viernes, 14 de febrero de 2014

Perú/ Continúa la caza de brujas: Servidor de Yanacocha ataca a oenegés y Servindi


- Entrevistado y entrevistador coinciden, como en todo, en calificar solidaridad internacional de “atentado contra el desarrollo nacional”.

Servindi, 11 de febrero, 2014.- Miguel Santillana, personaje conocido por desempeñarse como acólito y vocero de las empresas mineras y que figura en la lista de asiduos invitados a los programas televisivos de debate, denunció una vez más como si se tratara de un delito la colaboración procedente del extranjero con organizaciones defensoras de derechos humanos y el ambiente en regiones como Cajamarca.


Una primera denuncia la efectuó el 20 de enero en el programa de cable La Hora N que se transmite por Canal N, el mismo que integra el conglomerado de medios del Grupo El Comercio.

En aquella ocasión, Santillana afirmó que las organizaciones en mención -en su mayoría francesas- “lo que quieren es frenar el modelo de desarrollo del Perú basado en el crecimiento a través de la inversión en sus industrias extractivas.”

Acto seguido, citó sin mayores pruebas los nombres de algunas de ellas y de políticos europeos que -según él- estarían financiando los actos de violencia surgidos durante las protestas en Perú.

“Para ellos es una cuestión ideológica y de principio paralizar este tipo de modelos estén donde estén en el mundo”, sentenciaría luego.

Solo unos días después en el mismo programa de cable y ante los pronunciamientos hechos por organismos de derechos humanos peruanos y europeos que lo sindicaban como cara visible de una campaña mediática que pretende desacreditar a los activistas sociales, Santillana se refirió nuevamente al tema.

En los primeros minutos de la entrevista, esta vez el 31 de enero, sostuvo que no ve nada malo en la tarea de, lo que llama él, “ponerle nombre y dirección a los que financian” las protestas antimineras.

Un momento después afirmaría: “Yo no digo que esto sea bueno o malo (…), lo que me parece mal es que el dinero que consiguen (los activistas) a través de la cooperación internacional termine en actos de violencia en el Perú, de los cuales estos personajes (las organizaciones y los políticos europeos) no se hacen responsables”.

Para Miguel Santillana la cooperación solidaria exterior es un hecho totalmente censurable y que sirve casi directa y exclusivamente para promover acciones como la quema de casetas de vigilancia y el derribo de antenas de telefonía celular.

Calumniando una vez más

El lunes 10 de febrero, nuevamente en el programa La Hora N, que conduce Jaime de Althaus, Miguel Santillana presentó imágenes en las que, una vez más según él, se ven a ciudadanos extranjeros participando de las revueltas.

Señalando en una pantalla a los supuestos representantes extranjeros de las ONG declara: “ahí tienes a los personajes que participan en las revueltas, traen panfletos, cámaras de televisión”.

Luego de todo ello y en respuesta al artículo: ¿Quién azuza la caza de brujas en el Perú?, publicado en Servindi, al cual también dedica algunas palabras, el servidor de Yanacocha afirma una vez más que no encuentra nada de malo “en ponerle nombre y foto a estos personajes europeos que ayudan a estos revoltosos”.

En conclusión: Sin ninguna prueba y sin hacer mayor distinción, Miguel Santillana asegura que sí o sí son ONG y políticos europeos los que financian los hechos de violencia que se producen en las protestas de las comunidades que se oponen a proyectos mineros como Conga, en Cajamarca.

Más aún, insinúa que estos grupos y personajes deben asumir su responsabilidad por todo lo que estarían ocasionado en el Perú.

En ningún momento el pantagruélico panelista televisivo emplea la palabra solidaridad, que es la palabra que motiva la labor de ciudadanos extranjeros que siguen y cubren periodísticamente los conflictos socio ambientales a raíz de la escasa o tendenciosa cobertura pro minera que encuentran en medios locales.

Campaña macartista de desprestigio

Marco Arana, líder del movimiento Tierra y Libertad y personaje que viene siguiendo el caso del conflicto en Conga desde su origen, resumió en estas dos palabras: “campaña macartista” el desempeño de Miguel Santillana, que cuenta con el auspicio del 78 por ciento de medios escritos concentrados en manos del Grupo El Comercio.
Para el también líder ambientalista las acusaciones hechas por Santillana responden a una campaña de difamación.

“Ya que no han podido derrotar la resistencia (de los defensores del agua en Cajamarca) a través de corrupción, a través de persecución judicial, a través del asesinato de los líderes ambientales; ahora lo que están haciendo es una campaña de desprestigio”.

En tal sentido, explicó que el conocido consultor de empresas mineras lo que pretende es deslegitimar la lucha en Cajamarca, más aún cuando es conocido que las organizaciones que se han mostrado solidarias son organizaciones perfectamente reconocibles.

Tras señalar que deberíamos preguntarnos quién es el que le paga a Santillana, Arana Zegarra afirmó sobre éste que “todo indica que es un operador político macartista que forma parte de una campaña de desprestigio orientada a deslegitimar a los líderes ambientales para justificar luego una brutal represión”.

De otro lado, dio cuenta también de la responsabilidad de los medios de comunicación concentrados en el Grupo El Comercio que, según él, patrocinan y dan espacio a este tipo de campañas contra la “resistencia pacífica de los pueblos contra la destrucción de sus aguas y de sus territorios”.

Conociendo a Miguel Santillana

Miguel Santillana se presenta en diversos medios de comunicación como experto en minería y miembro del Instituto del Perú, un centro de investigación social perteneciente a la Universidad San Martín de Porres.
Es frecuente verlo en los estudios de canales como RPP TV o Canal N, en los que opina sobre diversos temas siempre defendiendo la inversión pro minera y atacando a las comunidades que defienden sus derechos territoriales y su propia opción de desarrollo.

En una ocasión, esta vez no en televisión, Santillana advirtió sobre el racismo “de los cobrizos contra los mestizos, criollos o blancos” que señala como una trampa para el desarrollo y que impide a las comunidades originarias “integrarse al proceso de crecimiento económico y social”.

En otra ocasión fue más lejos y sostuvo que al pueblo de Cañaris -donde se pretende ejecutar el proyecto Cañariaco de Candente Copper-, en Lambayeque, “no le corresponde la consulta previa”.

Esta afirmación la sostuvo con total desparpajo ante cámaras a pesar que el 64 por ciento de la población de Cañaris tiene como lengua el quechua o runa simi y solo el 36 por ciento el idioma español, según lo verificó el último Censo Nacional del 2007.

Sin embargo, también se hizo conocido cuando admitió que trabajó para la empresa Yanacocha en la elaboración de una proyección económica sobre Cajamarca con miras al 2050.
En la entrevista de Ideele Radio, Miguel Santillana reconoció que desde el 2005 trabaja para empresas mineras, petroleras y gasíferas y además de haber servido a Yanacocha reivindicó el derecho profesional de guardarse de mencionar o no con quién trabaja.

“Es una relación bilateral. No sé si a las empresas les interesa que yo divulgue esto. La relación es entre la empresa y yo”, concluyó no sin antes desmentir que sea un “mercenario”.

Información relacionada publicada en Servindi:

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