Carlos Martínez – Presidente de ATTAC España
Los días 26 y 27 de junio volverá a reunirse el G-20 en Toronto (Canadá). La verdad es que no está levantando ya las expectativas y ríos de tinta que las anteriores ediciones, y en especial la primera de Londres, levantaron. Pero tampoco la respuesta que merece. Por lo que desde ATTAC debemos nuevamente llamar a las movilizaciones por todo lo que expondremos a continuación:
El G-20, heredero del G-8 que formaban tan sólo los estados más ricos y desarrollados según el modelo capitalista, más Rusia, hubo de ampliarse, aunque sigue careciendo de representatividad y legitimidad y hurta a la ONU parte sustancial del papel que ésta debiera estar jugando, si no se encontrara controlada por los intereses de los EE.UU. y la Unión Europea.
El G-20 trata de sustituir por la vía de los hechos a un gobierno mundial, cuanto menos consensuado, y de hecho ha sido constituido por el grupo de los 8, que ha cooptado ante la evidencia de la pujanza de los BRIC, a Brasil, Rusia, China e India pues es más que evidente la necesidad de contar con ellos para cualquier acuerdo económico en la economía globalizada.
El G20 se autoimpuso unos objetivos para la reforma del sistema financiero mundial, ninguno de los cuales se ha cumplido. Su conformación caprichosa y la divergencia de intereses entre estados emergentes y las potencias centrales, impiden e impedirán que se tomen acuerdos económicos globales.
Pero tampoco los”mercados” y sus sociedades gestoras de intereses y la gran banca privada, permitirán regulaciones que impidan, bien restaurar el “casino económico” o bien seguir colocando sus productos financieros basura y obteniendo grandes beneficios con ello.
Naturaleza del G20
En primer lugar, el club de los 20 está constituido por grandes competidores entre sí en el reparto del comercio mundial. Tienen visiones diferentes en la economía además de en el terreno político, y encima la correlación real de fuerzas ha cambiado y mucho desde que estalló la crisis financiera mundial, sobre todo desde 2007 hasta la fecha.
El G-20 se mueve dentro de los parámetros del capitalismo y su objetivo de refundarlo o reformarlo fue el primer fracaso.
Es pues objetivo del G-20 defender y tratar de reorganizar el sistema financiero especulativo vigente, y la presencia China por ejemplo, no modifica nada tales objetivos.
La creación de fondos solidarios con países en desarrollo y/o empobrecidos encomendada a su principal arruinador el FMI, es como poner la zorra a guardar gallinas y no han pasado de la fase de estudio para su posterior implementación. Además el FMI ahora tiene otras prioridades tales como aplicar a Europa, y a Grecia y España en especial, sus recetas tristemente famosas en las Américas o en África.
Objetivos imprescindibles por otra parte como la eliminación de los Paraísos Fiscales cuentan con la oposición de los EE.UU, diga lo que diga Obama, y por supuesto de Gran Bretaña, pues una parte importante de ellos están en dominios británicos. Incluso China ha heredado dos en Macao y Hong Kong y se sirve de ellos para muchas de sus exportaciones, así como de otros, británicos, para cobrárselas.
Está pues el G-20 desautorizado y desacreditado, pues ha demostrado ya su incapacidad de ponerse de acuerdo al no romper ni tan siquiera cuestionar la lógica del capitalismo financiarizado. Tratándose de una reunión entre competidoras deseosos de repartirse la torta, por lo que entiendo no tiene futuro. Además forman parte de este selecto club algunos otros estados, en papel de comparsas o buscando ciertos equilibrios políticos continentales, si bien su opinión no pesa.
G-20 y gobernanza democrática mundial
Pero lo más condenable del G-20 es la burla a la democracia y al derecho internacional público establecido en torno a las Naciones Unidas, al burlar cauces reconocidos legalmente mediante tratados internacionales, y sin bien con múltiples carencias y falta de transparencia, al menos más legitimados para buscar soluciones a la crisis económica global.
El G192, debiera ser un Foro mucho más adecuado. De hecho ya se reunió en julio de 2009 en la ONU la Asamblea General de Naciones Unidas, presidida por el Padre D’ Escoto, un nicaragüense sandinista, que consiguió a pesar de las prácticas obstruccionistas del G-20 y Europa, reunir una Asamblea, con unos trabajos previos en los que participaron sindicatos, ONGs de Desarrollo, ATTAC y otros movimientos sociales, economistas de diversas escuelas y opciones.
La llamada “comisión Stiglitz”, por el nombre de su coordinador, contó con personas como Françoise Houtardt y Pedro Páez, éste último ecuatoriano, que elaboraran un estudio con propuestas de control y regulación de los mercados de capital, fin de la opacidad y de apoyo al desarrollo y contra la pobreza. Por supuesto el G192 fue censurado por la prensa corporativa occidental y sus resultados fueron papel mojado a pesar de haber sido rebajados por Brasil, los EE.UU. y la Unión Europea en busca de un “consenso” para aprobarlos.
Lo mejor que nos dejó el G-192 fueron sus documentos, muy válidos y utilizables y una magnifica pieza de oratoria política cuajada de propuestas ilusionantes de Rafael Correa, el lúcido presidente ecuatoriano.
Más recientemente Evo Morales ha conseguido reunir el G-77 más China en sede de la ONU, para plantearles a los estados empobrecidos, en desarrollo o emergentes, una figura de gobernanza democrática mundial y por tanto frente al G20.
Es pues necesario que ante el G-20 y lo que significa la ciudadanía activa y crítica del mundo, las y los oprimidos y las y los excluidos, planteen sus reivindicaciones, pero sobre todo exijan formas de gobierno mundial de la economía, participativas y sociales, frente al reparto de los poderosos incapaces de ponerse de acuerdo, aunque si lo lograran no lo sería en interés general sino de los mercados. Es por eso que pedimos a Brasil y Argentina, pero también al Gobierno de España, otra actitud radicalmente distinta de la hasta ahora manifestada.
Mientras las gentes del mundo sufren las consecuencias del neoliberalismo, éste trata de rehacerse a través del G-20. Los capitalistas que se estrellaron e hicieron fracasar su propio modelo financiero, recuperan el control de la economía mundial para seguir sumiendo en la pobreza y la explotación a los pueblos empobrecidos pero también a las clases trabajadoras de Europa y Norteamérica.
Por todo eso, desde ATTAC llamamos a movilizarnos y manifestarnos en las calles del Estado Español, como expresión de rechazo a este club antidemocrático, y exigir:
- La supresión del G-20 por ilegítimo y la búsqueda de formas de gobernanza democráticas, al menos en la línea del G-192.
- Aplicación e implementación de los acuerdos del G-192 y del G-77, mucho más participativos, democráticos y respetuosos con el medio ambiente y la Madre Tierra.
- Eliminación inmediata de los Paraísos Fiscales y prohibición de la opacidad bancaria.
- Implantación de la Tasa Tobin y de las ITF.
- Derecho a una vida digna de todos los pueblos del planeta.
- Fin de las guerras por el control de los recursos fósiles, el dominio cultural y el control de las rutas comerciales y por tanto de los exorbitantes gastos militares a favor de pobres y empobrecidos.
- Freno a las privatizaciones de empresas y servicios públicos, tal y como el FMI propone.
- Nueva moneda de cambios mundial, que acabe con la primacía del dólar y sus secuelas.
- Democracia económica frente a capitalismo especulativo y privado.
Por una economía al servicio de las personas. Por una democracia de calidad y participativa también en el entorno internacional. Convencidos de que el G-20, ni nos representa, ni es representativo.
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