lunes, 22 de abril de 2013

El Salvador: PNUD y procuraduría reconocen derechos de transexuales

Stacy: “Esto es algo que ni con golpes va a cambiar, somos mujeres en cuerpo de hombre”
Última actualización: 22 DE ABRIL DE 2013 12:52 | por Carlos Hernández
Stacy Alejandra Araujo forma parte de las 2,700 personas que pertenecen a la comunidad transexual salvadoreña y que la semana pasada tuvieron acceso al informe sobre la situación de los Derechos Humanos de las Mujeres Trans en El Salvador, el cual fue presentado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH).

A criterio de Araujo, quien además es presidenta de la Asociación Salvadoreña de Mujeres Travestis y Transgénero (ASTRANS), el documento revela lo poco que se ha avanzado en la elaboración de políticas para la inclusión de este sector, con el resto de la sociedad salvadoreña.

Stacy confiesa que se siente identificada con los problemas económicos, sociales y jurídicos que se exponen en el informe, ya que a sus 15 años “lo vivió en carne propia” cuando sus padres la expulsaron de casa porque ya no soportaron la “vergüenza” de su condición.

La historia de un “trans”

Stacy relata lo difícil que ha sido para ella crecer en una sociedad que margina la homosexualidad y confiesta que su experiencia es un ejemplo de lo que enfrentan a diario cientos de jóvenes.

El dolor que causó en su etapa infantil, los desprecios y castigos propinados por su familia y compañeros de escuela, producto a su orientación sexual, no impidieron que a sus 13 años refirmara su condición.

“Cuando yo nací le dijeron a mi mamá que había tenido un hermoso varón. Pero yo siempre me he sentido una mujer. A mis parientes les daba pena salir de la calle conmigo hasta el punto que me echaron de la casa y fue cuando tuve que recurrir al trabajo sexual”, confiesa.

Narra que durante dos años tuvo que sufrir la experiencia de formar parte del 85% de mujeres trans que recurren a esta forma de vida, no porque quieran sino porque debido a su condición se les hace muy difícil encontrar trabajo.

“Eso fue traumatizante porque no era algo que a mí me gustaba y tuve que prostituirme por necesidad. No me daban trabajo primero por mi edad, segundo por mis estudios y tercero por mi identidad de género”, agrega.
Recuerda que ese periodo fue difícil, porque al igual que el 45.8% de este sector de la sociedad, sufrió atentados contra su seguridad física.

Además relata que hubo clientes que trataron de propasarse al punto que tuvo que defenderse, lo que causó en dos ocasiones su detención.
“La primera vez me detuvieron por problemas con un cliente y la segunda por portar arma blanca. Era necesario porque una está expuesta a muchos problemas en la calle, sobre todo en los sectores de la Roosevelt donde normalmente trabajaba”, confiesa Araujo.

Pasado algún tiempo, su madre llegó a las calles para pedirle que regresara a su casa ubicada en la colonia El Paraíso, de San Salvador.

Stacy consiguió completar el bachillerato nocturno en el Instituto Arce de San Salvador, lo que le ha permitido superarse y formar parte del reducido 3% del sector trans que ha logrado obtener un nivel superior de estudio.
Satisfecha, sostiene que ha cursado cuarto año de Licenciatura en Lenguas Modernas en la Universidad de El Salvador, y además cuenta con varios diplomados en cosmetología, que le han permitido obtener un trabajo en un salón de belleza.

Al contarario de su madre, su papá -un ex policía de Hacienda- nunca ha podido aceptar la orientación sexual de Stacy.

“Me castigó en varias ocasiones, pero esto es algo que ni con golpes ni con mandarnos al psicólogo va a cambiar, porque somos mujeres en cuerpo de hombre”, explica.

Sus familiares han aceptando poco a poco su estilo de vida, prueba de ello que aún se encuentra con su familia a pesar que lleva un año con una pareja estable.

Entre sus metas, Araujo se ha propuesto estudiar leyes, porque siempre quiso ser abogada y ser un ejemplo en su comunidad.

Protección jurídica

El informe que fue presentado por la PDDH y el PNUD, expone la situación de los derechos humanos de las mujeres trans de El Salvador, y muestra los avances acontecidos, las barreras que interfieren con el cumplimiento de los derechos y las brechas que precisan de atención urgente.

El documento busca proponer acciones para abordar las problemáticas que afectan la población transexual y las bases necesarias para fortalecer los mecanismos de protección jurídica.

En la introducción del Informe, el Procurador para la Defensa de los Derechos Humanos, Oscar Humberto Luna, plantea que “a la fecha el Estado salvadoreño, a través de diversos tratados internacionales ha reconocido y expresado su compromiso de establecer una verdadera democracia basada en condiciones jurídicas para la auténtica igualdad de oportunidades, además del ejercicio pleno y efectivo de los derechos humanos y libertades fundamentales, que por su misma naturaleza no plantean exclusión alguna, para la población de mujeres transexuales y transgéneros ni para los hombres trans, mujeres lesbianas, hombres gay, personas bisexuales e intersexuales”.

La PDDH informó que desde el Órgano Ejecutivo del Estado se han reconocido estos hechos y se han desplegado acciones políticas para contrarrestarlos, destacándose la creación de la Dirección de Diversidad Sexual en el seno de la Secretaría de Inclusión Social.

Asimismo se ha conformado la Mesa Permanente sobre los derechos humanos de la Población LGBT (lesbiana, gay, bisexual y transgénero), que está integrada por la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos, organizaciones de sociedad civil y población LGBT.


No hay comentarios: