Por Yu Jinghao y Han Shuo, corresponsales de Diario del Pueblo en Tailandia
Pueblo en línea, 09/01/2012 -- Luego de anunciar su estrategia de “regresar a Asia”, el gobierno de los Estados Unidos ha mostrado la punta de lanza con la publicación de su último informe militar el pasado 5 de enero. Desde su aparición, ha generado todo tipo de repercusiones en el continente. Algunos países le dieron la bienvenida inmediatamente, porque consideran que la presencia de EE.UU. puede ayudar a reforzar la situación de seguridad de la región de Asia-Pacífico. Sin embargo, numerosos analistas y académicos creen que esta estrategia podría representar un factor de inestabilidad. Según un artículo escrito por Jonathan Masters y publicado en el sitio web del Council on Foreign Relations de Estados Unidos, este cambio de la estrategia podría traer la posibilidad de una mayor militarización de una región que ya es inestable.
Según un informe de Kyodo News, el ministro de Defensa japonés, Yasuo Ichikawa, le dio la bienvenida a esta nueva estrategia de Washington. En cuanto a la reducción del gasto de defensa, no considera que pueda afectar la seguridad del Japón.
Por su parte, la prensa surcoreana ha expresado un cierto grado de precaución. Según un artículo publicado el 7 de enero en el periódico Chosun Ilbo, el viceministro de políticas de Defensa Nacional de Corea del Sur, Lim Gwan-bin, dijo el 6 de enero durante una conferencia de prensa: “No afectará la cooperación militar entre ambos países. No habrá ningún cambio en el compromiso de defensa de la península coreana”. Sin embargo, el artículo indica que el gran recorte del presupuesto militar de EE.UU. y la reducción del número de tropas de infantería y marina representan una carga para la República de Corea. Según el artículo, al analizar la nueva estrategia de Defensa de Estados Unidos, es inevitable modificar sustancialmente el actual Plan de Guerra 5027, que contempla elevar a 690.000 el número de tropas estadounidenses en caso de guerra. Esa cifra es “poco realista”, si se tiene en cuenta que el número total de soldados apenas supera 1.400.000. Al sumar los recortes, dicho plan será aun más difícil de implementar.
El 6 de enero, el periódico The Times of India publicó un artículo que acentuaba la importancia de esta nueva estrategia estadounidense como una oportunidad “para establecer una asociación estratégica con India”.
La reacción de Australia, otro de los aliados de EE.UU. en Asia, fue un poco inesperada. Kim Beazley, embajador australiano en Washington y ex ministro de Defensa señaló durante una entrevista a la cadena norteamericana ABC que este cambio de enfoque de EE.UU. hacia la región de Asia-Pacífico no debería ser una amenaza para China o las relaciones comerciales entre China y Australia. Beazley dijo que no se trata de una estrategia de contención.
Los miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ANSA) dieron la bienvenida a tal estrategia casi al mismo tiempo, pero hicieron énfasis en su esperanza de que EE.UU. preste mayor atención a las aspiraciones del gran mercado de ANSA. Desde el año pasado, la región ha hecho hincapié en profundizar las relaciones con Washington, con miras a atraer a inversores estadounidenses y ampliar la exportación hacia ese país.
Actualmente, la cooperación entre ANSA, China, Japón y Corea se ha convertido en el principal motor del crecimiento económico de la región de Asia Pacífico. El sitio web CNA de Singapur publicó un artículo bajo el título ANSA le da la bienvenida al nuevo ingreso de EE.UU. en Asia. Éste expresa que, luego de varios años de haber ignorado la región, los EE.UU. finalmente vuelve a acentuar su presencia en Asia. No obstante, el texto destaca la importancia económica de esa “vuelta” y citaba las palabras del secretario general de ANSA, Surin Pitsuwan, quien destaca los beneficios que implica la vuelta de EE.UU. a la región, pues “Asia tiene un gran mercado y una gran cantidad de consumidores. Si los EE.UU. quieren aumentar sus exportaciones, entonces Asia deberá ser el principal foco de atención”.
La cadena de noticias estadounidense CNN citó a Andrew Billo, analista de la organización Asia Society, quien dijo que la nueva estrategia global de EE.UU. es tratar de sacar provecho del crecimiento económico que está experimentando Asia, al mismo tiempo que considera su presencia militar como un elemento clave para mantener la seguridad de la región.
Un análisis sugiere que los países del Sudeste Asiático no desean mucho una intervención militar estadounidense que pudiera provocar una confrontación con China y que lleve a que los países de la región deban decidir de qué lado están. Zhang Weiwei, profesor de la Escuela de Diplomacia y Relaciones Internacionales de Ginebra expresó que, en el plano económico, China es el mayor socio comercial. Sin embargo, en el plano político, sobre todo en la cuestión de disputas territoriales, algunos países buscan el “amparo” de los EE.UU. Sin embargo, a lo que no quieren enfrentarse los países de ANSA es a tener que elegir entre uno u otro. Tomar partido no está dentro de sus intereses. Por esta razón, los países miembros de ANSA tienen una actitud compleja y contradictoria con respecto a la nueva estrategia de Washington. Desean beneficiarse de las diferencias entre China y EE.UU., pero no querrían que sus intereses se dañen en caso de un enfrentamiento entre ambos países.
Según Amitai Etzioni, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad George Washington, los Estados Unidos debería ver a China como un socio para la seguridad. Los EE.UU. deberían respetar la posición de China y resolver el problema del Mar del Sur a través del derecho internacional y diálogos, en lugar de “incitar” a los distintos países para que “colaboren” en contra de los intereses legítimos de China.
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