La organización no gubernamental Oxfam advirtió hoy de que más de tres millones de personas de las zonas más pobres del planeta podrían morir si el "Grupo de los 8" (G-8), que se reúne esta semana en Italia, no aumenta las ayudas destinadas a los países menos desarrollados.
En un comunicado difundido hoy en Londres, la ONG reclama a las ocho mayores economías del mundo que asuman este desafío y protejan con especial énfasis al África subsahariana, que se enfrenta al mismo tiempo a tres crisis: la económica, la alimentaria y la derivada del cambio climático.
En concreto, Oxfam estima que esta zona perderá cerca de 245.000 millones de dólares (unos 176.100 millones de euros) sólo en 2009 como resultado de la reducción de su nivel de crecimiento hasta el 1 por ciento, desde el 6,7 por ciento previsto anteriormente.
Sin embargo, la ayuda humanitaria extraordinaria que los países industrializados inyectarán en el continente ascenderá a 5.000 millones de dólares (3.593 millones de euros), una cantidad "claramente insuficiente" para compensar ese "agujero negro".
En este sentido, el asesor político de la ONG, Max Lawson, considera que, con estas cifras en la mano, "es hora de que el G-8 busque seriamente un plan de ayuda concreto para proteger a estos países".
Sin embargo, Lawson censura que el presidente italiano y anfitrión de la cumbre, Silvio Berlusconi, haya propuesto un nuevo sistema para contabilizar las ayudas que cada Estado destina a los países subdesarrollados, que incluye las aportaciones de las ONG y los filántropos nacionales.
Para Oxfam, esta reforma trata de encubrir la reducción en la práctica de la ayuda humanitaria asignada por los Estados.
Según los datos que baraja la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), estos ocho países "han fracasado" en el compromiso adquirido en 2005, en el que acordaron que la ayuda humanitaria aumentaría llegaría a los 50.000 millones de dólares anuales (35.937 millones de euros) en 2010.
Y es que, a falta de un año para que se cumpla el plazo, los miembros del G-8 deben todavía 23.000 millones de dólares (16.531 millones de euros), una cantidad que podría financiar el tratamiento contra el sida para medio millón de personas y podría proporcionar cuidado médico a cerca de 3 millones de mujeres y niños, señala Oxfam.
"La crisis económica está provocando recortes en los servicios de salud en África -asevera Lawson- y la crisis alimentaria está arrojando a 200 millones de personas a la inanición, al tiempo que los efectos del cambio climático están destruyendo los hogares de miles de personas cada día".
Ante esta situación, Oxfam reclama una acción urgente de los líderes del G-8 y les advierte de que "puede que no haya segundas oportunidades para salvar a estos 3 millones de personas".
En un comunicado difundido hoy en Londres, la ONG reclama a las ocho mayores economías del mundo que asuman este desafío y protejan con especial énfasis al África subsahariana, que se enfrenta al mismo tiempo a tres crisis: la económica, la alimentaria y la derivada del cambio climático.
En concreto, Oxfam estima que esta zona perderá cerca de 245.000 millones de dólares (unos 176.100 millones de euros) sólo en 2009 como resultado de la reducción de su nivel de crecimiento hasta el 1 por ciento, desde el 6,7 por ciento previsto anteriormente.
Sin embargo, la ayuda humanitaria extraordinaria que los países industrializados inyectarán en el continente ascenderá a 5.000 millones de dólares (3.593 millones de euros), una cantidad "claramente insuficiente" para compensar ese "agujero negro".
En este sentido, el asesor político de la ONG, Max Lawson, considera que, con estas cifras en la mano, "es hora de que el G-8 busque seriamente un plan de ayuda concreto para proteger a estos países".
Sin embargo, Lawson censura que el presidente italiano y anfitrión de la cumbre, Silvio Berlusconi, haya propuesto un nuevo sistema para contabilizar las ayudas que cada Estado destina a los países subdesarrollados, que incluye las aportaciones de las ONG y los filántropos nacionales.
Para Oxfam, esta reforma trata de encubrir la reducción en la práctica de la ayuda humanitaria asignada por los Estados.
Según los datos que baraja la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), estos ocho países "han fracasado" en el compromiso adquirido en 2005, en el que acordaron que la ayuda humanitaria aumentaría llegaría a los 50.000 millones de dólares anuales (35.937 millones de euros) en 2010.
Y es que, a falta de un año para que se cumpla el plazo, los miembros del G-8 deben todavía 23.000 millones de dólares (16.531 millones de euros), una cantidad que podría financiar el tratamiento contra el sida para medio millón de personas y podría proporcionar cuidado médico a cerca de 3 millones de mujeres y niños, señala Oxfam.
"La crisis económica está provocando recortes en los servicios de salud en África -asevera Lawson- y la crisis alimentaria está arrojando a 200 millones de personas a la inanición, al tiempo que los efectos del cambio climático están destruyendo los hogares de miles de personas cada día".
Ante esta situación, Oxfam reclama una acción urgente de los líderes del G-8 y les advierte de que "puede que no haya segundas oportunidades para salvar a estos 3 millones de personas".
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