La izquierda checa, "los naranjas", se presentan ante los próximos comicios del 28 y 29 de mayo como la gran esperanza para un país que, en 20 años, ha vivido el desmoronamiento de un régimen comunista, constantes cambios de gobierno y una moción de censura contra un líder que parecía haber devuelto la normalidad democrática.
El Partido Socialdemócrata (CSSD), está dispuesto a recuperar el poder tras un año de gobierno tecnócrata y "teñir" de su color, el naranja, el gobierno.
Nadie duda a estas alturas de su victoria, pero la gran incógnita es si lograrán gobernar en solitario o si será necesaria una coalición. En ese caso, entraría en juego la derecha con el Partido Democráctico Ciudadano (ODS).
¿Sería posible una coalición entre los dos grandes partidos del país? La última vez que se produjo, un dividido Parlamento dio luz verde a la moción de censura contra el gobierno de derechas del primer ministro, Mirek Topolarek, el 24 de marzo de 2009.
Desde entonces, el país ha estado bajo el mandato tecnócrata de Jan Fischer y ha desarrollado la que ya es la campaña electotal más larga de la historia checa.
Este viernes, los 14.758 colegios electorales de la República Checa han abierto a las 14.00 horas y cerrarán a las 22.00 horas. La segunda jornada de votación se celebrará mañana entre las 8.00 y las 14.00 horas.
El bipartidismo checo
Como ocurrió entonces el CSSD y el ODS vuelven a ser los protagonistas de estas elecciones. Ambos cuentan con la mayor intención de voto con el 25% y el 20% respectivamente. Estos datos varían mínimamente a medida que avanzan los días pero en ningún momento otorgan a algún candidato la mayoría suficiente como para no necesitar una coalición.
El Partido Socialdemócrata, el CSSD, se presenta a la cita electoral con Jiri Paraoubek. Éste político fue primer ministro durante un año en 2005 y debe hacer frente a una gran impopularidad principalemente entre los jóvenes, quienes boicotean sus mítines y han llegado a crear un grupo en su contra en Facebook.
Este economista de 57 años, estuvo a la cabeza de la moción de censura contra el ODS, y ha tenido numerosos pactos con el Partido Comunista Checo, el KSCM, algo que también corre en su contra debido a que la República Checa tiene aún muy presente un régimen comunista derrumbado en 1989.
En el llamado "libro naranja" constan las principales bazas de este partido de izquierdas: el énfasis en la economía y reducir el déficit público, disminuir el paro y la lucha contra la corrupción. Todo ello para, como afirmó durante la camapaña Paraoubek, "Ubicar a la República Checa en 15 años entre las 10 primeras economías de la Unión Europea".
Por su parte, el Partido Democrático Ciudadano, el ODS, tiene como candidato al joven de 45 años Petr Necas.
Este partido ha tenido que hacer frente a una fuerte crisis interna ante los malos resultados electorales de 2008 que tuvieron como consecuencia el Parlamento tan dividido que, finalmente, aprobó la moción de censura frente a él.
Por ello, su candidato ha tenido que luchar por mostrar una imagen renovada del ODS, lanzar un mensaje de tranquilidad y apelar al voto de las familias y jóvenes.
Necas fue el sucesor de Topolanek, quien hizo unas controvertidas declaraciones contra los judíos y homosexuales, y ha procurado mantenerse al margen de escándalos.
La economía es la principal baza de este partido, que cuenta con sus mayores apoyos en la capital, Praga. El ODS insiste en la necesidad de controlar las finanzas públicas, y amenaza con que la toma del poder por sus contrincantes de la izquierda supondría para el país "una crisis a la griega".
Estos dos partidos acaparan la mayoría de los votos y dejan en un tercer lugar a los minoritarios que, paradójicamente, parecen ser la clave para formar gobierno.
Los partidos minoritarios
El partido comunista, KSCM, es el partido más a la izquierda en la política checa. Este grupo cuenta con sus seguidores, como el CSSD, principalmente en aquella población descontenta con la economía del país.
Algo que se ve en opiniones como la de la votante Jana Kysilkova, que asegura que votará a un partido de izquierdas ya que, "Durante el régimen comunisa, hace 20 años, todo el mundo tenía trabajo".
Por otro lado están los Democristianos (KDU- CSL) y los Verdes, quienes han afirmado que descartan una coalición con el ODS ya que consideran que lo único que pretende es "lavar su imagen" en estas nuevas elecciones.
Dos nuevas formaciones acuden a la cita electoral, el conservador TOP09 y el Verejne Veci, VV, que registran un alto porcentaje de intención de voto, por encima del 10%, y que podrían también ser claves en la formación del nuevo Ejecutivo.
Posibles escenarios postelectorales
Con todas estas opciones políticas, las próximas elecciones pueden dejar varias formas de gobierno en la República Checa.
En primer lugar, un gobierno del CSSD en minoría que es la menos recomendable según los analistas y terminaría generando altos costes al país.
En segundo lugar, una coalición de centro izquierda con el CSSD y el KSCM, algo que no estaría muy bien visto ya que los comunistas son bastante impopulares desde el final del régimen comunista en la "Revolución de Terciopelo" de 1989.
En tercer lugar, una coalición de centro derecha del ODS con los Democristianos, el VV y el TOP09. Esto sería posible si los tres partidos de centro lograran, al menos, 100 de los 200 asientos parlamentarios, algo que parece complicado ya que los democristianos tienen complicado alcanzar el 5% para obtener representación parlamentaria.
Por último, una gran coalición entre ODS y CSSD, algo que ambos partidos han descartado ante sus diferencias políticas y su pública enemistad.
Gane quien gane, deberá hacer frente a un país debilitado por una economía en crisis y la falta de credibilidad y confianza en sus políticos. El gran reto será, por lo tanto, traer estabilidad política al país.