Joel Rufino Dos Santos es historiador y escritor. Ha dictado la cátedra de Literatura en la Universidad Federal de Río de Janeiro y es un referente de la cultura afrobrasileña contemporánea.
¿Cómo ve Brasil los procesos de los pueblos afro en la región?
En Brasil nada se sabe de los vecinos, los líderes afrobrasileños no conocen la experiencia de los ecuatorianos, conocemos un poquito del proceso de la negritud colombiana por encuentros internacionales del movimiento negro, en que nos conocimos a propósito de un evento en la Sierra de la Barriga, en Alagoas, la capital del quilombo de Palmares.
¿Qué significa el carnaval con rasgos afrodescendientes para el pueblo mestizo del Brasil?
En Brasil hubo una victoria civilizatoria de los afrodescendientes. Es decir que todo brasileño de alguna manera es negro, en sus gestos, en la música, esto fue una conquista. El problema es cuando esto tiende a convertirse en conquistas políticas, pero algo se ha avanzado.
Pero no se trata de la única victoria...
En Brasil el movimiento negro consiguió implantar en los currículos escolares, asignaturas como Historia de África, Historia de la cultura afrobrasileña, entonces, estas son las victorias, pero en su mayoría están las barreras. Brasil es una sociedad racista.
¿Por eso habla usted de que Brasil es una nación inconclusa?
Sí, es otra forma de decirlo, en el sentido de que el pueblo no tiene relación de propiedad con el territorio. Hay muchas comunidades afrodescendientes a las cuales la ley llama “remanentes” y “quilombos”, y están en todas partes, desde Rio Grande hasta la Amazonía hay quilombos contemporáneos. La figura de “remanente” es un artificio legal para encubrir lo que tratan como residuos, pero son comunidades que sobreviven desde el siglo XVII.
¿Cómo ha reflejado la literatura de su país esta historia del negro?
Es muy reciente en Brasil la literatura que trata de negros como protagonistas. El negro siempre apareció en segundo plano, como esclavo; pero desde hace cincuenta años, el negro pasó a ser personaje principal en novelas como las obras de Lima Barreto, escritor de Rio de Janeiro.
¿En Gabriela, clavo y canela, de Jorge Amado?
Con Gabriela… también, pero todavía esa novela tiene estereotipos del negro, tiene prejuicios detrás. En Lima Barreto es el negro que es gente, criatura humana, es integral. En Mario de Andrade, también, en João Ubaldo Ribeiro o en Ney Lopes, también hay muestras de que se ha avanzado en este sentido.
¿Esto es una muestra de que el lenguaje o el habla brasileña es un arma de resistencia?
El portugués que se habla en Brasil fue una creación de los negros, con la esclavitud. La lengua franca, el idioma común era el portugués, entonces el negro aprendió a hablar el portugués y lo enseñó a los mestizos, a los indígenas, a su manera, que es la manera brasileña, y es básicamente negra. Son tres dimensiones: el portugués trajo su idioma, el negro lo difundió y éste se fundió con los otros idiomas, entonces esta habla brasileña es un triunfo del negro.
¿Por qué, entonces, a pesar de tantos triunfos, el racismo persiste en Brasil y en el mundo?
Yo creo que el racismo en Brasil no tiene origen solamente en la esclavitud, sino que se debe al camino que la economía brasileña siguió hace cien años, fue el camino de la exclusión y el negro tenía la marca de la exclusión, entonces, cuanto más competitivo se hizo el capitalismo brasileño, más racista se volvió la sociedad.
Siendo el 2011 el Año Internacional de los afrodescendientes, ¿qué cree que ha hecho la comunidad internacional por África?
Yo soy muy pesimista. Yo creo que el problema principal del negro es África y África es el continente del subdesarrollo, de la explotación implacable. Por ejemplo, la Unesco hace un buen trabajo alrededor del tráfico negrero en los espacios históricos del negro, Brasil, Cuba, Uruguay; pero la cuestión principal, que está en África, no la resuelven pues no hay cómo resolverla en este marco de globalización y de triunfo del capitalismo mundial.
¿El problema del negro en el mundo se mantiene mientras se mantenga el modelo económico que...
¡Que subordina a África!
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