Bosnia conmemoró el viernes el vigésimo aniversario del comienzo de la guerra civil de 1992-95, con sus tres principales comunidades conviviendo en paz, pero tan divididas como durante ese conflicto, sinónimo de los peores horrores en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
Este aniversario coincide igualmente con el del reconocimiento de la independencia de esta ex república yugoslava por la comunidad europea, rechazada por los serbios, pero también con el comienzo del asedio a Sarajevo, el más prolongado de la historia de la guerra moderna.
La guerra que tuvo lugar en Bosnia entre 1992 y 1995, durante la cual se enfrentaron las comunidades serbia, musulmana y croata, dejó unos 100.000 muertos y más de 2,2 millones de refugiados y desplazados, la mitad de la población de esa época.
Miles de bosnios se reunieron el viernes a lo largo del principal bulevar de la ciudad, la Avenida del Mariscal Tito, para un concierto ante 11.541 sillas rojas vacías, correspondiente al número de muertos causados por las fuerzas serbias.
"¿Por qué no estás aquí?", cantó una coral, acompañada por una pequeña orquesta sinfónica al comenzar ese concierto, que duró una hora.
Las sillas rojas fueron colocadas en 825 filas a lo largo de 800 metros.
"Toda esa gente, mirad a toda esa gente que mataron, mirad ese río de sangre", dijo llorando Mebrura Libric, una economista que perdió a su hermano durante el asedio.
En algunas filas, las sillas eran más pequeñas, para simbolizar a los niños muertos. Aquí y allá colocaron un osito de peluche, juguetes, cuadernos escolares o flores.
A lo largo del bulevar, varias pantallas gigantes mostraron los nombres de las víctimas en orden alfabético.
En las vitrinas de los comercios a lo largo del bulevar fueron colocados afiches con los acontecimientos culturales que tuvieron lugar durante el sitio a Sarajevo.
"Jamás olvidaré los incesantes bombardeos, los francotiradores emboscados y la gente que moría haciendo la fila para abastecerse en agua o en pan", recuerda Fuad Novalija, orfebre en la parte antigua de la ciudad.
El fin del conflicto quedó marcado por la matanza perpetrada por las fuerzas serbias en Srebrenica (este) en julio de 1995, en la que murieron unos 8.000 musulmanes, que la justicia internacional calificó de genocidio.
Cuatro meses después, los acuerdos de paz de Dayton (Estados Unidos), negociados bajo presión internacional, terminaron con el conflicto, pero consagraron la división de Bosnia en dos entidades, una serbia y la otra croato-musulmana, cada una con un alto grado de autonomía y unidas por instituciones centrales débiles.
Incesantes querellas entre los dirigentes políticos de las tres principales comunidades bloquean todo progreso en este país que aspira a adherir algún día a la Unión Europea.
Bosnia es de hecho uno de los países más pobres de Europa, donde el desempleo golpea a más del 40% de sus 3,8 millones de habitantes, de los cuales una cuarta parte vive bajo el nivel de la pobreza, según la ONU.
"Poco me importa quién es el jefe de Estado y cuál es su religión, si me gano la vida decentemente", dice Minib Kovacevic, de 53 años, vigilante en un área de estacionamiento.
Fuad Novalija se lamenta también de ver a su país empantanado en disputas políticas y en una crisis económica interminable.
"Gozamos de paz y es el único verdadero progreso", reconoce.
Actualmente, los principales protagonista de la guerra están detenidos o son juzgados por crímenes de guerra por la justicia internacional o han fallecido.
Los líderes políticos y militares serbios de Bosnia durante el conflicto, Radovan Karadzic y Ratko Mladic, que durante años huyeron de la justicia internacional, fueron detenidos y están siendo juzgados por genocidio en el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia.
rus-cn/sym/jo.zm
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