lunes, 9 de enero de 2012

La situación de las 'revoluciones', por países


La represión y la violencia a manos del Estado continuarán azotando a Oriente Medio y el Norte de África en 2012 si los gobiernos de la región y las potencias internacionales no acometen los cambios que se les demandan. Así lo ha manifestado hoy Amnistía Internacional el informe, titulado 'Año de rebelión: El estado de los derechos humanos en Oriente Medio y el Norte de África', donde describe cómo los gobernantes han usado una violencia extrema para resistirse al clamor popular de una reforma fundamental.

Frente a esa represión, afirma sin embargo que los impulsores de las revueltas no han dado señales de renunciar a sus objetivos o aceptar reformas esporádicas.

"Los movimientos de protesta de toda la región, encabezados en muchos casos por jóvenes y en los que las mujeres ocuparon un lugar central, han demostrado una asombrosa resistencia ante una represión en ocasiones alarmante", afirma Philip Luther, director provisional del Programa para Oriente Medio de Amnistía.

Pese al optimismo que se vivió en el Norte de África con el derrocamiento de los gobernantes que, durante tanto tiempo, habían ocupado el poder en Túnez, Egipto y Libia, Amnistía afirma que estos avances no se han afianzado mediante reformas institucionales que garanticen que ese tipo de abusos no se repite.

Egipto:

El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas se comprometió a satisfacer las demandas de la 'Revolución del 25 de Enero' pero, según AI ha cometido abusos en algunos casos peores a los del Gobierno de Hosni Mubarak.

El ejército y las fuerzas de seguridad reprimieron violentamente las protestas, en operaciones que causaron al menos 84 muertes entre octubre y diciembre de 2011. La tortura bajo custodia persistió, y se juzgó a más civiles ante tribunales militares en un solo año que en los 30 años de gobierno de Mubarak.

Las mujeres han sido vejadas para que no participen en las protestas y las oficinas de varias ONG egipcias e internacionales fueron asaltadas por las fuerzas de seguridad para silenciar las críticas a las autoridades.

La ONG teme que en 2012 el Consejo Supremo renueve sus intentos de limitar la capacidad de los egipcios de protestar y expresar libremente su opinión.

Túnez

El levantamiento en Túnez trajo consigo importantes mejoras en materia de derechos humanos pero, un año después, mucha gente considera que el ritmo de cambio ha sido muy lento, y las familias de las víctimas aún aguardan justicia.

Tras las elecciones de octubre, se formó un nuevo gobierno de coalición. Moncef Marzouki, activista de derechos humanos y ex preso de conciencia es el presidente provisional del país. Para AI, es fundamental que Túnez redacte una nueva constitución que garantice la protección de los derechos humanos y la igualdad ante la ley.

Libia

En Libia persisten las dudas sobre la capacidad de las nuevas autoridades de controlar las brigadas armadas que ayudaron a derrotar a las fuerzas de Gadafi e impedir que repitan el patrón de abusos del sistema anterior.

Pese a que el Consejo Nacional de Transición pidió a sus partidarios que evitaran las represalia, los graves abusos cometidos por las fuerzas contrarias a Gadafi rara vez se han condenado. En noviembre, la ONU manifestó que, según estimaciones, 7.000 detenidos permanecían recluidos en centros improvisados bajo el control de las brigadas revolucionarias, sin perspectivas de ser sometidos a un proceso judicial adecuado.

Siria

Las fuerzas armadas y los servicios de inteligencia sirios han sido responsables de homicidios que constituyen crímenes de lesa humanidad, en un vano intento de someter a los manifestantes y los opositores. En 2011 se contabilizaron más de 200 muertes bajo custodia policial, una cifra 40 veces superior a la media anual reciente de Siria.

Yemen

La situación de punto muerto respecto a la presidencia causó un sufrimiento adicional para la población. Más de 200 personas murieron en el contexto de las protestas, y centenares más, en enfrentamientos armados. Decenas de miles se vieron desplazadas por la violencia, lo que provocó una crisis humanitaria.

Bahréin

El pasado mes de noviembre se esperaba que la presentación de un informe independiente elaborado por expertos internacionales sobre los abusos relacionados con las protestas supusiera un nuevo comienzo para el país. Al concluir el año, aún estaba por ver la solidez del compromiso del gobierno respecto a aplicar las amplias recomendaciones de la comisión.

Arabia Saudí

Anunció en 2011 grandes partidas de gasto, con la intención intento de impedir las protestas, pero éstas continúan pese a ello y a la redacción de una represiva ley antiterrorista.

Irán

El gobierno siguió acallando la disidencia, endureciendo las restricciones a la libertad de información y reprimiendo a periodistas, blogueros, sindicalistas independientes y activistas políticos.

Para Amnistía, la respuesta de las potencias internacionales y de órganos regionales como la Unión Africana, la Liga Árabe y la UE a los sucesos de 2011 ha sido poco coherente, y no ha captado el calibre del desafío al que se enfrentan los arraigados regímenes represivos de la región.

"Lo más sorprendente del pasado año ha sido que –salvo excepciones– el cambio se ha logrado en gran medida por los esfuerzos de la gente corriente que se ha echado a las calles, no por la implicación de potencias extranjeras”.



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