Por Alberto Couriel |*|
En estos días en que Uruguay es conocido y reconocido en el mundo por su estupenda actuación en el campeonato mundial de fútbol, es bueno repasar las principales características de la coyuntura internacional. Las relaciones de poder tienen influencia sobre las relaciones económicas, por lo que interesa una primera aproximación de las mismas, después de las crisis sufridas en los últimos años.
En materia militar, EEUU tiene hegemonía desde la culminación de la segunda guerra mundial, en el área capitalista y global, desde la desaparición de la URSS. En materia económica, analizaremos las características en el campo financiero y en el comercial. En el ámbito financiero EEUU tuvo predominio en las últimas décadas. La crisis financiera de 2008 debilitó ese poder, pero no surgió ningún otro centro financiero internacional con capacidad de sustituirlo.
Durante la propia crisis, la moneda norteamericana se mantuvo como moneda de reserva, por el respaldo que le otorgaba la economía más potente del mundo. Es factible que en el futuro predomine alguna combinación de varias monedas bajo la iniciativa de China, que tampoco tiene interés en una caída del dólar, porque mantiene la mayoría de sus activos de reservas en dicha moneda.
Los organismos financieros internacionales funcionan bajo la égida del gobierno de EEUU, que designa al presidente del Banco Mundial y controla al FMI, pese a que su director general proviene siempre de Europa. En esencia, pese a la crisis financiera de 2008, EEUU sigue predominando en el campo financiero por su moneda, su poder en los organismos financieros internacionales, y el mantenimiento del centro financiero mundial.
En el campo económico global, los aspectos financieros alcanzaron un extraordinario poder y son determinantes en la coyuntura económica, en la evolución económica y en las decisiones de la política económica. La crisis financiera de 2008 tuvo costos enormes. En estas semanas se profundiza una nueva crisis financiera, ahora en Europa, con elevados costos para dichas sociedades. Estas crisis financieras surgen como una especie de talón de Aquiles del régimen capitalista, que afecta su funcionamiento global. Los países desarrollados no han encontrado una salida común para enfrentarlas. La última reunión del G20 mostró la falta de unidad para acciones comunes y se postergaron todas las propuestas tendientes a encontrar regulaciones estatales para enfrentarlas.
En EEUU se siguen priorizando los objetivos de empleo, mientras que en la Unión Europea, al decir de Krugman, volvieron a reaparecer los halcones de la inflación, del déficit fiscal y del endeudamiento. Frente a la crisis, Europa toma medidas que la van a profundizar. Se requiere más gasto público, pero para contentar a los mercados financieros, donde predominan los grandes bancos y acciones especulativas de diversas instituciones financieras, se realizan fuertes recortes del gasto público, que traerán más recesión, más desempleo, más problemas sociales, con sus lógicas consecuencias políticas.
El régimen capitalista tiene la virtud de una gran velocidad en los cambios tecnológicos y en las innovaciones. Pero las crisis financieras continuas son un alerta importante para su mejor funcionamiento. Europa es la gran incertidumbre de los últimos meses y su segura recesión afectará la economía mundial.
En el plano comercial hay una multipolaridad desde la década del 60, con cierto grado de competencia entre EEUU, y la presencia de Europa Occidental y Japón. En la actualidad, a esa multipolaridad se agregan potencias emergentes, como China e India, determinantes en el crecimiento mundial y en la suba de los precios internacionales de las commodities. Las dificultades de cierre de las rondas comerciales, ya no derivan de diferencias entre los países desarrollados, sino que Doha mostró la relevancia de India y China en las negociaciones.
En este contexto hay discurso de libertad de comercio, que en la realidad no se concreta, por los subsidios y diversos mecanismos de protección que utilizan los países desarrollados. También en términos de relaciones de poder, destaca la presencia en el plano comercial del BRIC, compuesto por Brasil, Rusia, China e India, que intentan acciones comunes en las distintas negociaciones.
En materia comunicacional el predominio es de EEUU, lo que le da un gran poder para influir sobre la opinión pública mundial en términos de valores, ideologías, culturas. También es determinante la influencia de EEUU sobre el sistema de ideas a través del prestigio de sus universidades. En materia tecnológica puede haber cierto grado de multilateralidad, pero la presencia de EEUU no es menor. Téngase presente que el progreso técnico y las innovaciones son los factores determinantes de las relaciones comerciales.
En esencia EEUU mantiene poder político por su hegemonía militar, su predominio financiero, su hegemonía comunicacional y su poder tecnológico. Por otro lado, la Unión Europea tiene poco peso político, porque no tiene fuerza en el plano militar, ni en el financiero, ni en el comunicacional, y con una profunda crisis económica en la actualidad, que no sabemos cuánto tiempo puede durar. Claramente surge el poder comercial de China, pero no tiene influencia financiera, ni poder tecnológico, ni comunicacional. Importa destacar que China no exporta ningún modelo económico, ninguna ideología, y busca acordar con EEUU más que enfrentarlo. Desde el punto de vista regional aparece Brasil, más interesado en jugar como un actor mundial, que de asegurar su liderazgo regional.
Esta situación internacional tiene repercusiones sobre la región y sobre Uruguay. Desde 2003 hemos gozado de significativos aumentos de los precios internacionales de los productos de exportación, como consecuencia del fuerte crecimiento de China e India, que incorporan nuevos consumidores. La incertidumbre surge de la recesión europea y sus efectos sobre la demanda mundial. Importa destacar que estos aumentos de los precios internacionales se ubican en el centro explicativo del fuerte crecimiento económico del país en los últimos años. En el plano financiero surgen movimientos de capitales hacia los países emergentes. Uruguay ha recibido muy fuertes inversiones directas: provenientes del mundo desarrollado, en forestación, papel y celulosa; de argentinos en la agricultura, como en la soja; y de brasileños, como en la industria frigorífica.
Estas inversiones explican la mejora del coeficiente de inversión y una parte del crecimiento económico de los últimos años. Este fuerte crecimiento permitió una mejora significativa del empleo, del salario real, y un incremento de los ingresos públicos, que facilitaron aumentos del gasto social. Estas mejoras permitieron el aumento de la demanda interna, que consolidó el elevado crecimiento del PBI en los últimos años.
Si China e India mantienen sus altos ritmos de crecimiento, las perspectivas para el quinquenio son positivas. Pero se mantienen incertidumbres por la crisis europea y sus efectos sobre la demanda mundial y las repercusiones financieras que puedan surgir de la misma.
|*| Senador por la 609-FA, economista
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