Las ventas de diamantes de las minas de Marange deben reportar al menos 2.000 millones de dólares anuales a Zimbabue, estimó el miércoles el ministro de Minas, tras la autorización de vender gemas de esos yacimientos donde se han comprobado violaciones de los derechos humanos.
"Teniendo en cuenta las ventas realizadas hasta el presente, Zimbabue debería percibir más de 2.000 millones de dólares anuales en ingresos brutos", declaró el ministro Obert Mpofu a la prensa.
"Durante mucho tiempo, nuestros derechos soberanos de negociar libremente nuestros diamantes han sido injustamente rechazados porque participantes hostiles a la política extranjera de Zimbabue abusaron del consenso en el mecanismo de decisión del Proceso de Kimberly, y lo politizaron", añadió el ministro, un aliado del presidente Robert Mugabe.
El Proceso de Kimberly, creado para impedir el comercio de los "diamantes de sangre", autorizó el martes la reanudación de las ventas de diamantes provenientes de dos sitios de los dominios de Marange, en el este de Zimbabue.
Consideradas como los más ricos yacimientos descubiertos en Africa desde hace varias décadas, las minas de Marange fueron invadidas en 2008 por el ejército de Zimbabue, que expulsó a miles de mineros, antes de obligar a civiles a reemplazarlos.
Según varios grupos de defensa de los derechos humanos, unas 200 personas perecieron, y otras fueron golpeadas o violadas, llevando a los expertos del Proceso de Kimberly a suspender las exportaciones de diamantes.
Obert Mpofu estimó que las ventas de diamante iban a reactivar la economía del país.
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