Son más de cinco fuerzas políticas que buscan reagruparse en la Coordinadora Plurinacional por la Unidad de las Izquierdas. El objetivo: reposicionar la tendencia.
Se trata del MPD, Pachakutik, Montecristi Vive, con Alberto Acosta a la cabeza; Participación, de Gustavo Larrea, ambos ex integrantes de Alianza País, criticados por el Jefe de Estado. Y la corriente socialista revolucionaria del Partido Socialista Frente Amplio.
Los dirigentes dicen saber que este año y el próximo serán preelectorales. Por eso quieren un candidato que tenga una trayectoria de lucha social.
Pero su preocupación inmediata es fortalecerse, trabajar en una agenda con varios puntos. Entre ellos, el pedido de amnistía para los acusados bajo la figura de terrorismo, la organización de foros ante la Ley de Comunicación, la oposición a la renuncia obligatoria de empleados públicos... Y en consolidar alianzas para un proyecto de cambio a largo plazo, sin descartar movilizaciones.
Según Larrea, representan una vertiente democrática que ha peleado por multiplicar derechos y libertades. Recuerda que con el vicepresidente de la República, Lenín Moreno, gritaban: “¡Democracia sí, dictadura no!”, en la época universitaria.
Además de reuniones públicas como la del 9 de este mes, que agrupó a varios movimientos sociales adheridos a la coordinadora, trabajan habitualmente en sus estrategias y estructura.
Al menos una vez a la semana sesionan. El jueves, la cita fue a las 17:30, en la sede de Pachakutik, en La Floresta, en Quito. Allí planificaron los encuentros del 2 y 3 de septiembre en Esmeraldas.
La coordinadora está acercándose a gobiernos locales. En la primera cita, en Cuenca, hubo 136 autoridades. En Esmeraldas esperan sumar 150. Y se preparan para la Convención Nacional, el 15 de noviembre, en Guayaquil.
En la coalición participa el socialista Gustavo Vallejo, quien suele asistir a las sesiones de la Comisión de Fiscalización de la Asamblea , que preside su coidearia, Silvia Salgado.
También son parte del frente la Confederación de Organizaciones Clasistas Unitarias de Trabajadores, de Mesías Tatamuez; movimientos como la Conaie; el Frente Popular, con la Unión Nacional de Educadores y federaciones estudiantiles, etc. Otros miembros son los asambleístas Betty Amores y César Rodríguez, quienes dejaron Alianza País.
Acosta repite que es una propuesta desde las izquierdas para las izquierdas. No cierra la puerta a grupos progresistas, pero adelanta que no se unirán con Sociedad Patriótica, PSC, Madera de Guerrero, Prian ni PRE.
“Aislados no tendremos capacidad electoral”, admite. De hecho, el MPD y Pachakutik apenas han alcanzado el 8% del pastel electoral históricamente (recuadro).
Sobre esta convergencia, Juan Paz y Miño escribió en El Telégrafo que se trataba de un hecho inédito en la historia republicana.
Desde 1979, ni León Febres Cordero (1984-1988) tuvo la oposición tan unificada de las “izquierdas” como ocurre hoy.
Según Paz y Miño, los participantes se creen “poseedores de la verdad y la pureza izquierdista frente al resto aún engañado por quien se apropió de sus símbolos para hacer un gobierno de derecha, capitalista, extractivista, autoritario, antidemocrático, criminalizador de la protesta social”.
Frente a ello, Acosta y Larrea coinciden en que no se sienten los iluminados ni los únicos con una propuesta diferente. Señalan que a través de la historia, desde los orígenes de la República, los grupos progresistas han enfrentado a los gobiernos prepotentes.
No es la primera vez que estos actores políticos se juntan. En el 2007, MPD, Pachakutik y Movimiento País formaron un frente en la Asamblea Constituyente, al que se sumaron la RED y la ID. “Fue un bloque poderoso”, rememora Acosta, quien afirma que ya se jugó por el gobierno de Rafael Correa. Y ahora está dispuesto a jugarse por un proceso más orgánico, participativo y democrático.
No todos los políticos que mantienen sus críticas al Gobierno ven bien esa unión. Uno de ellos es Víctor Granda, socialista opuesto a la tendencia del director del partido, Rafael Quintero. Él rechaza que esas fuerzas “estén lideradas por quienes cuando estaban en el Gobierno tenían una actitud igual de sectaria y que fueron autores de mandatos antiobreros en Montecristi”.
Acosta, Larrea, Luis Villacís y Rafael Antoni, directores de MPD y Pachakutik, descartan estar juntos para oponerse a Correa. Según dicen, su objetivo es tejer luchas comunes: de servidores públicos, la de indígenas por la tierra y agua, la de los maestros, etc.
Su origen fue la coordinadora Esta vez no, a través de la cual hicieron campaña por el No en la consulta del 7 de mayo.
“Los resultados demuestran que el Gobierno perdió fuerza cuando nuestra tendencia le quitó el respaldo”, indica Larrea.
Para Alexandra Ocles, de Ruptura de los 25 (R-25), esta unión es una reacción a la consulta popular y a la falta de espacios para el debate en Alianza País. “Son distintas tendencias, que actúan desde el descontento”. Le preocupa que cada grupo mire la realidad desde su metro cuadrado, si no hay una agenda clara. R-25 no ha analizado la idea de sumarse, por el momento, ya que su actividad se concentra en la inscripción como movimiento político.
Punto de vista
Germán Rodas. Historiador socialista
'En 1944 y en 1979, hechos históricos'
En la década de los cuarenta se articuló toda la izquierda, incluso con otros sectores de oposición. El frente se llamó Alianza Democrática Ecuatoriana, eso permitió la Gloriosa del 28 de Mayo de 1944, que llevó al poder a Velasco Ibarra. En 1945, la unidad permitió que socialistas y comunistas tuvieran mayoría en la Constituyente.
El otro gran encuentro de las izquierdas ocurrió para las elecciones de 1979, a través del Frente Amplio de Izquierda. Allí confluyeron el Partido Comunista, el Socialismo Revolucionario, la Izquierda Cristiana, así como intelectuales. Y en 1995 hubo un reencuentro que permitió la unidad de los partidos comunista y socialista, para constituir el Partido Socialista- Frente Amplio.
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