Rogéria Araújo
Periodista de Adital
Adital
En Mato Grosso do Sul, en los últimos diez años, ocurre un suicidio por
semana en las tribus indígenas que todavía sobreviven en la región. El hecho ya
fue denunciado varias veces por diversas organizaciones que actúan a favor de la
causa indígena. Pero en los últimos días, una "carta-testamento”, firmada por
representantes de la aldea Guaraní-Kaiowá, del municipio de Naviraí, llama la
atención, sobre todo en las redes sociales, sobre la criminal desconsideración para
con los pueblos indígenas, desconsideración de la cual los gobiernos,
ineficientes, terminan siendo cómplices por no dar respuestas dignas a las
poblaciones que solamente están luchando por sus derechos ancestrales.
En la carta, enviada al Consejo Indigenista Misionero (Cimi), 170
indígenas destacan una decisión definitiva: no van salir de sus tierras, ni
vivos ni muertos. Concientes de que no van a tener acceso legal a sus tierras,
ya se consideran diezmados, listos para entrar en los cementerios donde están
sus ancestros. Piden también tractores para cavar un pozo donde sus cuerpos
puedan ser enterrados.
¿El motivo? La Justicia Federal, representada por las instancias
competentes, despachó una orden de desalojo en una clara señal de atención a
los hacendados que ocupan ilegalmente el área donde los indígenas están
acampados, en la margen del Hovy, cerca de sus tierras originarias.
A pesar de la repercusión, el coordinador regional del Consejo
Indigenista Misionero - Mato Grosso do Sul, Flávio Machado, informó que no se
hizo nada formalmente para impedir la acción de desalojo. La situación, por lo
tanto, continúa siendo la misma.
"En términos de trámites no hubo absolutamente nada. No se hizo nada. Lo
que pasó es que la carta tuvo gran repercusión. Pero cuando se habla de muerte
colectiva, esto se da en dos frentes: el de resistir en el territorio, ya que
ellos no van a salir de allá, y en la desconfianza en el Poder Judicial”, dijo
a ADITAL Flávio Machado.
El suicidio, de hecho, explica Machado, es practicado desde hace años
entre el pueblo Guaraní-Kaiowá. La situación es muy seria. "Esta aldea ya fue
atacada tres veces y ninguna de las veces el asunto fue considerado como
genocidio, lo que es una injusticia”, completó.
La Carta
El documento está firmado por la comunidad Guaraní-Kaiowá de Pyelito
Kue/Mbarakay. En él, 50 hombres, 50 mujeres y 70 niños hablan de su situación
histórica y de una decisión definitiva ante la postura de la Justicia Federal.
"Entendemos claramente que esta decisión
de la Justicia Federal de Navirai-MS es parte de la acción de genocidio y
exterminio histórico del pueblo indígena, nativo y autóctono de Mato Grosso do
Sul; esto es, la acción misma de la Justicia Federal está violentando y
exterminado nuestras vidas. Queremos dejar claro al Gobierno y a la Justicia
Federal que, finalmente, ya perdimos la esperanza de sobrevivir dignamente y
sin violencia en nuestro territorio antiguo, y que no creemos más en la
Justicia brasilera”, afirman en un pasaje de la carta.
De acuerdo con el posicionamiento de los
pueblos indígenas, el suicidio es el único camino: un suicidio colectivo inducido
por la falta de atención, por la falta de respeto a los más básicos de los
derechos humanos, al derecho a la vida.
"¿A quién vamos a denunciar las violencias
ejercidas contra nuestras vidas? ¿A qué Justicia de Brasil? Si la misma
Justicia Federal está generando y alimentando violencias contra nosotros. Ya evaluamos
nuestra situación actual y concluimos que igualmente vamos a morir todos en
poco tiempo; no tenemos y ni tendremos perspectivas de una vida digna y justa
tanto aquí en la margen del río como lejos de aquí”, continúa la carta.
Finalmente, los Guaraní-Kaiowá de Pyelito
Kue/Mbarakay –que actualmente son 45 mil personas– piden a la Justicia Federal
su extinción y ser diezmados. "Como un pueblo nativo e indígena histórico,
decidimos meramente ser muertos colectivamente aquí. No tenemos otra opción; ésta
es nuestra última decisión unánime ante el despacho de la Justicia Federal de
Navirai-MS”.
Traducción: Daniel Barrantes - barrantes.daniel@gmail.com
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