Por Cira Rodríguez César*
La Habana
(PL) Una de sus mayores consecuencias del impacto de la actual crisis,
el desempleo, ya rompe récord en diferentes países y en cálculos
oficiales de las cifras que puede alcanzar durante este y el venidero
año.
Tres años de declives económicos globales empeoran los mercados
laborales en todo el mundo, y ante la perspectiva de un mayor deterioro
se espera un retraso equivalente a 200 millones de puestos de trabajo,
un incremento de 27 millones desde el inicio de la crisis.
La
leve recuperación que comenzó en el 2009 fue efímera y superficial, por
lo que desde el tercer trimestre del 2011, las penurias macros de
algunas economías avanzadas han empeorado, pues las inversiones y la
creación de empleos en el mundo se han mantenido bajas.
Tanto la
Organización Internacional del Trabajo (OIT) como otros organismos
internacionales, incluso los de corte neoliberal, coinciden en que la
inestabilidad del sector financiero y las primas de riesgo en ascenso
limitan el acceso a créditos y ensombrecen el ánimo de los empresarios y
los consumidores.
De ahí que la economía mundial registre un
rápido debilitamiento, pues la incertidumbre se extendió más allá de las
economías avanzadas y, en la coyuntura actual, es bastante evidente
incluso una posible recaída en mayor recesión.
A mediados de
este año el Centro de Noticias de la Organización de Naciones Unidas
aseguró que en todo el mundo hay 205 millones de desocupados,
considerada la cifra más alta de la historia.
Pero hace apenas
unos días, nuevos datos de la OIT, basados en previsiones a la baja del
Fondo Monetario Internacional sobre el crecimiento económico mundial,
muestran que el desempleo subirá de 200 millones a 207 millones en el
2013.
De acuerdo con esas cifras se requiere un enfoque
equilibrado para promover un crecimiento inclusivo, capaz de crear los
600 millones de puestos de trabajo que se necesitarán en los próximos 10
años.
Otra gran preocupación es el paro laboral entre los
jóvenes, con niveles insostenibles, por lo que es preciso priorizar la
creación de empleos como parte de las políticas macroeconómicas.
Sin embargo, sobre todo en Europa, se adoptan medidas de austeridad
fiscal que dan pie a rápidos incrementos del desempleo entre los jóvenes
y un crecimiento económico negativo en varios países.
Para el
director del Instituto Internacional de Estudios Sociales de la OIT,
Raymond Torres, la degradación de la situación laboral se debe a las
dificultades de acceso al crédito, sobre todo para las pequeñas y
medianas empresas en las economías avanzadas, y a los recortes aplicados
para "tranquilizar a los mercados financieros".
La austeridad
no ha producido más crecimiento económico, es contraproducente, y da
lugar a la debilidad económica, además de destruir empleos, sin siquiera
reducir de forma considerable los déficit presupuestarios, considera el
especialista.
Después de tres años de una supuesta recuperación
económica atribuida a Estados Unidos, la situación mundial en términos
de empleo es un enorme desafío y las expectativas de cara al futuro no
son nada alentadoras.
La OIT pone de ejemplo al Grupo de los 20
países avanzados y emergentes en el sector laboral: 84 millones de
personas sin trabajo, de las cuales el 44 por ciento -es decir unos 37
millones- son mujeres y hombres jóvenes.
En ese bloque, cerca de
300 millones de personas viven en economías emergentes y tienen empleos
informales de baja productividad, fuera del sector agrícola, en tanto
que en la Unión Europea más de 24 millones de personas no encuentran
ocupación.
El director general de la OIT, Guy Ryder, también
reconoce que muchos gobiernos, al implementar medidas de austeridad,
subestimaron su impacto, y ahora sus efectos negativos son más dañinos
de lo que se pensó.
Recordó que el desempleo mundial aún se
sitúa en 30 millones de personas más que antes de comenzar la crisis en
el 2008, y cerca de 40 millones de personas más han abandonado el
mercado laboral desde entonces.
Sobre esa base aseguró que las
nuevas iniciativas se deben concentrar en apoyar las inversiones en
infraestructuras, mejorar el acceso a los créditos bancarios de las
pequeñas y medianas empresas, extender la cobertura de la protección
social e invertir en empleos para los jóvenes.
Considera que una
acción coordinada por parte de las mayores economías mundiales puede y
debe prevenir un deslizamiento hacia lo que describe como "un pantano
político y social".
Al respecto, advirtió que según los cálculos
de la organización que dirige, sólo en la Eurozona podrían subir de los
actuales 17,4 millones a 22 millones los desocupados en los próximos
cuatro años, salvo que ocurra un cambio de medidas y políticas.
S.O.S, UNA GENERACIÃ"N PERDIDA
La
actual crisis del empleo afecta a 75 millones de mujeres y hombres
jóvenes en todo el mundo, cuatro millones más que en el 2007, por lo que
se corre el riesgo de perder una generación si no se encara con
resolución esa grave situación.
"A menos que se emprendan
medidas inmediatas y enérgicas, la comunidad mundial tendrá que afrontar
el sombrío legado de una generación perdida", subrayó el texto final de
la CI Conferencia Intencional de la OIT, celebrada del 30 de mayo al
14 de junio de este año con un enfático llamado a solucionar el
desempleo juvenil.
Con esas cifras solo cabe la acción de
empleadores y trabajadores para resolver el desajuste entre la oferta y
la demanda de competencias, mejorar los sistemas de empleo-formación y
promover la capacidad empresarial de los jóvenes.
Por eso el
llamado a los gobiernos, al sistema multilateral, al G20 y a todas las
organizaciones pertinentes a nivel nacional, regional e internacional a
enfrentar el problema.
De los 75 millones desocupados, seis
millones de jóvenes dejaron de buscar empleo y, de los que trabajan, más
de 200 millones ganan menos de dos dólares al día.
*Periodista de la redacción de Economía de Prensa Latina.
em/crc
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