Londres, 1 jun (EFE).- Empresas del Reino Unido están a la cabeza de la compra de tierras en países africanos destinadas a la producción de biocombustibles, revela hoy el diario The Guardian.
La mitad de los 3.2 millones de hectáreas de tierras dedicadas a esa producción, en países que van desde Mozambique hasta Senegal, ha sido adquirida por compañías británicas, más que las de cualquier otro país.
La producción de biocombustibles se ha vinculado al incremento de los precios de los alimentos dado que se dedican a ella tierras en las que antes se producían cultivos para la alimentación humana.
La legislación europea, que exige mezclar biocombustibles y gasolina o diesel, ha sido criticada en un informe del Consejo de Bioética de Nuffield (Inglaterra), que estudia los aspectos éticos de los avances en biotecnologías.
En Gran Bretaña, sólo un 31 por ciento de los biocombustibles actualmente usados cumplen las normas medioambientales voluntarias destinadas a proteger las reservas de agua, la calidad del suelo y las reservas de carbono en el país de origen, dice el periódico.
Aunque no hay un registro central de la adquisición de tierras en el África subsahariana por compañías extranjeras para la producción de biocombustibles, The Guardian tiene conocimiento de un centenar de proyectos y de cincuenta empresas de una veintena de países activas en ese sector.
La británica Crest Global Green Energy es la que ha adquirido una mayor superficie: 900.000 hectáreas en Malí, Guinea y Senegal.
Su consejero delegado, Tom Stuart, reconoció al periódico que es verdad que en algunos casos la producción de biocombustibles desplazan a la de alimentos.
Sin embargo, explicó, su empresa compensa la producción de biocombustibles plantando otras cosechas en tierras marginales compradas para uso agrícola.
Otra empresa británica, Sun Biofuels, alquiló 8.000 hectáreas en Tanzania para dedicarlas al cultivo de la planta "jatropha curcas", de cuyas semillas oleaginosas sale biocombustible.
"Comenzaremos a producir en un par de años. Nuestro principal interés es exportar a Europa", explicó al periódico Peter Auge, director de su oficina de Tanzania.
Según los expertos, esa planta, que no es comestible, necesita agua, fertilizantes y pesticidas para dar un buen rendimiento.
Un riesgo del que alertan aquellos es el de que los biocombustibles aumenten las emisiones de CO2 al obligar a la destrucción de los bosques para ese tipo de cultivos.
La organización Oxfam advirtió este martes en un informe de que el precio de los alimentos básicos va a duplicarse en los veinte próximos años, y a ello contribuye, entre otros factores, la expansión de la industria de los biocombustibles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario