El ministro de Hacienda de Brasil, Guido Mantega, no duda de que la recuperación mundial futura estará en manos de los países emergentes: China, India, Rusia y Brasil. Y, según ha afirmado hoy en las jornadas Brasil, alianza para la nueva economía global, organizadas por los diarios EL PAÍS y Valor económico, se trata de desarrollo real porque combina fomento económico con avances sociales.
Mantega ha anticipado que la economía de su país será la cuarta del mundo en 2025. Y consciente de la crisis por la que pasa la UE, cuya recuperación se "retrasará un poco más por la situación de Grecia", se ha declarado confiado en que la deuda europea no afecte al crecimiento brasileño, "que está impulsado por la demanda interna".
Según Mantega, "mientras en España el desempleo llega a récords, en Brasil se generarán este año dos millones de puestos de trabajo". Al llegar Lula al poder, el paro era del 12%, y al final de su mandato ha bajado a la mitad. El ministro ha declarado también que su país tiene las variables macroeconómicas totalmente controladas: la deuda externa es del 12,9% del PIB, un tercio de lo que era antes. "Nuestra deuda neta está absolutamente bajo control", ha afirmado Mantega, que pronostica un déficit cero para 2012. Y ha finalizado su exposición con un mensaje solidario: "Por todo ello, Brasil está en disposición de participar en el esfuerzo del FMI para ayudar a otros países".
El salario mínimo ha aumentado un 45%
El titular de Planificación brasileño, Paulo Bernardo, ha sucedido a Mantega desde la tribuna de oradores. El ministerio de Bernardo es crucial para controlar las desigualdades que pueden manar de un crecimiento tan intenso y en un país de gran tamaño como el suyo. Lo ha explicado así: "Brasil tiene unos fundamentos macroeconómicos muy sólidos. Tuvimos que aprender tras varias décadas de hiperinflación y descontrol".
Bernardo ha insistido en varias ocasiones en la importancia del consumo interno. Sólo en marzo, ha dicho, la venta interna creció un 8% respecto al mes anterior. Para el ministro, son destacables los grandes proyectos, que atraen inversión, "pero también la política social". Sobre los primeros, ha destacado varias apuestas del presente brasileño, como el tren de alta velocidad São Paulo-Río de Janeiro -40.000 millones de reales (en torno a 18.000 millones de euros)-, las ayudas al crédito, la subida del consumo en casi todos los campos (electrodomésticos, construcción, alimentación), y la inversión que atraerán los próximos eventos deportivos.
Todo ello "sin olvidarse de los más necesitados", ha continuado. La Bolsa Familia, un programa de asistencia a los más pobres, o el crecimiento del salario mínimo un 45% (por encima de la inflación) son dos de las bazas en el terreno social. Bernardo ha concluido su ponencia despejando dudas sobre si Brasil crecerá lo mismo que los últimos años pese al recorte en el presupuesto de 10.000 millones de reales (4.500 millones de euros): "Sí", ha afirmado, antes de explicar que esta decisión persigue evitar un recalentamiento de la economía.
La conversación sobre las fuentes de financiación y el marco institucional la han protagonizado los presidentes de dos de los principales bancos de Brasil: Luiz Carlos Trabuco Cappi, de Bradesco, y Luciano Coutinho, del Banco Nacional de Desarrollo de Brasil.
Telefónica e Iberdrola
Luego ha llegado el turno de las empresas españolas. Por motivos laborales, los presidentes de Telefónica e Iberdrola, César Alierta e Ignacio Sánchez Galán, han tenido que ser sustituidos por José María Álvarez Pallete (presidente de Telefónica en Latinoamérica) y Fernando Becker, director de Recursos Corporativos de la hidroeléctrica.
Para Álvarez Pallete, las economías emergentes son las que tiran de la economía mundial. Por eso "es más seguro invertir" en esos estados "que en los desarrollados", ha declarado. Las empresas allí crecen más rápido y, de hecho, para Telefónica Brasil es el cuarto país del mundo con mejores condiciones para invertir (Álvarez Pallete sitúa a Alemania en primer lugar).
Telefónica, ha añadido, ha invertido 90.000 millones de euros en los últimos años en Brasil, "la que más". Y ha alabado a este país en particular, y a la región en general por los progresos en nuevas tecnologías: de Latinoamérica ha asegurado que "está avanzando en el campo digital más rápido que en otras regiones del mundo"; de Brasil, que este país "no es una eterna promesa sino un futuro real, y no solo en la era analógica sino ya, en la digital".
Becker ha asegurado que sus planes de expansión por Latinoamérica siguen vigentes y que apuestan por quedarse. La eléctrica tiene el 39% de Neoenergía junto con el sector público y otros actores, y otorga su experiencia en distribución. Es el primer distribuidor de esta energía en el noreste de Brasil. "La economía brasileña es una referencia de inversión a futuro, sobre todo para los proyectos hidráulicos", ha afirmado Becker.
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