La condena de ser albino en África

Corazones Albinos es una iniciativa aragonesa que, motivada por el viaje a una población albina de Tanzania de la periodista y fotógrafa zaragozana Ana Palacios, elabora broches en forma de corazón para, con su recaudación, mejorar la calidad de vida de sus habitantes que se encuentran perseguidos.

 

Por Esther Bermejo Moro

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La periodista y fotógrafa, Ana Palacios, en Tanzania 

 

Zaragoza.- “La situación de los albinos en Tanzania te conquista el corazón porque es lo más extremo, es el vagón de cola del tercer mundo. Son rechazados por sus propias familias, se avergüenzan de ellos, es algo muy dramático y alarmante”, explica la fotógrafa y periodista zaragozana Ana Palacios, quien estuvo un mes conviviendo con la población albina de Kabanga Center (Tanzania) y conociendo su realidad.

Corazones Albinos es una iniciativa aragonesa que empezó motivada por el viaje a Tanzania de esta periodista. Las emprendedoras de este proyecto, Paloma Calvo y su hija, conmovidas por las anécdotas que Palacios les narró de la experiencia, decidieron colaborar de alguna forma. Comenzaron a fabricar broches en forma de corazón para obtener ingresos y ayudar a aquellas personas que les habían llegado al alma, sin conocerlas, “África siempre había sido un lugar muy lejano y Ana con sus fotos me lo acercó, y de alguna manera queríamos ayudar con lo que fuera”, señala Calvo.

La situación de los albinos en el continente africano es muy dramática. Esta población se encuentra perseguida, sufren violencia continua y discriminación, ya que se ha extendido la creencia entre los brujos de que poseer una parte del cuerpo de una persona albina y hacer con ella pociones mágicas, atrae la fortuna. De esta forma, se ha generado un tráfico ilegal por todo el país, llegando a pagar hasta 3.000 dólares por un brazo o una pierna. Además de esto, otro riesgo aún mayor es la alta probabilidad que tienen de sufrir cáncer de piel. Su falta de pigmentación y el sometimiento al fuerte sol africano, sin ningún tipo de protección, provocan graves lesiones que les causan la muerte. De hecho, su esperanza de vida no suele superar los 30 años.

Kabanga Center

Kabanga es un recinto amurallado donde viven 200 personas. Foto Ana Palacios

 

Kabanga es un recinto amurallado donde viven 200 personas, de las cuales 100 son albinas y el resto sufren alguna discapacidad. Están aislados del resto del mundo para protegerse, pero viven en condiciones más difíciles que el resto de la población africana. Con un nivel de pobreza mucho más alto. No pueden acceder a los colegios que necesitan, ya que el albinismo conlleva también problemas de visión. “No suelen acceder a la escuela secundaria. Se quedan con trabajos peores, no se pueden casar porque nadie les quiere, ya que tienen la creencia de que si te casas con un albino te mueres porque son hijos del demonio”, explica Palacios.
Consiguiendo lo imposible

Aquí en Zaragoza, lo que iba a ser únicamente una pequeña colaboración, con la que pretendían comprar alguna crema solar o cacao labial de protección, se ha convertido en un gran proyecto con el cual se está consiguiendo construir un pozo en Kabanga, a través de la ONG AIPC Pandora, “al principio costaba mucho, nos parecía muy difícil recopilar grandes cantidades de dinero de 2 euros en 2 euros, pero después vimos cómo la cosa podía ir a más y ya llevamos unos 3.800 euros recaudados”. Además, los responsables del proyecto
organizaron una charla de sensibilización sobre este tema en la Universidad de Zaragoza en el mes de abril a la que acudieron más de 200 personas. “Cada vez son más los ciudadanos que están colaborando con esta iniciativa. Es bonito saber que la gente todavía cree en algo y que no es todo tan negativo”, ha declarado Calvo con una gran sonrisa en la cara.

La construcción del pozo en Kabanga es vital para su población, ya que esta comunidad bebe diariamente agua de lluvia o, en las épocas de sequía, caminan hasta el pueblo vecino a coger agua. Esta situación provoca un doble riesgo, por un lado, se exponen al sol y, por otro, a que les detecten y puedan ser raptados por la noche.

Los corazones se elaboran con el cariño de muchas personas, pero sobre todo las constantes agujas del proyecto han sido Mariela Tascón, los Scouts de Calasancio e Isabel Félix (de Cruz Roja) que, con su cariño, están sacando adelante el proyecto.

La coordinadora del proyecto Corazones Albinos, Paloma Calvo, realizando broches. Foto Ana Palacios

Más acciones solidarias

Últimamente, este proyecto está siendo apadrinado por la ONG aragonesa Estrella de la Mañana. De esta manera, cada vez que esta organización prepara algún evento, Corazones Albinos está presente. Actualmente, realizan intercambios entre sus páginas web y de facebook, y colaboran en las tareas de sensibilización en Zaragoza.

La siguiente actividad prevista dentro de este proyecto es la venta de un vino solidario. Para ello, colaborarán directamente varios profesionales, entre los que destacan una bodega aragonesa que deja el producto a un precio razonable y un diseñador que ha realizado una atractiva etiqueta. Todo lo recaudado será enviado a África para continuar con la construcción del pozo de Kabanga.

Además, en su empeño de conseguir el dinero para el mencionado proyecto, están organizando una exposición solidaria y unas jornadas albinas en el Centro Joaquín Roncal, del 5 al 23 de noviembre. Ya varios artistas han contestado afirmativamente a la propuesta.
El dinero que se recaude en esta actividad irá directamente para el pozo. En estas jornadas también va a colaborar Urban Knitting Zaragoza, se presentará un libro y un documental de Luis Avellano, “entre todos los colectivos coordinaremos una cita inolvidable, pero sobre todo solidaria y dirigida a sensibilizar sobre el tema”, ha explicado Calvo.

Las agujas solidarias del proyecto Corazones Albinos seguirán cosiendo y ofreciendo, sobre todo, un rayito de esperanza a estas personas que, aunque lejanas, las sienten muy cerca.