En Sevilla, el movimiento feminista se ha unido para constituir un
frente común que consiga frenar el intento de hacer retroceder nuestros
derechos. La reivindicación más urgente es la de parar la reforma de Ley
del Aborto, pero no dejamos de lado el resto de reivindicaciones
fundamentales
El movimiento feminista en Sevilla está
constituido por un amplio crisol de grupos que engloban distintos
enfoques y prácticas. Cada vez más numeroso y compacto, este movimiento
ha conseguido unirse finalmente frente a un enemigo declarado: la
reforma de la Ley del Aborto propuesta por el Ministro Gallardón.
Ante la brutal ofensiva del actual
gobierno de derecha y de su permanente, agresiva y retrógrada aliada, la
Iglesia Católica, el movimiento feminista ha unido sus fuerzas, voces y
sentires, olvidando la diferencia de matices para responder de forma
contundente a la amenaza que supone para todas las mujeres
el retroceso en materia de derechos reproductivos. Este pertinaz ataque
contra la mujer siempre es recurrente dentro de la estrategia de poder
de la derecha española, tan patriarcal y capitalista, espoleada siempre
por la Iglesia. Pero constatamos que no se trata de algo aislado, sino
de una estrategia conjunta dirigida contra la clase trabajadora.
Una vez más, junto a la significativa
merma de los derechos de los y las trabajadoras, la falta de empleo, la
precarización, la externalización de los servicios, la emigración
forzosa en busca de empleo, la invisibilización de todos estos procesos…
todo ello va acompañado por la denostación de la clase trabajadora y el
ataque frontal al derecho a decidir de las mujeres.
Porque no nos olvidemos, lo que quieren es mano de obra barata,
fácilmente reponible y a merced de sus intereses. Al más puro estilo
colonial. Lo tienen claro y por eso necesitan abaratar aún más los
costes de una mano de obra que no les puede faltar y somos las mujeres
quienes garantizamos siempre ese relevo. Lamentable lógica que sigue
vigente en pleno siglo XXI. No se entendería de otro modo que se quieran
privatizar la enseñanza, la sanidad y todo lo que es público. Se trata
de la apropiación de lo colectivo para beneficio particular. Algo que
Marx explicó hace mucho y que sigue estando de plena vigencia. Conceptos
como acumulación, plusvalía y lucha de clases, por mucho que quieran
ocultarlo, siguen siendo la causa directa de todos estos atropellos.
Este gobierno representa esta mentalidad y lamentablemente cuenta también con mujeres en su partido como Beatriz Escudero, que se atreve a afirmar impunemente cosas como que las “mujeres
asalariadas son las que más abortan” y también “las que menos formación
tienen”. Ahí lo tenemos: las trabajadoras, además de pobres y
precarias, somos incultas y malvadas… Por otro lado, para Fernández
Díaz, Ministro del Interior, “el aborto tiene algo que ver con ETA, pero
no demasiado”, esta afirmación tan estúpida como macabra podría llegar a
causar mucha risa si no fuera por el peligro que encierra el
identificar mujer y terrorismo en caso de aborto. Grave, muy grave.
Lo que subyace a todo esto es la voluntad de privatizar el aborto; en primer lugar, que sean las mujeres
con dinero quienes puedan hacerlo, y que las trabajadoras lo hagan
ahorrando o en condiciones que no garanticen su seguridad física, al
mismo tiempo que se las disuade con el coste de algo que debiera estar
asumido por la seguridad social; esa misma que también quieren
privatizar. Y el agua, los bosques, la vida… todo es susceptible de
beneficio privado. Se roba lo público, que se convierte en mercancía
especulativa de los “listos ladrones de guante blanco”, esos cuyos
padres han pagado un máster en Wisconsin y vienen sabiendo como
desbalijar a la gente pobre y destruir la clase media.
Y de lo general vamos a lo concreto. En
Sevilla, el movimiento feminista se ha unido para constituir un frente
común que consiga frenar el intento de hacer retroceder nuestros
derechos. Llevamos meses concentrándonos ante la sede del PP, cada
viernes a las 19 horas. Y seguiremos haciéndolo hasta conseguir nuestro
objetivo. Pero son malos tiempos para la Democracia, y lo que hace unos
años nos hubiera parecido impensable, se ha convertido en algo “normal”,
ya que dentro de esa estrategia de ataque a la clase trabajadora se
encuentra también la criminalización de los actos de resistencia.
Recordemos que la próxima Ley que pretenden aprobar es la que nos
impedirá salir a protestar a la calle y que el mismo ministro que ataca a
las mujeres es quien ha aumentado el
coste de los juicios civiles para que no podamos recurrir a la Justicia
en caso de necesitarla. En esta línea, el PP ha machacado la
jurisdicción universal, garantizando la impunidad de los crímenes contra
la Humanidad y que la juez Servini no pueda reclamar a la Justicia
Española a los dos torturadores identificados que siguen siendo policías
y que hace treinta años torturaban en la brigada político social del
régimen franquista.
Varias de nuestras compañeras (diez
hasta ahora) han recibido multas y una de ellas ha sido directamente
acusada por la policía de ser la autora de grafitis y de una fogata a
las puertas de la iglesia de Santa Marina. No sólo esto, que ya es muy
preocupante, sino que además han filtrado las acusaciones a la prensa
más retrógrada, que sin proceder a verificar la información ni esperar
el veredicto de la justicia, ha publicado tal cual el atestado policial.
Así pues, tras la acusación directa a nuestra compañera, Mujeres Diversas convocó una rueda de prensa el pasado 11 de marzo en la Casa de la Paz y difundió su comunicado, que además hemos traducido a varios idiomas para recabar el mayor apoyo posible desde otros países. La Asamblea de Mujeres Diversas está constituida por distintos grupos feministas como Ágora, Setas Feministas, Mujeres Supervivientes, la Asamblea de Feministas Universitarias, etc., así como por feministas a título personal.
La reivindicación más urgente es la de
parar la reforma de Ley del Aborto, una ley que ya era de mínimos para
nosotras, pero no dejamos de lado el resto de reivindicaciones
fundamentales como es acabar con el maltrato, la equiparación de
salarios y la presencia en puestos de poder, entre otras. Estamos
constatando el ataque al movimiento feminista con el intento de
criminalizar nuestra resistencia y el no menos evidente intento de
acabar con nuestras movilizaciones. Pero esta vez es la Iglesia y la
ranciedumbre del PP la que ha topado con nosotras. No vamos a dejar de
manifestarnos, concentrarnos, hablar, escribir, contestar, rebatir,
gritar y resistir, entre otras cosas. No van a conseguir nunca acallar
nuestras voces.
Y es que las feministas sevillanas
estamos de enhorabuena, ya que al fin estamos juntas, unidas frente a
los casposos. Además, esta unión es política, es también sororaria, es
horizontal, es alegre; es una unión en la que se aplica el criterio de
los cuidados, donde nos escuchamos unas a otras y nos enriquecemos con
las distintas opiniones, bagajes y miradas; siempre desde el respeto,
con cariño, donde no hay jerarquías pero sí un objetivo común. Es por
esto que tenemos una fuerza extraordinaria, una creatividad infinita y
una ilusión inmensa. Ante semejante panorama, las provocaciones sólo
conseguirán unirnos más y la represión sólo conseguirá una mayor
contestación en todos los ámbitos.
Esperemos que los obstáculos y las
amenazas nos sirvan para reflexionar sobre lo que aún nos falta
conseguir y para hacer más sólidas todas las conquistas que las mujeres
y la clase trabajadora hemos conseguido a lo largo de la historia. Por
todo ello, nos vemos el próximo viernes ante la sede del PP.
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