. "Nos sentimos discriminadas, no es obligación profesar la misma fe que los demás ni creer en el mismo Dios que ellos. El respeto de las religiones es un derecho constitucional y es preciso separar trabajo y religión”, se desahoga.
Vilma es miembro de Mujeres de Axé Saravá, desde que el grupo surgió en Ceará en junio del año pasado. Integrante de la Red Nacional de Religiones Afrobrasileras y Salud, el GT tiene el objetivo de dar apoyo a las mujeres negras de terreiro* que sufren discriminaciones, y lucha por el derecho humano a la salud y por la defensa de la construcción de políticas públicas que promuevan la igualdad racial en la atención de la salud.
Según ella, el grupo trabaja con la autoestima de las mujeres negras de terreiro y promueve discusiones sobre derecho a la igualdad racial, además de realizar foros y conferencias.
"Muchas de esas mujeres no quieren exponerse a esas discriminaciones... El trabajo con ellas es muy lento e involucra el secreto cuando estamos en las reuniones. Algunas tienen hasta timidez de asumir que son mujeres de terreiro. Por eso el trabajo del GT ha sido importante, para que ellas se sientan seguras al asumir su identidad étnica y afro-religiosa”, explica Kelma de Yemanja, coordinadora de Mujeres de Axé Saravá.
A pesar de que el GT también realiza actividades dentro de los Centros de Atención Psicosocial, OCA terapéutica de la Salud Mental, Museo de Ceará y otros espacios,
Kelma comenta que éste "es un trabajo de mucha más cooperación con los terreiros, pues aún no tenemos apoyo ni del gobierno municipal ni del estadual”.
El próximo 27 de julio, las mujeres de Axé Saravá estarán con un stand en la Plaza de Ferreira, en el Centro de la capital, para promover la prevención de enfermedades sexualmente transmisibles (ESTs/Sida) y de hepatitis virales, en cooperación con la Red Nacional de Religiones Afrobrasileras y Salud. Además del foco de atención puesto en la salud, el día también será de programación cultural.
Salud de la mujer negra
Encuestas comprueban que la población negra está más propensa a padecer determinadas enfermedades como hipertensión arterial, anemia falciforme, diabetes mellitus, VIH/Sida, tuberculosis, hanseniasis, cáncer de cuello de útero y de mama, entre otras. "En el caso de la mujer negra, más vulnerable a varias patologías por el proceso histórico de exclusión social, económica, política y cultural a que fue sometida, le cabe a los servicios de salud garantizar una atención adecuada para la reducción de esa vulnerabilidad”, dice Meiry Coelho, integrante del Instituto Negra de Ceará (Inegra).
Para tener una idea de la dimensión del problema, la hipertensión arterial comienza más precozmente en la población negra, y, de acuerdo con la Política Nacional de Salud Integral de la Población Negra (PNSIPN), es una de las principales causas de mortalidad materna de mujeres negras. Además, las negras también tienen un 50% más de posibilidades de desarrollar diabetes que las blancas. La anemia falciforme es la enfermedad genética con mayor incidencia en la población negra, caracterizada por la alteración de los glóbulos rojos de la sangre, y presenta un alto índice de mortalidad. Las mujeres con anemia falciforme tienen mayor riesgo de abortar y de tener complicaciones durante el parto.
Debido a estas peculiaridades, se hace necesaria una atención especializada de la salud de la población negra, en especial de la mujer. Pero, para Kelma de Yemanja, "la humanización de la salud todavía pasa muy lejos de las necesidades básicas, secundarias y terciarias aquí en Ceará”.
Meiry Coelho resalta que la falta de información es ocasionada por la escasa notificación de la pregunta del color de la paciente, una de las principales demandas del movimiento negro, en los formularios de las mujeres que buscan los espacios de salud en Ceará, hecho éste que "dificulta un análisis real de la salud de la mujer negra, delimitando la imposibilidad de un planeamiento de las acciones de salud de la mujer con recorte racial y étnico”.
Para el Inegra, las deficiencias en la atención de salud de la población negra, además de reforzar el racismo en la salud, amplían las barreras al acceso y "aumentan la vulnerabilidad de las mujeres negras”. "Para las mujeres negras quilombolas, la situación es más grave aún, ya que la única política disponible es la de la salud para la población del campo”, comenta.
Desigualdad en la atención
Datos recientes de la Encuesta Nacional de Muestreo por Domicilios (PNAD por su sigla en portugués), del Instituto Brasilero de Geografía y Estadística (IBGE), revela que la población negra representa el 67% del público atendido por el SUS, mientras que la blanca representa el 47,2% del público total. A pesar de ser mayoría de pacientes atendidos en el Sistema, la salud de la población negra es constantemente descuidada.
A pesar de esto, el Informe Anual de las Desigualdades Raciales (2009-2010) demuestra que existen diferencias en el tratamiento de mujeres blancas y negras en los servicios de salud, y revela que en general las mujeres negras tienen menos acceso a la realización de exámenes relacionados con su salud sexual y reproductiva que las blancas.
Esos indicadores, que prueban que las mujeres blancas reciben más beneficios que las negras en el acceso a la salud, señalan la presencia del racismo institucional dentro de los establecimientos del sector. Tamaña desigualdad en la atención de la salud está directamente relacionada con la mortalidad materna que afecta más a las mujeres negras. Según datos de 2007, la muerte materna de mujeres negras fue de un 65,1% más alto que la de las blancas.
"Por racismo institucional en la salud entendemos el fracaso colectivo de una organización para proveer un servicio profesional de las personas adaptado a su color, cultura u origen étnico. En la salud, las mayores víctimas son las mujeres negras e indígenas”, afirma el Inegra.
25 de julio - Día Internacional de la Mujer Negra Latinoamericana y Caribeña
En la semana en que se celebra el Día Internacional de la Mujer Negra Latinoamericana y Caribeña, constatar que todavía es tan marcada la ausencia de políticas y de derechos que garanticen el respeto a las especificidades y diversidades de esas mujeres muestra que Brasil, en especial Ceará, todavía tiene mucho que avanzar.
El 25 de Julio fue instituido durante el 1° Encuentro de Mujeres Afro-latinoamericanas y Afro-caribeñas, realizado en 1992, en República Dominicana, con el objetivo de discutir y promover políticas de inclusión y debatir sobre discriminación racial y de género. Desde entonces pasó a ser un día caracterizado por celebraciones y actividades que dan visibilidad a la identidad de las mujeres negras y fortalecen sus luchas diarias contra las desigualdades, el racismo, la discriminación y el sexismo.
¿Redención?
El estado de Ceará se vanagloria de haber sido la primera provincia brasilera en abolir la esclavitud en Brasil, a punto de ser conocido como Tierra de Luz. El hecho ocurrió en la ciudad de Redenção el 25 de marzo de 1884 –cuatro años antes, entonces, del 13 de mayo, marcado por la firma de la Ley Áurea, en 1888. La abolición, sin embargo, se dio en un contexto donde la presencia del pueblo negro no era, bajo el punto de vista comercial, interesante para los hacendados y demás castas ricas cearenses, ya que no tuvo una fuerte cultura de caña de azúcar o de café, comunes en otros estados como Bahía y Río de Janeiro, por ejemplo.
"Negros en Ceará – ¿Redención?” es una serie de notas elaboradas por ADITAL que busca retratar y cuestionar la historia actual del pueblo negro en Ceará. Cuáles son sus luchas, cómo se identifican en este proceso marcado todavía por las graduaciones blancas, lo que tiene que decir sobre el orgullo de ser negro, lo que creen acerca de las políticas afirmativas, lo que piensan del prejuicio. Éstas son algunas de las directrices que procuran evidenciar esta cultura rica que, aunque invisibilizada, pulsa fuerte como un golpeteo de maracatú y que cada vez más conquista su espacio a través de mucha lucha, que reverbera en sus tambores el ritmo de la justicia y el anhelo de poner el pecho a una deuda histórica social.
* Terreiro: lugardonde se realizan las fiestas decandombléy de otrasreligiones afro-brasileras.
Traducción: Daniel Barrantes – barrantes.daniel@gmail.com
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