París, 3 nov (PL) Líderes de la Unión Europea, presentes en Cannes en la Cumbre del Grupo de los 20 (G-20), continuaron hoy sus presiones sobre Grecia para que acepte el programa de rescate impuesto recientemente en Bruselas.
El plan prevé la reducción a la mitad de la deuda griega, la recapitalización de los bancos acreedores y el aumento del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, todo ello a cambio de más recortes sociales, privatizaciones y despidos.
Previo a la cita del G-20, el primer ministro del país heleno, Giorgos Papandreu, había anunciado la decisión de convocar a un referendo sobre este proyecto, que -según una encuesta reciente- es rechazado por el 60 por ciento de la población.
Sin embargo, después de una reunión de emergencia con el presidente francés, Nicolás Sarkozy, y la canciller Federal alemana, Ángela Merkel, Papandreu dio marcha atrás y declaró que "la única manera de permanecer en el euro es adherirse a los términos del acuerdo de rescate".
A pesar del compromiso de Papandreu, la canciller alemana exigió al gobierno griego que demuestre con hechos su renuncia al referendo.
"Para nosotros lo que cuentan son los hechos", dijo Merkel durante un receso de la cumbre del G-20.
Por su parte, Sarkozy afirmó que "esta es la crisis más importante en la Unión Europea y se necesita una solución clara y firme".
Los líderes de la eurozona amenazaron a Atenas con suspenderle el próximo paquete financiero de ocho mil millones de euros, necesarios para asumir los gastos hasta el fin de año.
El tema de la crisis de la deuda en Grecia y sus consecuencias sobre otras economías de Europa y el resto del mundo, ha estado en el centro de los debates de la cita cimera del G-20, que agrupa a los países más industrializados y naciones emergentes.
jvj/car
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