El presidente francés Nicolas Sarkozy, que aspira a la reelección, intentó reactivar el domingo su campaña electoral al exigir nuevas reformas en Europa ante miles de partidarios congregados cerca de París, mientras el candidato socialista François Hollande encabeza los sondeos.
El presidente, elegido en 2007 y que busca un segundo mandato de cinco años, defendió una Europa política fuerte, única forma, según él, para evitar la "dislocación".
Ante unas 70.000 personas, según su partido la Unión por un Movimiento Popular (UMP), el presidente-candidato afirmó que la Unión Europea debe introducir un "Buy European Act" basado en el modelo del "Buy American Act" para que las empresas europeas que produzcan en Europa se beneficien del dinero público europeo.
"Francia exigirá que parte de los mercados públicos (de Europa) sea reservado a las pequeñas y medianas empresas europeas" dijo en el mítin electoral, y afirmó que si estos puntos no son aplicados en los próximos 12 meses, Francia actuará "unilateralmente".
"Solemnemente, me pregunto por qué Europa no debería permitirse algo que Estados Unidos, el país más liberal (económicamente) del mundo, se permite a sí mismo", aseguró Sarkozy.
La ley proteccionista estadounidense "Buy American Act" obliga al Estado a utilizar bienes producidos localmente en los contratos públicos.
Asimismo, el presidente francés pidió la revisión de los acuerdos de Schengen, que suprimió los controles en las fronteras entre los Estados europeos firmantes, para controlar mejor la inmigración clandestina, un tema recurrente en su campaña.
En vigor desde 1985 para un grupo reducido de cinco países, los acuerdos sobre el espacio Schengen se aplican hoy a 22 Estados miembros de la UE y cuatro países extracomunitarios asociados. Pero el espacio Schengen, dentro del cual los viajeros pueden circular libremente, es objeto de tensiones crecientes dentro de la UE.
Sarkozy dijo que "los acuerdos de Schengen no permiten seguir respondiendo a la gravedad de la situación" causada por los flujos migratorios.
"Hay que hacer con Schengen una reforma tan estructural como la que acabamos de hacer con el euro", exclamó el presidente-candidato, quien considera que "no se debe dejar el manejo de los flujos migratorios únicamente en manos de los tecnócratas y los tribunales".
"En la actual situación económica y social, si Europa no controla las entradas a su territorio, no podrá acoger dignamente a quienes llegan, no podrá responder a la demanda de integración de aquellos que tiene dificultades para hallar su lugar en la sociedad, y no podrá seguir financiando su protección social", advirtió.
"Se debe poder sancionar, suspender o excluir de Schengen a un Estado que falle, así como se puede sancionar a un Estado de la eurozona que no cumple con sus obligaciones", dijo Sarkozy.
Sarkozy busca un nuevo aliento para revertir la tendencia que lo deja en segundo lugar, según los sondeos de intención de voto.
Estos sondeos dan ventaja a Hollande sobre Sarkozy en la primera vuelta (22 de abril), que se amplía mucho más en la segunda (6 de mayo), donde disputan la presidencia los dos mejores colocados.
Para ello, este domingo el presidente-candidato centró nuevamente su discurso político a la derecha, habló sobre los extranjeros y el islam, pero por las críticas en su propio bando, atenuó sus declaraciones, dejando de lado afirmaciones como la que hizo hace pocos días: "hay muchos extranjeros" en Francia.
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