África
subsahariana tiene una de las tasas de desnutrición crónica de niños
más altas del mundo, advierte el Fondo de Naciones Unidas para la
Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés).
La conferencia internacional de lucha contra la desnutrición infantil en África subsahariana, llevada a cabo durante dos días en París, capital de Francia, convocada por Unicef, terminó sus labores el miércoles con un llamado a acelerar el progreso mundial en el tema de la nutrición infantil y la financiación para ello.
El presidente de Unicef en Francia, Michèle Barzach, declaró que la conferencia de París produjo un fuerte consenso en las respuestas a dar para combatir la desnutrición y también marcó un paso importante en la expresión de la voluntad política de los gobiernos, tanto del Sur como del Norte, para atacar este flagelo.
Según la agencia de la ONU, los efectos del hambre se han intensificado tras las recientes sequías en el Sahel y el Cuerno de África.
La reunión acordó que, con carácter de urgencia, los gobiernos de los países afectados por la desnutrición infantil aceleren la implementación de políticas públicas proactivas, multi-sectoriales y descentralizadas con el claro objetivo de reducir la malnutrición crónica entre los niños.
Unicef estima que 3000 millones de euros son necesarios cada año para que África combata la desnutrición infantil.
La desnutrición es la causa del 30 por ciento de la mortalidad infantil y, en su forma crónica afecta a 165 millones de niños.
Es un obstáculo importante para la supervivencia y el crecimiento de los niños, así como para el desarrollo de los países, además acabar con este fenómeno es uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
msh/nl/hnb
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