Feministas, escritoras y mujeres clave de los 70 y los 90 hicieron historia en la mítica revista alternativa española.
28 de mayo de 2014
07:30 h.
“Si quieres ser redactora, vete a cualquier otro sitio. Las mujeres no escriben aquí”. La cantinela (y doble moral) que se escuchaba en los cuarteles de Newsweek en plena segunda ola del feminismo es diametralmente opuesta a los ideales que propugnó Ajoblanco, la revista de la contracultura española. Hoy se estrena en el centro cultural Conde Duque de Madrid la primera gran retrospectiva de la revista, una exposición comisariada por Valentín Roma que profundiza en la mítica publicación y en la que se rescatan imágenes inéditas, 210 publicaciones originales de sus dos épocas (1974-1980/ 1987-1999) así como testimonios y escritos de sus protagonistas.
Ajoblanco, además de romper con la forma de hacer periodismo en pleno tardofranquismo y recoger el testigo de la rebeldía del underground europeo, fue una auténtica válvula de oxígeno para los movimientos feministas de la época. La revista que defendió el espíritu crítico en temáticas como la sexología, la homosexualidad, la objección de conciencia o el antimilitarismo, también fue una publicación integradora e inclusiva de género. "Para nosotros nunca hubo ningún problema, no distinguíamos entre mujeres y hombres como podía pasar en otras cabeceras", explica su fundador Pepe Ribas. El autor, que después desvelaría todas las correrías de la época en Los 70 a destajo, recuerda nombres y firmas clave de las dos etapas como el de Aurora Segura, Karmele Marchante, Rosa Regàs, Nuria Amat, Helena Hevia, Irina Miranda, Rosa Montero, Belén Gopegui, Almudena Grandes, Ana Castellar o Elisabeth Cabrero.
Las firmas más trascendentales en el movimiento feminista fueron, según cuenta, Aurora Segura y Karmele Marchante. "Aurora nos descubrió a las mujeres libres y Karmele nos puso en contacto con todo el movimiento feminista radical de la época y que iba en contra la sexualización y la objetificación de la mujer. Nos ayudaron a contrarrestar toda esta ola de pornografía que propugnaba Interviú", apunta.
Marchante recuerda aquella época con cariño y confirma su 'labor pedagógica' con el resto del equipo de Ajoblanco. "Uy, yo les decía de todo. Que eran unos sexistas con el leguaje y estaba todo el rato echando broncas. Me pasaba el día haciendo mítines feministas en la redacción", apunta. Para la periodista no todo era tan tranversal y acogedor como recuerda Ribas.
"Nosotras no entendíamos el amor libre como ellos lo concebían. Nos peleábamos muchísimo porque nosotras creíamos en el amor libre 'consentido' y con precauciones, donde la mujer tomase sus propias decisiones". De hecho, ella fue una de las pocas que se atrevió a encararse públicamente con Daniel Cohn-Bendit, conocido como Danny El Rojo y heróe del mayo francés en las multitudinarias jornadas libertarias. "Era un machista que iba de gurú. Todo lo que él predicaba no tenía en cuenta a las mujeres", apunta.
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