martes, 7 de febrero de 2012

Colombia: El Quimbo inundará seis municipios del Huila


Por: Ángela Bonilla

Para construir la hidroeléctrica de El Quimbo, en el Huila, será necesario inundar un área mayor que el tamaño de Pereira. La obra, según sus opositores, se construirá a costa de diversas alteraciones y cambios sociales, ambientales, económicos y culturales, a seis municipios: Gigante, El Agrado, Garzón, Tesalia, Altamira y Paicol; cubriendo un total de 8.586 hectáreas que serían inundadas. Como si fuera poco, el río Magdalena -principal corriente hídrica del país-, tendrá que ser desviado.

La hidroeléctrica El Quimbo está siendo construida por multinacional española-chilena Endesa, a través de su filial Emgesa en el Huila.

Durante el gobierno del ex presidente Álvaro Uribe, el Consejo Nacional de Política Económica y Social (COMPES), definió la construcción de varias hidroeléctricas en diferentes lugares del país y al mismo tiempo determinó el sistema de financiación y además, autorizó por tiempo indefinido a la empresa Emgesa, filial de la multinacional española-chilena Endesa, a presentar y construir su nuevo proyecto para la producción y abastecimiento de energía sobre el rio Magdalena en el Huila, a 1.300 metros aguas arriba de la desembocadura del río Páez en el río Magdalena, al sur del embalse de Betania.

“El Quimbo es el único proyecto hidroeléctrico en Colombia que tiene la naturaleza de ser unipropósito, o sea, solo para la generación de energía. En la mesa de concertación se ha criticado mucho esto, porque las características de todos estos mega proyectos deben de estar asociados a otras estrategias de desarrollo que favorezcan directamente la región”, expresa Miller Dussán, miembro del Movimiento Plataforma Sur de Organizaciones Sociales.

El proyecto tendrá un costo cercano a los 700 millones de dólares y generará 2.216 gigavatios, lo que equivale a cubrir, actualmente, cerca del 5 por ciento de la demanda eléctrica total del país

Sin concertación previa

Cuando se expidió la resolución 321 del 1 de septiembre de 2008, se declararon de utilidad pública e interés social “los terrenos necesarios para la construcción y operación del proyecto”. Esto se hizo sin la notificación previa a las comunidades afectadas y sin la licencia ambiental, lo que generó desconcierto y molestia al interior de la población.

Gracias a la resolución, Emgensa puede reclamar las tierras que sean necesarias, en caso de que los titulares de los bienes se nieguen a vender. La resolución 321 se expidió sin la previa sustracción del 95% del área de El Quimbo, que hace parte de la Reserva Forestal Protectora de la Amazonia, debido a que sólo le corresponde al legislador regular lo relativo a la extinción, modificación o sustracción de éstas áreas de reserva (Ley 2 de 1959).

Dussán habla sobre los proyectos hidroeléctricos en el río Magdalena:

Por comenzar las obras sin tener la licencia ambiental, el Ministerio de Medio Ambiente, mediante la resolución 227 del 11 de febrero de 2009, le formuló cargos a la compañía, presuntamente por haber iniciado obras sin previa autorización.

En una nota emitida por el noticiero RCN, el 13 de abril de 2009, se denuncia la construcción del túnel de desviación del rio Magdalena, obra que se inició sin tener el permiso. Juan Lozano, ex ministro de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial de Colombia, en el Congreso de la Republica se refirió sobre el tema y esto dijo: “lo primero, y lo digo sin rodeos, tengan todos la certeza absoluta de que el Ministerio procederá con honradez, con transparencia y con diligencia, y evitara que el proceso de licenciamiento se traduzca en feriar una autorización, o en entregar un permiso de obra”.

El Quimbo se realizará en tres etapas, una de ellas es la construcción de un túnel que servirá para desviar el río Magdalena.

La Corporación Autónoma Regional del Alto Magdalena (CAM), en uno de sus boletines de prensa en el 2009 dijo lo siguiente:

“El que nos hayamos retirado de la mesa de concertación, no quiere decir que nos hemos alejado del proceso de licenciamiento. Con toda la información que ha entregado la compañía al Ministerio de Ambiente y a nosotros, la cual hemos evaluado y analizado, tenemos una versión muy real que arroja una grave afectación ambiental”, afirma Rey Ariel Borbón Ardila, Director General de la CAM.

Otro hecho irregular en relación con el proyecto, fue denunciado el 31 de agosto de 2009, pues se publicaron varias fotografías en donde se alertaba sobre la existencia de campos minados permitidos por Emgensa en la zona de la represa de Betania. Luego de la denuncia, tanto la empresa como el Ejército se disculparon y retiraron los avisos.

Las consecuencias que traería el megaproyecto

1. Impacto socio-económico:

Según José Ávila, parcelero de la región, “se nos dañó el proyecto de vida, no tenernos trabajo y por eso los bancos no nos dan préstamos para comprar más ganado, tenemos 15 hectáreas que son de 19 familias que vivimos del ganado, sembramos pero todos los proyectos se nos han dañado. Emgensa no se ha pronunciado, solo nos dijeron una propuesta, pero no se ven los hechos y por eso no le firmamos nada a ellos”.

  • Inundación de cultivos permanentes y transitorios (en Gigante, Garzón y Agrado), de más de 2.000 hectáreas, además de pastos e instalaciones ganaderas. Actualmente se siembra cacao, arroz, sorgo y maíz.
  • Afectación de la producción de bienes de consumo local y regional como cacao, arroz, sorgo, maíz y plátano.
  • Disminución porcentual de la participación de producción agropecuaria local en el PIB regional (el municipio de El Agrado perdería 30 por ciento de participación).
  • Inundación e inutilización de vías primarias, secundarias y terciarias, puentes vehiculares y vías peatonales.
  • Desplazamiento de 427 familias y viviendas con residencia permanente.
  • Se perderían 1.466 puestos de trabajo.
  • Afectación de la producción y comercialización agropecuaria por un valor de 32.000 millones de pesos anuales (750 predios).
  • Cancelación de 9 distritos de riego con un costo estimado de $112.296 millones previstos dentro del Plan de Desarrollo Departamental.
  • Desintegración de 8 empresas comunitarias en plena producción (40 años de antigüedad).
  • El embalse, por la elevación del nivel del agua, dejaría incomunicados a varios territorios entre sí.
  • En esas 9.000 hectáreas viven cerca de 500 familias, que son grandes y pequeños productores agropecuarios, jornaleros, pescadores artesanales, entre otros.

“Nuestra afectación va a futuro, según los estudios nos va a perjudicar en un promedio de 7 a 10 años por la contaminación de los gases que emiten en las obras, afectando las cosechas de manera directa acabándolas por el verano”, dice Agustín Castro, cafetero de la vereda Rioloro, en Gigante.

“Se nos dañó el proyecto de vida, no tenernos trabajo y por eso los bancos no nos dan préstamos para comprar más ganado", dice un parcelero de la Región.

2. Perdida Cultural

  • Pérdida de soberanía y de derechos fundamentales dentro del área que ocupa la represa y sobre su zona de influencia.
  • Privación del Patrimonio Arqueológico y Cultural en su amplia comprensión, que integra además de lo arqueológico, al Patrimonio material e inmaterial.
  • La destrucción de experiencias históricas significativas de los procesos de reforma agraria existentes en el país (caso La Escalereta).
  • La desarticulación de tejidos sociales con tradiciones históricas que tienen orígenes prehispánicos.
Tal es el disgusto, que Emilia Muñoz, habitante de Rioloro, asegura que “Emgensa no ha hecho si no atropellarnos, mucha gente se ha muerto de tristeza porque los van a sacar de las tierras, vienen con engaños que firmemos aquí que firmemos allá, pero menos mal que nosotros no hemos firmado nada, porque ellos empezaron viniendo a traer un sándwich, a traer una gaseosa, a traer un pan, y darle a la gente y fírmeme aquí, y todas esas firmas iban para el ministerio; decía todos están contentos, todos están satisfechos, la gente está muy contenta con el proyecto el Quimbo. ¡Mentiras!, eso no era así, ellos engañaron a la gente”.

Emgesa generará hasta 3.000 empleos en la construcción de la hidroeléctrica, pero los lugareños se resisten, pues están el peligro de desaparecer ocho empresas comunitarias.

3. Daños ambientales

  • Inundación de 842 hectáreas de bosque ripario, en las orillas de los ríos. Ecosistema sensible único y de los últimos restos de bosque tropical seco de Colombia.
  • Destrucción de poblaciones de peces que dependen de corrientes rápidas y son clave para la seguridad alimentaria local y la biodiversidad en otras especies.
  • El desplazamiento de ecosistemas ambientales de la zona.
  • Afectación de la flora, mediante la contaminación de los suelos por químicos a base de plomo.
  • El 95 por ciento del área inundada hace parte de la Zona de Reserva Forestal Protectora de la Amazonia, afecta a 103 especies de aves, 13 especies de reptiles y tres especies de mamíferos en peligro: la pacaraná (Dinomys branickii), el mono nocturno de manos grises (Aotus griseimembra) y la nutria neotropical o de río (Lontra longicaudis).
  • Contaminación de las aguas del rio Magdalena, por los residuos de construcción y de químicos.
  • Los gases emitidos por la maquinaria produce emisiones atmosféricas de gases de efecto invernadero.

“Cuando dinamitaron para hacer el túnel de desviación del rio, todos los residuos de eso los tiraron al rio Magdalena, talaron arboles del bosque y los echaron al rio, donde está la obra hay mucho ruido. Ahora último trajeron un ferry para trasladar maquinaria y eso hace mucho ruido y por todo eso los pescados no suben, el Capaz, que es el pez nativo de la represa de Betania. Y en cuanto a Emgensa no nos dan ningún auxilio, ni trabajo para cambiar de vida, solo nos ofrecen proyectos productivos pero no se sabe de qué son, ellos solo hacen reuniones y reuniones para nada”, afirmó Oniel Cruz, pescador de la Jagua, Huila.

Los pescadores en el embalse de Betania se han visto afectados por la construcción de El Quimbo, ya que el Capaz -pez de la zona- no sale a la superficie, lo que dificulta su pesca.

Frente a las problemáticas mencionadas, la Ingeniera Ambiental, especialista en Gestión Ambiental, Liliana Bonilla, da su aporte desde al ángulo de afectación que trae consigo el proyecto hidroeléctrico El Quimbo:

“Los más importantes y graves impactos ambientales negativos generados por la construcción y puesta en marcha de la hidroeléctrica El Quimbo se dan inicialmente por la alteración y afectación de los recursos naturales. En la remoción de tierra utilizan dinamita compuesta por diferentes químicos, parte de estos quedan en el suelo como residuos, alterando las condiciones naturales de este. Cuando hay presencia de precipitaciones en la zona, estos residuos son arrastrados contaminando fuentes naturales como el rio Magdalena, aguas superficiales y/o subterráneas. Como consecuencia de esta contaminación del agua se verán afectado el ecosistema acuático, la flora y la fauna de la zona”, argumentó la ingeniera.

¿Qué hacen las entidades de control?

La CAM es la entidad que vigila y controla las diferentes alteraciones y afectaciones del medio ambiente en la obra del proyecto El Quimbo. El subdirector de regulación y calidad ambiental, Carlos Cuéllas dice: “En el proyecto El Quimbo, la CAM ha venido haciendo un seguimiento desde la presentación de documentación para la obtención de la licencia ambiental por parte de Emgensa. Se verificaron los posibles impactos que ellos presentaron en la zona, y que a consideración de esta corporación se sostiene en que son más los impactos que se van a presentar en el trascurso de esta obra. Se verifica actualmente en el proyecto los vertimientos de agua, el tratado y manejo de residuos, el cambio y modificación del plan de manejo ambiental de la empresa. Son de gran importancia el ámbito social y arqueológico pero estos temas le competen al Ministerio de Ambiente. Los resultados de los seguimientos se remiten al Ministerio de Ambiente y son estos los encargados de las sanciones, la CAM solo vigila y controla”.

Habitantes de Rioloro en el Huila se oponen a la construcción de la hidroeléctrica.

El gobierno colombiano no ordenó a una entidad nacional confiable el estudio socioeconómico sobre el Megaproyecto, algo previsto en el parágrafo del Art. 6 de la Ley 56/81: “…en el caso de obras pertenecientes a empresas privadas, el estudios socio-económico será hecho por la entidad que señale el Gobierno”. Por el contrario, para el otorgamiento de la concesión se basó en estudios realizados por la empresa Emgensa, que como se ha demostrado en los diferentes foros sobre el tema, desconocen o no tienen en cuenta aspectos prioritarios para las comunidades y la región.

La Asociación de afectados por el proyecto hidroeléctrico El Quimbo –Asoquimbo– asumió la defensa de los intereses y derechos civiles, políticos, económicos, sociales, culturales y ambientales de los integrantes en la medida en que estos resultaban perjudicados, amenazados por las acciones y omisiones derivadas, en forma directa o indirecta, de la construcción del proyecto.

“Asoquimbo defiende los derechos de las personas ubicadas en la zona de influencia del proyecto, todos los afectados son los que tienen propiedades en la zona, afecta su vivienda, sus fuentes de ingreso económico a jornaleros, parceleros, pesqueros, mayordomos, y las personas que tienen sus viviendas en la zona de obras”, cuenta Elsa Muñoz, presidenta de Asoquimbo.

Mientras el proyecto avanza, la sociedad colombiana parece no tener idea del mismo y sobre todo, del enorme impacto que tendrá en territorios y comunidades. El Quimbo, está diseñado para beneficiar a países vecinos y centroamericanos –a través de la interconexión eléctrica–; los entes gubernamentales siguen expectantes y en silencio.


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