Kinshasa (Agencia Fides) - En los últimos seis meses, las fuerzas de la
MONUSCO (Misión de Naciones Unidas en el Congo) han apoyado al ejército
congoleño contra el Movimiento 23 de marzo (M23) en el distrito de
Rutshuru, en Kivu Norte (al este de la República Democrática del Congo).
“Pero al hacerlo, - dice una nota enviada a la Agencia Fides por el
Servicio Jesuita de Refugiados (JRS) - el ejército y la MONUSCO han
dejado varias zonas del vecino distrito de Masisi sin protección,
dejando total libertad de movimiento a los grupos rebeldes, algunos de
los cuales están aliados oficialmente al M23”.
En los últimos 6 meses, más de 320.000 personas se han visto desplazadas
de Kivu del Norte. “Aunque la mayoría de los desplazados son el
resultado del conflicto entre el gobierno y el M23 en el distrito de
Rutshuru, muchos otros se han visto obligados a huir a causa de la
violencia en Masisi”, afirma el comunicado.
“Este hecho - afirma un miembro del JRS que trabaja en Masisi - ha
provocado una falta injustificada de protección para la población del
distrito de Masisi. Aunque evidentemente es necesario que los civiles
atacados por el M23 sean protegidos, esto no debería hacerse a costa de
vidas inocentes, especialmente mujeres y niños, de otras áreas de la
región. La población se siente abandonada por la MONUSCO que no ha
logrado cumplir con su cometido”.
El JRS hace hincapié en que sus equipos a pie de campo tienen pruebas
directas de las consecuencias de los enfrentamientos en la región.
“Además de las víctimas, la violencia deja a las personas más
vulnerables, mujeres, niños, ancianos, enfermos y discapacitados, sin la
ayuda de las organizaciones humanitarias ni de otros miembros de sus
comunidades”. (L.M.)
(Agencia Fides 16/11/2012)
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