Vivir en África y ser albino entraña un gravísimo peligro para los que padecen esta despigmentación de la piel. Los hechiceros creen que traen suerte en el amor y el trabajo. Por eso, las personas albinas se convierten en moneda de cambio.
Su sangre, sus genitales o su pelo tienen un gran valor en África. Sus dedos se utilizan como amuletos. Según creencias mágicas, cualquier parte del cuerpo de un albino sirve para crear pociones que traigan suerte en el amor y en los negocios.
En los últimos dos años 53 albinos han sido asesinados en el este del continente africano y las partes de su cuerpo vendidas a la brujería. Un keniata ha sido el primer detenido y condenado a 17 años de cárcel por intentar vender a un amigo albino en Tanzania. Le engañó con la promesa de una vida mejor, gracias a sus contactos, y de un trabajo estable como conductor. Pensaba venderlo a cambio de 300.000 dólares.
La comunidad albina de Tanzania, unas 170.000 personas, exige penas más duras para erradicar estos hechos. En países como Burundi, 13 personas cumplen condena de cárcel por asesinato. Ser albino en África es sinónimo de peligro; por ello, muchos huyen a Europa en busca de asilo.
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