El cantón Chunchi, en Chimborazo, recibió ayer a la marcha de la oposición. Alrededor de 2 mil indígenas continúan hoy su caminata por la provincia hasta llegar a Alausí y después a Riombamba.
“Nos acercamos a Quito. Estamos más alegres y más fortalecidos porque vamos más”, indicó el vicepresidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), José Acacho, quien asegura que “se ha visibilizado la presencia del movimiento indígena, demostrando su organización, unidad y poder de convocatoria”.
Sectores de la oposición consideran esta marcha como un renacer de los indígenas, donde se observa el fortalecimiento del movimiento, que en el pasado convocó a miles y logró, junto a otros actores, hasta derrocar presidentes.
Retroceso
Durante décadas, los movimientos indígenas han realizado movilizaciones y protestas en contra de los regímenes de turno y sus políticas. Sin embargo, los últimos años se ha debilitado su estructura, hasta con la colocación de dirigentes indígenas como funcionarios públicos.
“El Gobierno nos ha afectado profundamente a través de las persecuciones políticas, de apresar a los líderes y quitar todo el apoyo y los fondos que teníamos”, señaló la asambleísta por Morona Santiago Diana Atamaint (PK).
Fortalecimiento
La marcha, a la que se han sumado miles de indígenas, es “saludable para el país” porque “el movimiento comienza a reconstituirse como una fuerza social necesaria para la democracia”, afirmó el exrector de la Universidad Salesiana y activista político, Pedro Delgado.
Para él, es una buena noticia porque se han unido otros actores sociales, con el fin de elaborar un proyecto a largo plazo. Lo cual sería “derrocar al presidente Rafael Correa en las urnas”, según Atamaint.
“El país siempre ha visto a los movimientos indígenas como una alternativa para la transformación”, aseveró la asambleísta, quien está convencida de que se ha dejado el miedo y se ha salido a las calles, en beneficio de una sociedad que estaba “apagada, amedrentada con juicios, insultos y amenazas por pensar diferente”.
Sin embargo, para Gina Godoy (PAIS) “seguirán siendo una minoría, aunque sientan el respaldo de algunos adeptos”.
Luego, comentó que “la gestión de caminar hacia Quito tiene la clara intención de afectar al Régimen”, a lo que añadió que “el fortalecimiento de ellos está muy lejos de la realidad porque hay un reconocimiento y respaldo permanente a (el presidente, Rafael) Correa”.
Multitudes
“Llegaban por miles y ocupaban todo el parque (El Arbolito). La Policía no les podía contener. Se quedaron aquí por una semana, dormían en carpas y preparaban su comida”, recuerda Olga Pico (64), dueña del Micromercado El Arbolito.
Hace 11 años, ella vivió la llegada del movimiento indígena que derrocaría al expresidente Jamil Mahuad. Cerca de allí, en la calle Tarqui, Jorge Almendaris (43), mensajero, también presenció todo el evento. “Los gases lacrimógenos no les hacían nada”, contó.
En 2000 avanzaron a pesar del cordón policial y se tomaron el Congreso Nacional. “A los presidentes había que darles una empujadita para que salgan. Eso hicieron los indígenas”, añadió Delgado, quien afirma que no son una minoría porque recogen la inquietud de mucha otra gente.
‘No marchamos por trago’
Frente a la publicación de El Ciudadano, en la que se habla del consumo de licor por los indígenas, el presidente de la Conaie, Humberto Cholango, lamentó el hecho e indicó que se han recurrido a ofensas y ataques para enfrentar al movimiento indígena con racismo.
“Es de total bajeza lo que han hecho y hay que dejar que el pueblo juzgue. Nosotros hemos argumentado hasta el cansancio”, añadió.
Además, ayer encontraron un policía infiltrado que portaba armas. “A todos los infiltrados los llevaremos a las autoridades indígenas para que les apliquen nuestra justicia”, añadió.
Datos históricos
De movilizaciones indígenas
• En junio de 1990, se organizó el primer levantamiento indígena que exigió al expresidente Rodrigo Borja la declaratoria del Estado plurinacional.
• En febrero de 1997 se da el levantamiento en contra de Abdalá Bucaram.
• En septiembre de 1997 realizaron la marcha para convocar a una Asamblea Constituyente.
• En 1999 organizaron al menos tres movilizaciones contra Jamil Mahuad.
• En 2000, más de 15 mil indígenas se tomaron el Congreso Nacional y proclamaron un triunvirato.
• En 2005, Pachakutik y otros movimientos rechazaron las acciones de Lucio Gutiérrez.
EL DATO
La movilización ha recorrido más de 300 kilómetros.
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‘Quito debe recibir a la marcha con los brazos abiertos’ A una semana de que la marcha de la oposición llegue a la capital, el asambleísta Paco Moncayo (AL), exalcalde de Quito, llamó a los capitalinos a recibir a los manifestantes. En diálogo con La Hora, manifestó las razones que él tiene para apoyar la movilización y la postura que cree deben tener el pueblo capitalino y el presidente, Rafael Correa. ¿Por qué su apoyo? Esta marcha no es para desestabilizar al Régimen, no es en contra de la democracia. Es una demostración de inconformidad de sectores sociales importantes frente a las políticas públicas de este Gobierno. En la consulta popular ya asomó la oposición, lo que es legítimo. Y está ocurriendo también en esta ocasión. Lo peor que puede haber es un Gobierno sin oposición. El movimiento indígena asegura que el Presidente tiene miedo... Esta es una marcha legal, a cielo abierto, no hay conspiradores. Ese miedo y esa paranoia del Presidente no tienen razones. No es que la gente conspira en su contra, sino él mismo, con su discurso irreflexivo y violento. No es una marcha para botar gobiernos, sino para plantearle al Presidente lo que la gente piensa siente y quiere. ¿Quiénes llegarán a la capital? Personas que han luchado décadas, que lograron todas las conquistas del reconocimiento a los derechos de los indígenas. Eso no lo ha hecho este Gobierno. Las conquistas ya existían cuando llegó Correa. ¿Cómo debe ser el recibimiento en Quito? Cuando los pueblos indígenas lleguen, no podemos hacer menos que recibirles con los brazos abiertos, con alegría, con respeto. Yo sé que el pueblo de Quito lo va a hacer así, porque no es mediocre y es progresista. ¿Cuál cree usted que debería ser la respuesta del Presidente? El gobierno debe recibirles y escucharles. Le pido que abra las puertas de Carondelet. |
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