Prólogo del libro El correísmo al desnudo de varios autores
Quito, 17 de junio de 2013
Alberto Acosta - Economista
ecuatoriano. Profesor e investigador de la FLACSO-Ecuador. Ex ministro de
Energía y Minas. Ex presidente de la Asamblea Constituyente. Ex candidato a la
Presidencia de la República
Amenazada constantemente desde afuera y desde
adentro, la revolución lucha ante todo por mantener y consolidar su poder, el
cual es, dicho con toda concreción, el poder de los revolucionarios. De aquí
nace el riesgo del bonapartismo.
Robert Havemann (1964)
El punto de partida
El
bonapartismo es una amenaza casi inherente a todo proceso que se autodefine
como revolucionario. En algún momento la búsqueda de cambios estructurales
deviene en una concentración de poderes. Emerge un caudillo. Y la misma lucha
en contra de la opresión abre la puerta a nuevas formas de opresión… Esta
parecería ser la suerte inexorable de todo proceso revolucionario, que difiere
de un proceso de refundación, como explica Juan Cuvi en este libro1.
Sin embargo, antes de ver si esa es la
realidad concreta en Ecuador, habría que preguntarse si la “revolución
ciudadana” es realmente revolucionaria2. La pregunta no es de fácil respuesta.
Si nos atenemos a los discursos oficiales no cabría la menor duda, viviríamos
una revolución. Incluso si se hacen algunas comparaciones con lo sucedido en
gobiernos anteriores, con gobernantes de “marcada mediocridad política” (Decio Machado), se podría aceptar que
hay cambios importantes; por ejemplo en lo que se refiere a la inversión social
y la misma obra pública, que se han incrementado de manera sustantiva.
Esta comparación también se podría hacer en
relación con algunos procesos a nivel internacional, especialmente en algunos
países donde el neoliberalismo goza de buena salud, como es el caso de varios
países europeos. Pero de allí a concluir que se está en medio de un proceso
revolucionario hay mucho trecho.
Inclusive cabe indagar si en algún momento
el proceso sí fue revolucionario, pero que posteriormente fue traicionado, como
insinúa de alguna manera Edgar Isch,
quien ve dos períodos en estos años correístas.
Con este libro, para empezar, queremos
adentrarnos en esta discusión. Y para hacerlo proponemos una aproximación desde
varias perspectivas. Aquí no agotamos todos los puntos de vista necesarios para
disponer de un análisis que totalice la gestión del gobierno del presidente
Rafael Correa, quien apareció en el escenario político como “un producto lógico
de la implosión de la sociedad ecuatoriana”, pero que “no se proyectó al futuro
impulsado por las presiones de la transformación social, sino que se precipitó
hacia el pasado para reestructurar un orden largamente desquiciado” (Juan Cuvi).
Con este libro lo que queremos es recuperar
espacios de debate. Sin presentarnos como los guardianes de la revolución o los
propietarios de visiones progresistas nos proponemos discutir los campos de
acción más relevantes del actual Gobierno. También intentamos romper con el
comportamiento casi rutinario del debate en estos último años, en tanto este busca
aproximaciones “equilibradas” para evitar las andanadas del Régimen. Este libro
no va en esa línea. Este libro, elaborado por varias personas que conocen de la
materia y que incluso han sido parte del Gobierno, propone una lectura crítica
del correísmo, que representa “un nuevo modelo de dominación burguesa”, en
palabras de Mario Unda.
Esta discusión es indispensable, más aún si
se acepta la tesis de que no habría ningún proceso revolucionario, sino
simplemente un discurso que acompaña una modernización capitalista, como pocas
veces antes en la historia de la República. Y para enfrentar este reto nada
mejor que hacerlo leyendo los sueños planteados hace ya más de seis años, tal
como lo hace Fernando Vega, quien
expone y discute los aspectos sobresalientes del Plan de Gobierno del
Movimiento País, elaborado en 2006, que sirvió de inspiración para la
Constitución de Montecristi.
Leer texto completo aquí
No hay comentarios:
Publicar un comentario