La Corte Electoral de Bolivia dio ayer el pistoletazo de salida a la corta e intensa precampaña que protagonizan ocho agrupaciones políticas, cuyos candidatos aspiran a llegar el próximo 6 de diciembre a la presidencia y la vicepresidencia del Estado y ocupar el mayor número posible de los 157 escaños de la Asamblea Legislativa Plurinacional.
Las tres ciudades con mayor tirón electoral, La Paz, Santa Cruz y Cochabamba, fueron ayer escenario de la algarabía de los militantes que proclamaron a sus candidatos, algunos de los cuales se encomendaron a Dios asistiendo a actos religiosos y otros pedirán en los próximos días ayuda a la Pachamama, la divinidad de los indígenas, con ofrendas de incienso, alcohol y coca, para alcanzar la ansiada meta. El binomio oficialista, Evo Morales y Álvaro García Linera, que inaugurará su campaña el viernes próximo, busca la primera reelección consecutiva en el poder. Hasta el pasado año, la reelección era posible pasado un periodo constitucional.
Las encuestas coinciden en mostrar una importante ventaja de los candidatos del gobernante Movimiento Al Socialismo (MAS) -un promedio del 50% de votos- respecto de sus dos inmediatos seguidores (entre el 18% y 11%), a pesar de que se vienen observando leves porcentajes de disminución en la intención de voto a favor del MAS, como reflejan varias consultas realizadas entre agosto y los primeros días de octubre.
La fórmula de los ex prefectos Manfred Reyes Villa (Cochabamba) y el todavía preso Leopoldo Fernández (Pando) está respaldada por el Plan Progreso para Bolivia (PPB), de José Luis Paredes, y mantiene un ritmo ascendente de popularidad entre la ciudadanía de casi todo el país. Al menos tres candidatos a la presidencia renunciaron a sus aspiraciones a favor de Reyes Villa y Fernández, al entender que ambos pueden lograr la unidad del país, venida a menos tras las tensiones generadas entre los movimientos autonómicos de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija y el centralismo del altiplano.
Unidad Nacional (UN) apoya a su fundador, el empresario Samuel Doria Medina, y a su acompañante, el líder sindical cruceño Gabriel Helbing. La pareja ocupa un tercer lugar en las encuestas de intención de voto, muy alejado de las otras cinco fórmulas, que reúnen entre el 3% y el 0,1% de la intención de voto.
El Organismo Electoral Plurinacional (OEP), la nueva denominación de la Corte en la Constitución, fijó entre el 5 de octubre y el 3 de diciembre el periodo de la campaña, y ha establecido, además, que los medios de comunicación del Estado otorguen espacios gratuitos a todos los candidatos, la mayor parte de los cuales no cuentan con suficientes fondos para afrontar una efectiva campaña electoral. Hasta ahora, los portavoces de las principales agrupaciones políticas hicieron notar que los medios estaban copados por la propaganda del oficialista MAS.
El propio Evo Morales acaba de asegurar que su partido no tiene dinero para la financiación de la campaña electoral. Todas las elecciones anteriores contaron, como ésta, con el respaldo de los aportes de los militantes, dijo Morales, que omitió la serie de protestas de funcionarios públicos descontentos por los descuentos "voluntarios" a favor del partido de gobierno.
"Mucha gente piensa que hay que tener dinero para entrar en política. Yo he llegado a la presidencia sin tener dinero, sólo por el apoyo de la conciencia social del pueblo", aseguró durante la presentación en Santa Cruz de las mujeres candidatas a un escaño por el MAS en la Asamblea Legislativa Plurinacional. Morales afirmó que los dirigentes creen que el dinero es necesario en el juego político, pues ven en la política un medio de acumular dinero y no servir al pueblo, al aludir así a la preocupación de sus adversarios que encaran con obligado voto de pobreza franciscana su campaña electoral.
El MAS ha concentrado sus esfuerzos en derribar la candidatura del PPB mediante la instauración de un juicio ordinario -y no caso de corte como corresponde- contra el prefecto de Pando, Leopoldo Fernández, en prisión por los sangrientos sucesos de Porvenir, que, en septiembre del pasado año, dejaron un saldo de 13 muertos y una veintena de heridos, en su mayoría indígenas, para convertirlo en "reo rematado" antes del 6 de diciembre y anular su postulación.
La pugna política todavía no ha estallado, pero puede percibirse la certera victoria de los bolivianos, que, una vez más, han mostrado su profunda convicción democrática. Pese a los agoreros y denunciados intentos de fraude, más de cuatro millones de ciudadanos respondieron a la invitación de la Corte Electoral para hacer posible un nuevo censo electoral, biométrico, para impedir una doble o triple votación o el voto de un sinnúmero de "resucitados".
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