El municipio de Caraparí pertenece a una región históricamente habitada por la etnia guaraní o chiriguana. Como toda la llamada cordillera Chiriguana y la región chaqueña, esta región fue realmente conquistada y colonizada en el transcurso del siglo XIX.
Desde entonces, Caraparí fue –y sigue siendo– uno de los escenarios donde floreció el sistema económico-social de la hacienda, en el que los antiguos dueños indígenas de la región se convirtieron en peones, mano de obra a menudo sobreexplotada por grandes y medianos terratenientes, blancos o criollos, llamados karai en guaraní, y más específicamente patrones en función de su rol dominante en la hacienda.
La investigación publicada “Colonialidad del poder en Caraparí. Estudio de la disputa por la tierra, relaciones de trabajo y autoridad”, coordinada por Alba van der Valk con la participación de Blanca Montaño y Silvia Flores, desentraña las relaciones de poder que se tejen en este espacio determinado del Chaco tarijeño.
Este estudio ha sido promovido por el Programa de Investigación Estratégica en Bolivia (PIEB) y será presentado el jueves 17 de mayo, desde las 19:00, en el auditorio de la Casa de la Cultura, con el auspicio de la Plataforma de Investigación del Sur Boliviano, Tarija (InvestigaSur). El director del Centro de Estudios Regionales de Tarija (Cerdet), Guido Cortez, y el exmburuvicha de la Asamblea del Pueblo Guaraní (APG) Karaparí, Román Gómez, serán los encargados de comentar la publicación.
La investigación
El estudio aborda el tema de la “colonialidad del poder” a partir de las relaciones de poder en la hacienda de Cañada Ancha (Caraparí), enfatizando algunos aspectos relevantes: el control sobre la tierra y sus recursos, el control del trabajo y la autoridad. El abordaje partió del criterio de que las relaciones de poder en las haciendas denotan múltiples formas de discriminación, entre ellas, diversas expresiones de racismo.
En las conclusiones, el estudio plantea, en cuanto al problema tierra/territorio, que es fundamental crear mecanismos legales que permitan el reconocimiento del uso tradicional de la tierra bajo lógicas no necesariamente productivistas, que tienen que ver con el manejo sostenible de los recursos naturales. En ese marco, el proceso de saneamiento de tierras debe acompañarse de una intervención pedagógica adecuada a las particularidades socioculturales, que permita la comprensión generalizada del proceso por parte de las partes intervinientes.
Sobre las relaciones laborales y el empatronamiento, el estudio manifiesta que es necesario llenar el vacío legal de la Ley General del Trabajo sobre los trabajadores del campo, y que para lograr sus objetivos es necesario institucionalizar la permanencia de una oficina de la inspectoría del trabajo en Caraparí.
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