jueves, 27 de marzo de 2014

Desde Venezuela: "Nota para los hermanos de Brasil: Lo lamentamos: ya no le vamos a Brasil."

José Ángel Quintero Weir.



A pesar de que todos los venezolanos aspiramos a que alguna vez un equipo nacional pueda arribar a un mundial de futbol, este deseo nunca se nos ha hecho; por más que recemos o por mucha campaña publicitaria que hagan sus patrocinantes, nunca se nos ha hecho el milagro. Sin embargo, en medio del mundial; vale decir,  de todos los mundiales, siempre nos ha quedado Brasil, a cuyos equipos, ganen o pierdan, en ese estricto momento se convierten en nuestra esperanza, en nuestra patada. Para nosotros no hay otro Rey que Pelé, Garrincha, Tostao y el Jahirzino;  no nos  importan los desplantes y berrinches drogos del Maradona; en todo mundial para nosotros, siempre la ouro-verde e su jogo bonito fala por nos.


Pero, luego de la reciente visita de los honorables cancilleres de la UNASUR en nuestro país, que vinieron todos a respaldar al Estado-gobierno en sus tropelías, la voz cantante de tal respaldo la asumieron el canciller de Argentina (tal vez más comedido) y el de Brasil, éste sí, abiertamente representante de la naturalización de la muerte y la tortura.


La representación de Brasil se atrevió a decir que “Estado de terror fue el que vivieron ellos (los brasileros) durante la dictadura, comparado con eso, aquí en Venezuela, no pasa nada”; además, “la violación de los derechos humanos es un problema mundial, de tal manera que, ¿a quién puede extrañar que en Venezuela se violen tales derechos?”.


Dicho de otra manera, Dilma Rousef le orientó a su canciller que sostuviera la idea de que ella necesita muchos más estudiantes asesinados por la Guardia Nacional y las Bandas Paramilitares del Gobierno, 35 asesinados todavía no generan suficiente sangre para su idea de muerte verdadera. Además, la violación de los derechos humanos por parte de los Estados –gobiernos es casi como como cuando crece la hierba: es natural, por tanto, es natural que maten a una mujer por sonar una cacerola, es natural que un Guardia Nacional viole a un joven con su fusil de asalto,  que la Ministra de prisiones de Venezuela saque de la cárcel a un delincuente, y le pague un sueldo para que dispare 17 veces sobre una protesta y asesine a una mujer embarazada, eso para Dilma Rousef (por boca de su canciller), es totalmente natural.


Nosotros, nunca hemos creído que los garimpeiros existan por naturaleza, a pesar de los desmanes que siempre han cometido en contra de nuestros pueblos indígenas en la selva amazónica que compartimos con el Brasil. Si eso pensáramos, tendríamos que concluir que, naturalmente, todo brasileño es, por naturaleza, un maldito. 


Pero no, como nuestro equipo nunca tiene posibilidades de jugar un mundial, le íbamos a Brasil. Hoy, las palabras de Rousef (por boca de su canciller), nos demostraron que, en verdad, no merecen la pena y, de seguro, contra cualquiera que juegue Brasil, siempre le iremos al contrario.   


No hay comentarios: