Por Jaime Coronado
Para ciertos sectores de no muy pocas organizaciones autodenominadas “afrodescendientes” en América Latina, volver a los Censos Nacionales donde se discrimine a la población, según determinadas categorías raciales y etnicistas, no es una afrenta sino, paradójica e increíblemente, ¡una reivindicación!
La consigna nació durante algunas de las reuniones internacionales de los grupos y movimientos “afrodescendientes”. Desde ahí, que la mayoría de organizaciones “afros” sostuvieran la idea de que “solo conociendo cuántos somos, dónde estamos y cómo estamos, avanzaremos definitivamente en la creación de políticas públicas que conduzcan a elevar los indicadores de bienestar social, económicos, culturales, tecnológicos de las y los afrodescendientes”
Las gentes “clasificadas” y discriminadas racialmente, como producto de un “constructo” mental y cultural, la idea de “raza”, que no tiene nada que ver con la realidad biológica, y si mucho con la realidad histórica, fueron condenadas a una existencia de sobreexplotación, oprobio y marginación, y ubicadas en la escala más baja de la estructura social del poder y que, por tanto, efectivamente, hizo que fueran víctimas del racismo estructural y cotidiano. Tenemos el deber y el derecho a exigir a la sociedad y al Estado mejores condiciones de vida y que los gobiernos aprueben todas las políticas publicas que sean necesarias para reivindicarlos y sacarlos de esa ubicación histórica.
Sin embargo, ¿se trata solamente de aspirar a “subir” un peldaño dentro de esta misma estructura de poder?; pero, ¿y para las demás gentes y poblaciones que siempre han sufrido y siguen sufriendo el racismo estructural, como es el caso de las poblaciones y comunidades amazónicas? ¿Que cada uno luche por su lado y como pueda?
Que esa historia de violencia, aprobio y marginación, justificada por la superioridad del “color” de la piel sea, en parte, un legado del “esclavismo” es cierto, pero ¿acaso no se trató de un “esclavismo moderno/colonial/capitalista”? ¿acaso eso no implico una moderna forma de acumulación capitalista que aportó, por ejemplo, a la hegemonía capitalista mundial de la Inglaterra del siglo XVIII y XIX, y que por tanto, esa condición de explotación/opresión/dominación se explica por el proceso de constitución de un “patrón mundial de poder capitalista/moderno y colonial”?
Y en ese sentido, ¿no es acaso verdad que toda lucha efectivamente antirracista y contra tales condiciones de vida, no pueden dejar de estar implicadas en una lucha contra ese orden capitalista mundial/colonial?; ¿no es caso que en su etapa de “globalización del poder” ese “patrón histórico mundial, capitalista/colonial” , ha profundizado, como nunca en la historia, los niveles de tal condición de miseria estructural, no sólo para los “afrodescendientes”, sino para el conjunto de explotados y dominados del mundo?
Quizás se puede ser indiferente a ese horizonte de lucha y de conflicto, pero ¿trabajar en contra, osea, para reproducir la estructura social jerarquizada , según las ”razas”, de las primeras etapas del orden mundial/colonial? Y en lo que concierne a los Censos Nacionales, ¿será posible viabilizar ese regreso? Lean la pregunta que se hará en el Censo Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, de la que están tan orgullos ciertos grupos “afrodescendientes”:
“Según sus rasgos físicos, ascendencia familiar, cultura y tradiciones se considera: Negro (a), Afrodescendiente, Moreno (a), Blanco (a), Otra ¿cual?”.
¿Y por qué no considerar dentro de las opciones: “mulato”, “zambo”, “pardo", etcétera? Pero, también, ¿por qué no también “indio”, “mestizo”, “cholo”? o ¿las veintitantas “clasificaciones” raciales llamadas “castas” de la época del virreinato?, ¿o las cinco o seis de los Censos de hasta mediados del siglo pasado?
Por esto mismo, en un primer momento, subestime esta “reivindicación“ por ser “técnicamente” inviable y que se descartaría por si misma. Sin embargo, no pensé que el efecto de la globalización de poder actual, que efectivamente genera una profunda y abismal polarización social, pudiera llevar, no sólo a políticas liberales y “desarrollistas” de ascensión (“movilización” se decía antes) social, sino a procesos de “auto-etnización-racialización”, por parte de las mismas víctimas del poder y de la idea moderna/colonial/capitalista de “raza”.
Lo bueno de todo esto, es que la gran mayoría de la población “clasificada” racialmente por el poder, como gente “negra”, no comparte estas posiciones de algunas ONGs y movimientos “afrodescendientes”, simplemente por que no están enteradas del asunto, pero también confío en que éstas ONGs y organizaciones “afrodescendientes”, reflexionaran sobre esta medida, y que por el contrario, apunten a otras reivindicaciones de mediano plazo, pero engarzadas, no desligadas, sino articuladas, a un horizonte de largo plazo, lo que implica a un horizonte descolonial y que por supuesto implica, desterrar la moderna/colonial idea de “raza”.
(Tomado de http://otramerica.com/opinion/censos-raciales-un-mal-precedente/591)
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