lunes, 14 de junio de 2010

En Brasil, el crecimiento es la mejor campaña para la candidata de Lula

PorJorge Castro. ANALISTA

La economía brasileña creció 9% anual en el primer trimestre del año (2.7% en relación al trimestre anterior), el mayor nivel de la serie histórica. La inversión aumentó 26% en ese período y asciende ahora a 18% del PBI (era 16.3% en el primer trimestre de 2009). Pero el producto industrial creció todavía más (14.6% anual), encabezado por la industria manufacturera, que se expandió 17.2%.

Ocurre que Itaú Unibanco y el Credit Suisse estiman que el crecimiento ha sido sustancialmente mayor, con un auge de 3.4% sobre el trimestre anterior, que implica un crecimiento anualizado de 14%. Las cifras de abril corroboran esta estimación: e l PBI industrial creció 17.4% anual y 19.1% trimestre sobre trimestre.

Factores cualitativos aumentan la capacidad de crecimiento potencial de Brasil más allá del aumento de la tasa de inversión y frenan el incremento de la inflación. Son, por un lado, el auge de la productividad en la industria provocada por la incorporación masiva de bienes de equipo y de capital de última tecnología, subsidiada por la continua apreciación del real. También, la creciente competitividad de la producción del país, encabezada por el sector agroalimentario , consecuencia de la nueva inserción internacional de Brasil, en que Asia y China se han convertido en los principales socios comerciales. En las exportaciones brasileñas a China, 79% es soja, mineral de hierros y pasta de papel; y 6.2% son productos manufacturados.

El dato crucial es el financiamiento de la expansión brasileña . Lo que las empresas recaudan en la Bolsa de San Pablo, ante todo las industriales, es un tercio más que la totalidad del crédito bancario (U$S 35.000 millones en 2010). Dilma Rousseff empató esta semana con José Serra (37%); su respaldo crece a medida en que es conocida y se expande la economía brasileña; a este ritmo, la candidata de Lula podría ganar incluso en la primera vuelta de octubre.

El dilema de José Serra es acuciante. Necesita diferenciarse de la opción oficial mientras Lula tiene 86% de respaldo y la economía crece hasta 14% anual. Es probable que Serra formule su diferenciación a partir de julio y que entonces lo haga con una nueva Carta al pueblo brasileño, como la que Lula lanzó en 2002, también dirigida al alto empresariado industrial y financiero, y en general al sistema capitalista global.

Serra cree que Brasil está por debajo de sus posibilidades , sobre todo en lo que hace al aumento de sus exportaciones de manufacturas de alto valor agregado. Frente a esta situación, el problema no es la apreciación del real -resultado ineludible del ingreso masivo de capitales-, sino el tipo de cambio real, consecuencia de las limitaciones del ajuste fiscal, del bajo crecimiento de las exportaciones en relación al potencial y de las deficiencias estructurales en materia de infraestructura y educación.

Por eso la prioridad es el ajuste fiscal , cuyo objetivo no es tanto frenar la apreciación del real como multiplicar los recursos para el desarrollo de la infraestructura, como hizo en San Pablo, donde los ingresos aumentaron 40% en relación a 2006 y la inversión en infraestructura pasó de 0.6% a 1.6% del PBI.

Serra sostiene que Brasil necesita una modificación sustancial de su comercio exterior, que implica terminar con el Mercosur como unión aduanera y multiplicar los acuerdos de libre comercio con los principales protagonistas de la economía mundial (China, EE. UU., UE). Al dejar el gobierno de San Pablo en abril, José Serra tenía 55% de aprobación (Data Folha).

Todo indica que el debate electoral en Brasil a partir de julio será memorable y se referirá a las dos formas que tiene el país, y por extensión los otros de América del Sur, de acelerar todavía más su participación excepcional en este momento de expansión de la economía mundial a largo plazo.



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