La Comisión Europea
insistió ayer en la necesidad de cumplir con una hoja de ruta para
reducir «a la mitad», de aquí a 2020, los cerca de 90 millones de
toneladas de alimentos que Europea tira a la basura cada año, pese a
estar aún en condiciones de ser consumidos.
«Cuando 870 millones de personas pasan hambre cada día, nada puede
justificar malgastar un tercio de la producción de alimentos mundial»,
denunció el comisario de Medio Ambiente, Janez Potocnik. Y es que, la
Unión Europea tiene por objetivo reducir a la mitad la cantidad de
comida que desperdicia, para lo que «se esfuerza en hacer sostenible el
sistema productivo» y «corregir» las deficiencias en materia de uso de
recursos en todos los eslabones de la cadena alimentaria, tal y como
explicó el comisario.
Según datos de la Organización para la Alimentación y la Agricultura
(FAO), en el planeta se tiran cada año 1.300 millones de productos
totalmente aptos para el consumo humano, sin contar los excedentes
agrícolas y los descartes de pescado.
«Es fundamental trabajar en colaboración con todos los actores de la
cadena de suministro alimentario, para evitar que se malgasten la comida
aunque sin comprometer la seguridad de estos», indicó, por su parte, el
comisario de Salud, Tonio Borg.
Además, Bruselas llamó la atención especialmente sobre el hecho de que
la responsabilidad de esta situación se reparte entre todos, desde el
productor hasta el consumidor, pasando por la industria, los
distribuidores y el sector de la restauración.
La «falta de sensibilización y la ausencia en la planificación de las
compras», así como la «confusión» en el etiquetado por las diferencias
entre fecha de caducidad y preferente para el consumo, son algunos de
los problemas principales que afrontan los hogares.
La industria, la distribución y la hostelería, por su parte, encuentran
otras dificultades para medir el uso de alimentos y evitar su
despilfarro, tales como los tamaños estándares de las porciones, la
gestión ineficaz de los stocks o la superproducción.
Para corregir estos problemas, el Ejecutivo comunitario trabaja en una
serie de medidas que presentará «en los próximos meses», según reveló la
institución.
UNA CAUSA COMÚN. El Papa Francisco aseguró ayer que «es un escándalo
que todavía haya hambre y malnutrición en el mundo», en un mensaje
dirigido al director general de la FAO, José Graziano da Silva, leído
por el observador permanente de la Santa Sede en dicha institución,
monseñor Luigi Travaglino, en una ceremonia llevada a cabo en Bruselas
con motivo del Día Mundial de la Alimentación.
«No se trata sólo de responder a las emergencias inmediatas, sino de
afrontar juntos, en todos los ámbitos, un problema que interpela,
principalmente, a la conciencia personal y social, para lograr una
solución justa y duradera», subrayó.
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