Pekín, 15 mar (EFE).- La Asamblea Nacional Popular (ANP), el Legislativo chino, nombró hoy formalmente como nuevo primer ministro a Li Keqiang, de 57 años, quien hereda la tarea de enderezar la segunda economía del mundo.
Li
Keqiang (i), posa junto al presidente Xi Jinping durante la sesión de
la Asamblea Nacional Popular (ANP, el Legislativo chino), en el Gran
Palacio del Pueblo de Pekín (China), en donde Li Keqiang fue nombrado
como primer ministro, en sustitución de Wen Jiabao. EFE
Li,
que desde 2008 era el viceprimer ministro encargado de asuntos
financieros, fue elegido por los casi 3.000 delegados en una votación
cuyo resultado se conocía ya con meses de antelación -desde que en
noviembre pasara a ser "número dos" del Partido Comunista- por 2.940
votos a favor, tres en contra y seis abstenciones.
Tras completarse el trámite, en una ceremonia celebrada en el Gran Palacio del Pueblo, Li, llamado a encabezar el Gabinete nacional durante 10 años, saludó a los delegados con una reverencia, y entre aplausos estrechó la mano de quien desde ayer, jueves, es presidente de China, Xi Jinping.
A continuación saludó efusivamente y fue felicitado por su antecesor, un muy sonriente y relajado Wen Jiabao, quien se retira tras una década en la que el país pasó del sexto al segundo lugar en el ránking de economías mundiales.
Li, uno de los líderes comunistas surgidos de la Liga de Juventudes Comunistas (los llamados "tuanpai"), asume la complicada responsabilidad de que bajo su mando China ascienda un último escalón y se encarame hasta el primer puesto económico, algo que según algunos analistas podría ocurrir antes del fin de esta década.
Nacido en la provincia oriental de Anhui, una zona eminentemente agrícola y de emigrantes a las grandes ciudades, y formado en la Universidad de Pekín, Li también tendrá que lidiar con la sombra de la popularidad de su antecesor, quien en la última década ha sido uno de los líderes más carismáticos entre la ciudadanía.
El primer acto público de Li como jefe de Gobierno será la rueda de prensa que cada año este cargo ofrece al término de la sesión anual del Legislativo (en esta ocasión, el domingo 17), en la que se espera la asistencia de cientos de periodistas chinos y extranjeros.
En los países de habla hispana, en todo caso, se le conoce ya por su visita a España en enero de 2011, que generó mucha expectación, puesto que le acompañaba una nutrida delegación empresarial, así como por sus reuniones el pasado año, en Pekín, con los presidentes de Cuba (Raúl Castro) y Colombia (Juan Manuel Santos).
El nombramiento de hoy, unido al presidencial de ayer, da inicio oficial a la que ya ha comenzado a llamarse "Administración Xi-Li", en la que la quinta generación de líderes chinos abre una nueva época para el régimen, tras las encabezadas por Mao Zedong, Deng Xiaoping, Jiang Zemin y Hu Jintao.
La ceremonia de votación de hoy, un formalismo prácticamente calcado al que el jueves coronó a Xi Jinping como presidente, tuvo como anécdota el relativamente alto número de votos -para los estándares del régimen- que negaron su apoyo a otro cargo nombrado hoy, el nuevo presidente del Tribunal Popular Supremo, Zhou Qiang (28 sufragios en contra, 2.908 a favor, 23 abstenciones).
Zhou, en todo caso, está considerado uno de los políticos con mayor proyección en China, con una sólida carrera tanto en el ámbito administrativo como en el Derecho.
Su nombramiento, según los analistas, parece responder al interés de las autoridades del Partido Comunista por reforzar las instancias judiciales, en especial tras la crisis desatada el año pasado por el "caso Bo Xilai", el mayor escándalo político de China en 20 años, cuyo juicio, el primer gran reto para Zhou, todavía espera fecha.
Además de Zhou, quien, como Li Keqiang y Hu Jintao, forjó su influencia política como secretario general de la Liga de Juventudes Comunistas, también se eligió hoy a Cao Jianming como fiscal general del Estado, y a los generales Fan Changlong y Xu Qiliang como vicepresidentes de la Comisión Militar Central.
Mañana, viernes, continúan las votaciones, para elegir en ese caso a nuevos viceprimeros ministros, consejeros de Estado y ministros del Gabinete, además del gobernador del banco central, que según observadores podría ser el único cargo que no cambie de manos y continúe en las de Zhou Xiaochuan.
Tras completarse el trámite, en una ceremonia celebrada en el Gran Palacio del Pueblo, Li, llamado a encabezar el Gabinete nacional durante 10 años, saludó a los delegados con una reverencia, y entre aplausos estrechó la mano de quien desde ayer, jueves, es presidente de China, Xi Jinping.
A continuación saludó efusivamente y fue felicitado por su antecesor, un muy sonriente y relajado Wen Jiabao, quien se retira tras una década en la que el país pasó del sexto al segundo lugar en el ránking de economías mundiales.
Li, uno de los líderes comunistas surgidos de la Liga de Juventudes Comunistas (los llamados "tuanpai"), asume la complicada responsabilidad de que bajo su mando China ascienda un último escalón y se encarame hasta el primer puesto económico, algo que según algunos analistas podría ocurrir antes del fin de esta década.
Nacido en la provincia oriental de Anhui, una zona eminentemente agrícola y de emigrantes a las grandes ciudades, y formado en la Universidad de Pekín, Li también tendrá que lidiar con la sombra de la popularidad de su antecesor, quien en la última década ha sido uno de los líderes más carismáticos entre la ciudadanía.
El primer acto público de Li como jefe de Gobierno será la rueda de prensa que cada año este cargo ofrece al término de la sesión anual del Legislativo (en esta ocasión, el domingo 17), en la que se espera la asistencia de cientos de periodistas chinos y extranjeros.
En los países de habla hispana, en todo caso, se le conoce ya por su visita a España en enero de 2011, que generó mucha expectación, puesto que le acompañaba una nutrida delegación empresarial, así como por sus reuniones el pasado año, en Pekín, con los presidentes de Cuba (Raúl Castro) y Colombia (Juan Manuel Santos).
El nombramiento de hoy, unido al presidencial de ayer, da inicio oficial a la que ya ha comenzado a llamarse "Administración Xi-Li", en la que la quinta generación de líderes chinos abre una nueva época para el régimen, tras las encabezadas por Mao Zedong, Deng Xiaoping, Jiang Zemin y Hu Jintao.
La ceremonia de votación de hoy, un formalismo prácticamente calcado al que el jueves coronó a Xi Jinping como presidente, tuvo como anécdota el relativamente alto número de votos -para los estándares del régimen- que negaron su apoyo a otro cargo nombrado hoy, el nuevo presidente del Tribunal Popular Supremo, Zhou Qiang (28 sufragios en contra, 2.908 a favor, 23 abstenciones).
Zhou, en todo caso, está considerado uno de los políticos con mayor proyección en China, con una sólida carrera tanto en el ámbito administrativo como en el Derecho.
Su nombramiento, según los analistas, parece responder al interés de las autoridades del Partido Comunista por reforzar las instancias judiciales, en especial tras la crisis desatada el año pasado por el "caso Bo Xilai", el mayor escándalo político de China en 20 años, cuyo juicio, el primer gran reto para Zhou, todavía espera fecha.
Además de Zhou, quien, como Li Keqiang y Hu Jintao, forjó su influencia política como secretario general de la Liga de Juventudes Comunistas, también se eligió hoy a Cao Jianming como fiscal general del Estado, y a los generales Fan Changlong y Xu Qiliang como vicepresidentes de la Comisión Militar Central.
Mañana, viernes, continúan las votaciones, para elegir en ese caso a nuevos viceprimeros ministros, consejeros de Estado y ministros del Gabinete, además del gobernador del banco central, que según observadores podría ser el único cargo que no cambie de manos y continúe en las de Zhou Xiaochuan.
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