viernes, 3 de febrero de 2012

María Antonieta, una mazahua mexicana por cambios


Líder mazahua en ese territorio del centro del país, Hernández rechaza que muchas veces los partidos políticos busquen sus rostros solo para "enseñarlos en congresos", mientras se vela todo el daño que han hecho años de abandono y desesperanza.

Estuvo entre las firmantes, como integrante del Movimiento Indígena Nacional (MIN), del Manifiesto Político de los pueblos originarios de cara al proceso electoral en México, que finalizará con los comicios del 1 de julio, confesó en diálogo con Prensa Latina.

Un paso hacia la unidad y es importante porque hay mucho que decir y tenemos que llegar, reflexionó esta joven líder acerca del documento rubricado hasta el momento por más de 150 organizaciones y pueblos indígenas.

Cree que no se trata hoy de reclamar espacios, sino recobrar lo que por derecho les pertenece, por eso desde su visión hay que colocar a los pueblos indígenas en la agenda política. "Es como salir afuera que significa plantearnos el derecho de existencia en este estado nacional".

Para las elecciones del 1 de julio se renovarán la presidencia, los 500 asientos de la Cámara de Diputados y los 128 del Senado.

El Instituto Federal Electoral tiene registrados unos 300 distritos comiciales, de ellos 28 son indígenas, ubicados en los estados de Campeche, Chiapas, Guerrero, Hidalgo, Estado de México, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, San Luis Potosí, Veracruz y Yucatán.

De acuerdo con estimados del MIN, en el país existen 68 pueblos indígenas que agrupa a unos 16 millones de personas (más de la mitad mujeres), alrededor de 14 por ciento de la población general mexicana (en la actualidad por encima de los 113 millones de habitantes).

Los mazahua representan el pueblo indígena más numeroso del Estado de México y Michoacán (suoreste) y el término es un etnónimo náhuatl que significa "gente del venado".

Según datos históricos, provienen de las migraciones nahuas en la última etapa del desarrollo independiente de la civilización mesoamericana y de la fusión racial y cultural de los asentamientos tolteca-chichimecas.

Desde esa etapa se asentaron en la zona de San Felipe del Progreso. Justo allí la mujer es como un botín electoral cuando los candidatos caen en periodo de elecciones para buscar votos, pero la propuesta de una transformación social de fondo no lo he visto, reconoció la dirigente mexicana indígena.

¿Orgullosa de ser mujer indígena?, preguntó esta reportera.

"Dignificada más que nada", respondió María Antonieta, mazahua (o mazawa, en el hablar cotidiano).

oda/dfm

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