jueves, 29 de julio de 2010

EL FEMINISMO COMO ALTERNATIVA GLOBAL


El feminismo, desarrollado ya a través de doscientos años de luchas y de multitud de estudios y reflexiones, es no sólo un movimiento social que reclama mejoras inmediatas para aliviar las numerosas miserias femeninas, sino también una ideología filosófica y un programa político.

LIDIA FALCON

El feminismo ha sufrido evidentes transformaciones en los últimos años, al compás de las que la sociedad y la política han vivido.En su mayor parte, ha abandonado las reivindicaciones legales que le caracterizaron durante los años de la transición- tan necesitadas como estaban las mujeres de que se adoptara una legislación moderna- y se ha institucionalizado, perdiendo su carácter reivindicativo. Así mismo, la adopción de cuotas femeninas en varios partidosha permitido el ascenso de algunas mujeres a su cúpula, y se han aumentado los porcentajes de participación femenina en los poderes democráticos. Todo ello parece demostrar un avance importante en la ya centenaria reivindicación de la igualdad.

Aunqueestos cambiosen la política parecen colmar las pretensiones de una parte de las feministas españolas, aquellas que desean sustituir por señoras los señores que ocupanlos escaños de los Parlamentos y los sillones de mando de los gobiernos, a mi parecer tal vindicación es a la vez muy corta y puede tener unos resultados funestos para el feminismo.

Al mismo tiempo, se observa cómo los partidos de derechas pretenden ejercer un feminismo nuevo cuño - modificando por la presión de los tiempos su inveterado machismo- que les sirve para hacer propaganda de su programa. Y para promocionar a las fieles señoras de derechas que alcanzan de tal modo sus más caras y personales ambiciones, y que realizan la misma política de derecha de sus jefes. Y para nadie debería ser un secreto que la derecha nunca va a tener en consideracióna los necesitados, sino los intereses y beneficios de las oligarquías.

Siguiendo en la misma línea reformista, se difunde la idea de que ha llegado el momento de establecer un nuevo pacto de las mujeres con los hombres, mediante el cual procedamos a un reparto igualitario del poder, desplazando de una vez, por anticuado, el tradicional feminismo reivindicativo. Resulta impensable, cuando no ridículo, que las mujeres puedan establecer pactos de igual a igual con los hombres, cuando se encuentran en mayoría entre la legión de los que no poseen nada.

Estas modernas ideas sobre feminismo, semejantes a la "tercera vía", lo único que pretenden es enmascarar la real situación que padecen las mujeres, de las que la OIT ha declarado quetrabajan las dos terceras horas de trabajo del mundo, perciben únicamente el 5% de los salarios y poseen el 1% de los bienes.En el Estado Español las mujeres se quedan con el 18% de la renta nacional mientras los hombres se reparten el 82% restante. El último informe de Cáritas Diocesana, recientemente publicado, denuncia la situación de pobreza, que cada vez se agrava más, de las mujeres que son cabeza de familias monoparentales, y que sólo en España supera el millón y medio.

Siempre me he manifestado contra un feminismo reduccionista que por un lado parece basar todo su programa en pequeñas reivindicaciones para obtener mejoras en la vida cotidiana de las mujeres, mientras por el otro parece contentarse conel aumento del número de representantes del sexo femenino en los altos estamentos de la política. El feminismo, desarrollado ya a través de doscientos años de luchas y de multitud de estudios y reflexiones, es no sólo un movimiento social que reclama mejoras inmediatas para aliviar las numerosas miserias femeninas, sino también una ideología filosófica y un programa político. Y por tanto posee mucho más alcance que esas simples y repetitivas peticiones de trabajo, salario y poder para las mujeres (algunas).

El feminismo no es únicamente una lista de reivindicaciones inmediatas, cada vez más corta a medida que algunas se van consiguiendo. El feminismo es una visión del mundo, una alternativa global a esta sociedad depredadora cuyas clases dirigentes han hundido en la miseria a dos mil quinientos millones de personas, que han ocasionado varias guerras exterminadoras y que están arrasando los recursos del planeta. El feminismo ofrece una cultura de la vida frente a la organización tanática que ha predominado hasta hoy. El Movimiento feminista llega a la escena de los movimientos sociales superando la reduccionista visión de los que le precedieron en la lucha, como el anarquismo, el socialismo y el comunismo, que ignoraban las necesidades de la mitad de la humanidad: las mujeres.

El feminismo no es una cuestión de biología sino de ideología, y por ello esta ideología puede ser asumida por todos los seres humanos de buena voluntad, independientemente de su sexo. Porque si bien la explotación y la opresión se ejercen sistemáticamente contra un sexo -como contra otras clases de hombres-, la ideología liberadora no se inserta de forma automática en las personas en razón del mismo. Así, podemos ver como existen muchas mujeres machistas, fascistas, de derechas o simplemente aterrorizadas e incapaces de tomar partido por nada, que se limitan a cumplir los papeles que socialmente se les han asignado. Mientras existen, afortunadamente, hombres, aunque sean pocos, que en todos los siglos han tomado la defensa de la causa feminista.

La constatación de estos hechosnos ha llevado, a un sector del feminismo en el Estado Español a crear Partidos Feministas, que representen no solamente los olvidados intereses de las mujeres, sino también el de todas las clases trabajadoras.Trabajaremos en beneficio de todas y de todos, sin estar condicionadas por las imposiciones de los grandes partidos y la llamada "alta política", que siempre pospone la defensa de los intereses de las mujeres y de los más desfavorecidos. Feminismo como alternativa política, no únicamente como programas sociales o reinvidicaciones parciales que solamente afectan aun pequeño sector. Y por supuesto, desde opciones de izquierda.

Si se aumenta, de forma mecánica, el número de mujeres en los Parlamentos, la consecuencia seráque muchas más mujeres representantes de partidos de derechas ocupen los escaños y lleven adelante una política igual a la de sus compañeros varones de ideología. Duplicaremos únicamente los votos de éstos. Pero a esta estrategia yo la denomino "mujerismo" que nada tiene de feminista.

Ser feminista es un compromiso con la mejora de la sociedad en su conjunto, es comprometerse con la cultura, el progreso y el socialismo. El feminismo, como todo movimiento liberador, es de izquierdas o no es feminismo. En consecuencia el único pacto que hay que establecer es con el feminismo. De otro modo, para que haya más mujeres en puestos de decisión realizando la misma política que los hombres de derecha, no valía la pena luchar tanto.




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