viernes, 11 de junio de 2010

Bélgica vuelve a jugarse la unidad del reino en elecciones anticipadas



BRUSELAS, 11 Jun 2010 (AFP) -

Bélgica celebra el domingo unos comicios legislativos anticipados que podrían ahondar la crisis política que vive el reino si se confirma el avance electoral de los flamencos radicales, defensores de segregarse del sur francófono.

El gobierno de coalición saliente, dirigido por el democristiano flamenco Yves Leterme, presentó su dimisión el pasado 22 de abril obligado por el portazo que dio uno de sus socios, los flamencos liberales, que abandonaron la mayoría por un nuevo conflicto lingüístico con los valones francófonos.

Tras las últimas elecciones de junio de 2007, el reino, de unos 10 millones de habitantes, se ha sumido en una grave crisis política, reflejo de cómo los flamencos del próspero norte y los valones del empobrecido sur se han dado la espalda hasta el punto que muchos se preguntan cuál es el sentido de seguir viviendo juntos.

En los comicios del domingo, casi todo dependerá de los votos que la comunidad de Flandes, que representa el 60% de la población belga, destine a los independentistas flamencos.

Según un sondeo publicado el jueves, el partido independentista Nouvelle Alliance (NVA), dirigido por Bart de Wever, desplazará a los democristianos como primera fuerza política flamenca, con cerca del 25% de los sufragios, es decir, unos 23 escaños de los 150 del Parlamento belga.

En Valonia, los socialistas se alzarían vencedores con un 34,2% de los votos, indica la misma encuesta.

Si bien el avance de los radicales flamencos no bastaría para provocar la segregación de Bélgica, su triunfo en Flandes añadiría otro grano de arena a lo que los belgas ven como cada vez más inevitable a medio plazo.

Creado en 1831 como un Estado católico con el francés como lengua oficial, pese a que su mayoría era de habla flamenca, el reino creyó haber hallado la receta de convivencia que necesitaba con la federalización aprobada en 1992.

Pero esta fórmula llevó a las principales comunidades a "instalarse" cada una por su lado, con "modos de funcionamiento diferentes", explica Eric Corijn, sociólogo de la Universidad Libre Flamenca de Bruselas, al justificar la brutal desconexión entre dos comunidades que comparten un pequeño territorio.

Tras estas elecciones, el campo flamenco tiene previsto reclamar poderes suplementarios para Flandes.

El líder flamenco independentista De Wever está "seguro" de que el reino "desaparecerá poco a poco", conforme las competencias se vayan transfiriendo a las regiones y a la Unión Europea.

"Las nuevas elecciones que tendrán lugar este fin de semana difícilmente aportarán estabilidad política rápidamente", opina Rayner Guntermann, analista de Commerzbank.

El diario francófono Le Soir hace meses que augura lo peor: "El miedo al separatismo paraliza la nación", tituló recientemente.

En un país sin partidos políticos nacionales, será ineludible la formación de un gobierno de coalición que agrupe a ambas comunidades, esto es, una unión paritaria de ministros flamencos y francófonos con un programa común, algo que con toda probabilidad requerirá varios meses de batallas políticas.

En 2007, hicieron falta más de seis meses para constituir un gobierno, todo un récord en la historia del país.

Entre tanto, el gabinete saliente de Leterme se encargará de gestionar los asuntos del reino y al mismo tiempo de asumir la presidencia rotativa de la UE, a partir del 1 de julio, cuando finaliza el semestre español.

bur-app/me



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