lunes, 27 de octubre de 2014

Bolivia/ Alejandro Almaraz: El triunfo del MAS no le acredita ser revolucionario

El que fuera una de las personalidades más notorias del MAS (en 2011) propone el debate en sentido de que el oficialismo, pese a su triunfo, también perdió lo suyo. ‘Allí antes que disidencias lo que hay es descomposición’, afirma.  
 
 
La Razón (Edición Impresa) / Iván Bustillos Zamorano / La Paz
00:03 / 26 de octubre de 2014
 
Alejandro Almaraz fue candidato a senador de Cochabamba por el Partido Verde de Bolivia (PVB). Desde antes fue uno de los más notorios disidentes del Movimiento Al Socialismo (MAS) que en 2011 se alejaron del gobierno de Evo Morales. En el manifiesto Por la recuperación del proceso de cambio para el pueblo y con el pueblo (junio de 2011), los disidentes planteaban que lo único que quedaba al gobierno del MAS era la “reconducción” del proceso de cambio. Hoy, inserto en el PVB y cuando este joven partido está a punto de perder su personería jurídica, porque obtuvo menos del 3% de los votos válidos el 12 de octubre, Almaraz dice que lo del PVB más bien hay que verlo como un triunfo, que esto apenas empieza y que la disidencia en el MAS hoy es más extendida de cuando él dejó el partido, que, pesando bien las cosas, el MAS también salió lastimado de la contienda electoral.

— ¿En verdad, quiénes perdieron el 12 de octubre?

— En la política, como todo en la vida, se pierde o se gana en función de una expectativa. Si el Real Madrid juega con el Aurora y empata, en realidad pierde, y Aurora gana; esto también se aplica a la política, a las expectativas de los actores, y en este caso a las posibilidades que la sociedad y cada actor político se asignan en el proceso electoral; en ese sentido, para el MSM realmente el resultado es de una frustración, de un contraste; y para el Partido Verde, por el contrario, es un buen resultado, porque nuestras expectativas básicamente eran las de constituir un nuevo referente político de la izquierda. Y eso efectivamente se ha conseguido.


— ¿Y el triunfo del MAS?

— Considero que el resultado es francamente malo para el partido de gobierno; no solo porque no ha cumplido la expectativa proclamada pública y reiteradamente por el mismo Presidente, de superar el 70%, sino que es evidente que una cantidad muy importante de bolivianos que votó en las anteriores elecciones por Evo Morales, lo ha dejado de hacer. Y las irregularidades del proceso electoral, con indicios muy serios de fraude, nos plantean la posibilidad de que la disminución de votos no sean solamente tres puntos, sino de bastantes más. Con recursos oscuros de la ilegalidad y del fraude el MAS está alcanzando dos objetivos indispensables para reproducir su esquema autoritario y concentrador de poder: los dos tercios en la Asamblea Legislativa y la eliminación de las alternativas de izquierda.

— ¿La izquierda? ¿Pero y es que el MAS no representa a la izquierda, aunque fuera ‘otra izquierda’?

— No, no es (de izquierda), muy claramente no lo es. El viraje político que ha experimentado en su segunda gestión de gobierno es suficientemente radical, severo, como para haber situado al MAS en el campo de la derecha. Esto entendiendo que mientras la izquierda lo es por postular transformaciones en el sentido de la igualdad social, la derecha lo es por ponerse del lado de la conservación del estado de cosas, de la continuidad en el estado de cosas.

— A uno no se le juzga por lo que dice ser, sino por lo que hace...

— El MAS es una derecha disfrazada, cuyo disfraz le da precisamente su fuerza; es una derecha que utiliza la fuerza de la izquierda para imponerse y para ahogar el cambio. Yo lo he dicho varias veces: el MAS está aplastando las demandas populares con su propia fuerza, con la propia fuerza de las demandas populares.

— Pero apoyo-apoyo tiene el MAS; primera fuerza en Santa Cruz, tampoco se puede cerrar los ojos...

— Sí, indudablemente, pero un detalle: yo no sé si ha ganado en Santa Cruz, son cientos las mesas impugnadas, la diferencia (con el segundo) es de menos de diez puntos; pero recuerde que no siempre es la izquierda la que concita el apoyo electoral mayoritario; al contrario, es más frecuente que el apoyo mayoritario lo tenga la derecha; en todo caso, el apoyo mayoritario que aún conserva el MAS no le acredita un contenido de izquierda o un contenido verazmente revolucionario.

— Usted fue parte de los disidentes por la reconducción del MAS. Con el nuevo triunfo electoral masista ¿ha fracasado la disidencia?

— No es que ha fracasado, todo lo contrario: la disidencia en el MAS en realidad se está masificando; en muchos casos no se traduce en un posicionamiento explícito o en una ruptura, como fue con nosotros, pero se está produciendo disidencia; más que disidencia, malestar generalizado, resquebrajamiento interno.

— Pero contradicciones internas hay en todo partido...

— No solo hay contradicciones o disidencia, en muchos casos socapada y reprimida, sino, más que eso, hay una problemática interna que da cuenta de una cierta descomposición. Ahora, la disidencia no es unívoca, no va siempre en el mismo sentido; hay disidentes y disidentes, pero creo que sí una parte cualitativamente importante de quienes hemos sido parte del MAS y del primer gobierno de Evo Morales, estamos compartiendo el desafío de construir un nuevo proyecto político, rescatando esos objetivos históricos que abrieron el proceso de cambio y que lo llevaron a Evo Morales al gobierno y que han sido traicionados por el segundo gobierno de Morales.

— El MSM debió ser uno de los partidos más institucionalizados, más ‘partido’ que todos, pero parece que éste ya no es el tiempo para este tipo de partidos, sino que la política es aquella de los movimientos sociales.

— No conozco cómo ha sido la vida interna del MSM, pero sí es cierto que desde los primeros años de este milenio se hizo evidente las limitaciones muy grandes del sistema político y de partidos para representar una sociedad como la boliviana, que es marcadamente heterogénea; es un desafío hacia adelante, optar por formas de organización política más democráticas, más participativas, pero habrá que hacerlo eludiendo el corporativismo autoritario en que ha caído el MAS, lo que en última instancia suele expresarse en el loteamiento del aparato estatal y también en una suerte de loteamiento programático: los cooperativistas mineros deciden sobre la política minera; los contrabandistas abierta o encubiertamente influyendo sobre la política de comercio exterior...

— O sea, si el MSM fracasó, y acaso es el mismo caso del PVB, es porque al MAS no se le peleó en su terreno, los movimientos sociales.

— Con absoluta seguridad que sí; coincidimos con esa percepción, no solo por el tema electoral, sino para definir los espacios fundamentales de la construcción política; si nosotros hemos concurrido con el Partido Verde a las elecciones, lo hicimos interpretando que el espacio electoral es uno complementario de los espacios fundamentales para la construcción política, de un nuevo proyecto político, (espacios) que son los de las luchas sociales; es ahí en que no solamente se le ha de poder ganar al MAS, sino que se va a poder recomponer la fuerza social necesaria para reabrir el proceso de transformaciones auténticamente orientado hacia la transformación profunda, estructural de la sociedad y el Estado.

— El exdiputado Fabián Yaksic dice que si el MAS ha ganado es porque la gente quiere estabilidad, en vez de un cambio.

— Parcialmente es así, que la gente haya votado por la estabilidad, pero no porque no quiera el cambio, sino porque ante la imposibilidad de relanzar de inmediato el cambio por lo menos quedarse con la estabilidad; con una administración económica, que si bien no está transformando el país, por lo menos no está significando un deterioro generalizado de las condiciones de vida. No es que en general haya una mejora importante en las condiciones de vida de la sociedad, lo que diría es que no hay un empeoramiento; tal vez algunos sectores tienen algunas mejoras, pero para los sectores populares y mayoritarios de nuestra sociedad las mejoras son en todo caso pequeñas, mientras que para sectores tradicionalmente privilegiados y concentradores de la riqueza, como la banca, la agroindustria y otros empresariales, para ellos sí, es la bonanza.

— Pero ¿no se ha reducido las desigualdades, lo del millón que subió a la clase media…?

— Bolivia, a juicio, no de la oposición sino de la muy prestigiada Universidad de La Plata (ULP), la misma que le ha dado el Honoris Causa a (Álvaro) García Linera, es el campeón latinoamericano, o americano, de la desigualdad social, y no es el criterio aventurado de algún académico, sino es el resultado de un programa que viene ejecutando hace varios años de manera sistemática y científica en el sentido de la medición de la desigualdad social. Para la ULP el 2013 Bolivia desplazó primero a Honduras y luego a Brasil en la punta de la desigualdad, en un continente que a su vez es el más desigual del mundo.

Vargas simboliza la independencia indígena frente al MAS 

Para el que fue candidato por el Partido Verde, Alejandro Almaraz, el dirigente del TIPNIS Fernando Vargas antes que una mera disidencia indígena del Movimiento Al Socialismo, más bien es la auténtica autonomía indígena frente al oficialismo.

— Se dice que Fernando Vargas es la disidencia indígena del MAS... 

— Yo dudo de la pertinencia de interpretar a Fernando Vargas y al movimiento indígena que representa como una disidencia; el movimiento indígena de tierras bajas nunca se consideró parte del Instrumento Político, siempre fue invitado, convocado, siempre se lo trató de incluir. Yo mismo, en aquellos primeros años de construcción del Instrumento Político asumí la tarea de este acercamiento, y su respuesta fue muy clara y creo muy lúcida: fue la de situarse como aliados estratégicos de ese Instrumento Político.

— Un poco mantener la distancia...

— Su idea era no incluirse, no perder autonomía; tener una alianza que permitiera la acción conjunta, la construcción de una perspectiva histórica conjunta o, mejor dicho, la proyección política de esa condición histórica común; pero siempre manteniendo la independencia, la autonomía; y es esto lo que Evo Morales no les ha perdonado: no integrarse subordinadamente, (para el MAS) la integración significaba subordinación; sino más bien haber mantenido una autonomía que les permitiera discrepar y hacer valer la discrepancia. Eso es lo que representa Fernando Vargas, la persistencia de esa actitud autónoma del movimiento indígena de tierras bajas; más que hablar de una disidencia, se trata de la terca persistencia de su autonomía.

— ¿Qué será del Partido Verde?

— En lo inmediato haremos todo lo que podamos contra el fraude, porque nosotros hemos denunciado de manera concluyente varios indicios. Pensamos que ese fraude así como puede haberlo subido algunos puntos al MAS, puede habernos bajado a nosotros, de manera que ese 2,7 que tenemos en la votación para presidente podría en la realidad ser más del 3%, y ese 4% que tenemos en la votación para diputados uninominales podría ser un 5%. Lucharemos para que a la luz de esos datos y de su interpretación recta, de acuerdo a la norma, no suponga la pérdida de personalidad jurídica, que es el apetito abusivo, autoritario, del partido de gobierno. Esperamos la convergencia con muchos otros bolivianos.

Perfil
Nombre: Luis Alejandro Abel Almaraz Ossio
Nació: 19-07-1961
Profesión: Abogado
Cargo: Excandidato del Partido Verde de Bolivia
Partido
Almaraz define lo que pretende debe ser una organización política: “Queremos poner en práctica estructuras organizativas que también sean transformadoras, sin caudillismos, sin verticalismos, de una manera más horizontal, logrando más participación de la gente.



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