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En Nueva York, las mujeres afroamericanas y migrantes sin documentos que
son víctimas de violencia de género están en la indefensión, ya que por miedo y
no confiar en la protección del Estado no buscan ayuda, alertó Alan Grieg,
integrante del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
El experto en violencia de género dijo a esta agencia de noticias que la
justicia para las afroamericanas y migrantes sin documentos está en entredicho,
toda vez que a menudo ellas desconfían de los tribunales y las cortes, y
prefieren no denunciar abusos de los que son objeto muchas veces al interior de
sus hogares.
A las mujeres se les hace más fácil conseguir trabajo (limpieza, cocina,
entre otras labores) que a los hombres, lo que deriva en que tengan más dinero
que sus compañeros. Esta mayor capacidad económica las empodera y las hace
independientes, por lo que tienen más libertades que sus países de origen.
Esto genera mucho conflicto en sus relaciones debido al estatus
indocumentado, por lo que no pueden acudir a la policía para obtener justicia. No tienen lugares a
dónde acudir, sólo se pueden apoyar entre ellas, abundó Grieg.
El maestro en Estudios Sociales por la Universidad de Oxford señaló que la
violencia contra las mujeres no se ve aún como un problema social grave, sino
como algo "normal”.
"Muchas mujeres en Nueva York, particularmente las afroamericanas o
migrantes, no obtienen justicia de la policía de ninguna manera y por eso no
confían; además de que muchos hombres no hacen lo suficiente por ayudarlas a
obtener justicia, aun cuando ellos mismos no sean violentos”.
En Nueva York la violencia de género es un problema grave, y el más grande
es la falta de apoyo para las mujeres.
Según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades,
en 2011 una de cada cuatro mujeres en Estados Unidos había sufrido violencia
física grave por parte de su pareja en algún momento de su vida.
Alan Grieg indicó que hasta el momento las mujeres víctimas de violencia de
género sin documentos reciben algunos apoyos, pero la gran mayoría no son
oficiales, puesto que hay organizaciones civiles que trabajan con comunidades
de migrantes.
Tenemos que nombrar a la violencia y responsabilizar a quienes la ejercen,
es decir, recordar que el Estado está para apoyarnos y protegernos, no para
abusar de nosotros, sostuvo el integrante del PNUD.
Concluyó que en estos momentos se discute en el Congreso de EU la Ley sobre
Violencia contra la Mujer, y dentro de sus disposiciones se analiza si se debe
atender a las mujeres migrantes. El proyecto de ley prevé protección y
servicios legales para combatir la violencia doméstica y sexual, y el acoso.
La noticia es de Cimac, por Gladis Torres Ruiz
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