Convocan a todos los Pueblos y
comunidades de Venezuela
y el mundo, a participar en el
Encuentro de Pueblos y Naciones de Venezuela
(V Seminario de Integración de Abya
Yala desde abajo)
Maracaibo 21 al 25 de Junio de 2016
Para
pensarnos y acordar nuestra lucha, desde el nosotros que somos.
Primer Llamado
Porque es tiempo de sacar la semilla guardada, sembrarla,
y defenderla.
Luego del llamado Consenso de Washington,
que marcó el fin del periodo del Estado de Bienestar en los países imperialistas de Europa Occidental y Norte
América después de la II Guerra, y el comienzo de las políticas neoliberales
en todo el mundo, muy especialmente aplicado en nuestro continente justo con el
derrocamiento de Salvador Allende en Chile (1973) por el dictador General Augusto
Pinochet y, en Europa, con el mal gobierno de la “Dama de Hierro”,
Margaret Tatcher, como Primera Ministra del Reino Unido. Esto implicó, para nosotros, un terrible ciclo de
muerte, represión, desplazamientos forzados y de resistir contra una cultura
que hacía invisible nuestra existencia cultural y social en nombre del
progreso.
El poder imperial,
embriagado de beber de las entrañas de nuestra madre tierra, se preparaba para
un plan de mayor eficiencia en el saqueo, y las multilaterales afinaban los
acuerdos para que esto fuera posible con propuestas para un ordenamiento
territorial en el que anulaban la administración de los Estados nacionales
heredados de la colonia y proponían entregar, de una vez por todas y sin intermediarios,
la administración territorial a las corporaciones; por supuesto, tanto los
líderes de los Estados-gobiernos, como sus burocracias estaban prestos a firmar
todos los convenios necesarios a este fin.
He allí el origen del ALCA y sus dos
inseparables planes de reordenamiento territorial con los que se intentó anular
cualquier vestigio tradicional de soberanía nacional, colocando a los pueblos
en la obligación de defenderse solos, y resistir desde y por sus territorios.
Estos planes aún son conocidos como el Plan Puebla-Panamá o plan Mesoamérica
(PPP), y el de las Infraestructuras de Integración Regional Suramericana
(IIRSA). No obstante, cientos de pueblos y comunidades, antes y después de que
esto fuera evidente, resultaron desplazadas de sus tierras con cualquier excusa
para así garantizar el orden necesario al saqueo.
Así, muchos de nuestros pueblos
lucharon y aún luchan, contra esta desposesión; por lo que ha sido su
resistencia la que nos ha marcado el camino, pues, a partir de ese momento
y hasta un poco más de una década después, todos los pueblos indígenas de Abya
Yala: mapuches en Chile, quechuas y aimaras de Bolivia, Perú y Ecuador y, sobre
todo, todos los pueblos indígenas de Venezuela supimos en nuestro corazón, que la
“semilla de nuestra libertad” debía ser guardada y protegida nuevamente, pues,
se trataba de un tiempo no propicio para su siembra.
Sin embargo, en 1989, la explosión
social de los de abajo de Caracas; luego,
en 1990, la Marcha por la Tierra y la Dignidad en Ecuador y
Bolivia; seguido en 1994, por el levantamiento de las comunidades mayas
zapatistas de Chiapas, la Guerra del Agua en Cochabamba, Bolivia, y el
levantamiento de la CRIC en Colombia en contra de la Guerra entre la guerrilla
y las fuerzas militares y paramilitares, resultaba evidente para los impulsores
del Consenso de Washington que los pueblos y comunidades de abajo en toda Abya Yala, estaban decididas a detener el proceso
de liquidación de los pueblos y resguardar su semilla de libertad a pesar de su
exposición a la muerte en Caracas, Ecuador, Bolivia, México, Colombia, etc.
No obstante, las fuerzas enemigas de la
humanidad en su diversidad se reagruparon alrededor de una propuesta que
tuvo como fundamento la recomposición de los espacios de poder institucional que
hicieran posible; de una parte, la creación de la ilusión de “poder” a las
comunidades rebeladas y, al mismo tiempo, garantizarse la continuidad del
ejercicio de su poder y, sobre todo, la reconfigurada aplicación de su
recetario económico ya anteriormente definido en el Consenso de Washington. En esta nueva propuesta debemos
incluir a los Gestores del Partido Comunista Chino, cuyo principal propósito es
el de atraer para su país, gran parte del capital de las grandes corporaciones
industriales del mundo, sobre todo de EEUU, Europa Occidental pero también de otros
lugares. Así, lo que se pensó como imposible se concretó en la alianza del
Partido Comunista Chino con las grandes corporaciones trasnacionales con sede
en las grandes potencias imperialistas. Lo que
nos obliga a preguntarnos: ¿Qué es hoy día el imperialismo?
Tal recomposición del poder en Abya Yala
implicó, en algunos casos, la emergencia de liderazgos o de viejos personajes
que, cabalgando sobre el lomo de la lucha de los de abajo en las calles y por lo que la mayoría (por no decir
todos), vio con esperanza la asunción del poder de los Estados-gobierno en
buena parte de los países de Suramérica (Brasil; Venezuela; Uruguay; Argentina;
Bolivia; Ecuador), y de Centroamérica, como Nicaragua y El Salvador, donde nuevos
y viejos líderes lograron posicionarse de la aspiración transformadora generada
por los de abajo a costa de su sangre
y su muerte.
Hoy, a casi tres décadas del Caracazo y
demás alzamientos de los de abajo en
todo el continente, vemos cómo la esperanza que la mayoría (por no decir todos)
pusimos en los llamados “gobiernos
progresistas de izquierda”, no resultaron ser otra cosa que cómodos reacomodos
de las mismas fuerzas del poder de la colonialidad que, desde el siglo XVI y hasta
el presente, aparentan seguir vigentes, pues, se ofrecen como “naturales”, esto
es, como propios a la naturaleza de todas las sociedades.
El hecho es que, en el reacomodo del
poder de los de arriba, en muchos de
nuestros países llegaron al gobierno de los Estados viejos y nuevos líderes de la llamada “izquierda
progresista”, quienes, se apropiaron de nuestra lucha y hasta de la sangre de nuestros muertos y asumieron un
protagonismo que, por falso, ha terminado por quebrarse de manera aplastante,
pues, su disfraz popular no resultó ser otra cosa que la calaca de su desmedida
ambición y una maldita disposición a la corrupción y a la muerte.
Los planes de expoliación y saqueo de
nuestras tierras, disfrazados por la propaganda oficial de los gobiernos como
planes “patrióticos e inclusivos”, se consolidaron. Es así que todos los
gobiernos de la izquierda proselitista aceptaron y firmaron lo necesario para
que en Mesoamérica, el Caribe y Suramérica se instaurara legalmente tal
expoliación y saqueo de acuerdo a los ejes dictados por la banca mundial. Esto
hizo sin vacilaciones Chávez desde su gobierno, por lo que no dudó en auspiciar
el uso de la renta petrolera en la subvención de proyectos orientados por el
propósito de las transnacionales, además de la corrupción implícita en tales
“inversiones”; para lograrlo, tuvo que poner bajo su control la probada
voluntad de justicia por la que más de una vez han muerto los de abajo y sobre los que él mismo y sus burócratas, cabalgaron
hasta el poder.
Por ello, a todas las movilizaciones
de justicia y lucha por la tierra de los de abajo, el Estado-gobierno y sus burócratas,
respondieron con planes de ayuda financiera en función de desmantelar su
voluntad de lucha; pero además, ilegalizaron el derecho a recuperar la tierra,
al tiempo que garantizaban derechos a los terratenientes y, sobre todo, a las
corporaciones; por lo que no dudaron en intervenir las organizaciones propias
de los de abajo y hasta crear clones
comunicacionales con indígenas, campesinos y trabajadores asimilados a esos
planes y ayudas, para invisibilizar y descalificar los esfuerzos de aquellos que
continuaban luchando. Pero además,
debemos decir que para esta operación el Estado-gobierno y sus burócratas, se
supo valer de antiguas operaciones represivas armadas desde la antropología de
izquierda al servicio del poder y las corporaciones.
No obstante, donde esto no resultaba
suficiente, se respondió con la criminalización y la muerte; por lo que durante
este periodo han resultado muertos casi un centenar de dirigentes indígenas, unos
400 luchadores y luchadoras campesinos que creyeron en la falsa reforma
agraria bolivariana, así como varias decenas de trabajadores y trabajadoras
a manos de mafias y sicarios criminales al servicio de las corporaciones pero
singularmente favorecidos por el Estado-gobierno, pues, en su mayoría resultan
ser funcionarios de los cuerpos de seguridad de Estado. Hasta el día de hoy,
todos estos crímenes permanecen impunes dado el corrupto sistema de justicia
venezolano.
Es por ello que, en medio del asombro, podemos
ver a sujetos que considerábamos afines a nuestra lucha, cómo se atreven a
tratar de explicar los más abominables crímenes en función de justificarlos
como necesarias “limpiezas ideológicas” para la estabilidad de su permanencia
en el poder como único camino para los que, como nosotros, consideran ellos, no
tenemos la capacidad de crear un nuestro propio camino.
Sin embargo, antes que sumirnos en su
derrota, estamos convencidos, es el momento de colocarnos en el disparadero de
la historia, es decir, en el estelar momento en el que ya no puede haber cabida
en nuestro corazón a una otra falsa esperanza y, por el contrario, a la
necesidad de la certera siembra de nuestra propia semilla de libertad; esa por
la que tanto tiempo hemos resistido y muerto por guardarla y protegerla, a la
espera del tiempo justo para emergerla de nosotros para todos.
Desde hace un buen tiempo atrás,
comprendimos la necesidad de la integración de los de abajo en un proyecto muy otro al de las llamadas repúblicas liberal-burguesas o de las
llamadas “revoluciones socialistas”;
por ello, en su momento, consideramos oportuno apoyar la realización de hasta cuatro
seminarios que siempre entendimos como semillas de reflexión y acuerdo,
pues, siempre le apostamos a la esperanza que, ciertamente, depende de la
comprensión de los de abajo y sus posibles
aliados, disponerse a recuperar su camino; esto es, recuperar la capacidad de
construir su propia historia y por la que autónomamente han logrado sobrevivir
hasta el presente.
Por eso, hoy, sometidos por el
Estado-gobierno de la llamada V República del “socialismo” del siglo XXI y sus clientes y amos corporativos, al
hambre por desabastecimiento inducido
por sus mafias embriagadas de migajas; cuando morimos de mengua por
falta de medicamentos de una
ciencia ajena y más privada que nunca en manos de outsourcing “humanitarios”;
cuando nuestro territorio es entregado a pedazos al mejor postor transnacional
por falta de divisas, luego de haber dilapidado en una bacanal de corrupción
más de UN BILLON DE DOLARES; luego de haber incumplido la promesa
constitucional de demarcar las tierras y territorios de los pueblos indígenas
del país; luego de haber presentado como Reforma Agraria un saqueo clientelar que
no denunciarlo descalificaría nuestra verdadera lucha por la tierra; luego
de asesinarnos con sus Distritos Militares al tiempo que, de forma
perversamente descarada se dota a los militares con cerca de un millón de
hectáreas de tierra y, por si fuera poco, se les entrega la exclusividad de
explotación petrolera y minera nacional en
alianza “mixta” con el capital transnacional minero; es por lo que
hoy podemos declarar, que la llamada V República Chavista ha muerto, y ninguno
de nuestros pueblos y naciones está obligado a morir con ella y, mucho menos, a
acompañar en su tumba a sus sepultureros.
Así, entonces, estamos obligados a decir
con toda la fuerza de nuestro corazón:
·
Que estamos obligados a luchar por la
vida de nuestros pueblos.
·
Porque nada tenemos que ver con el
latrocinio de los que aún se atreven a hablar de “revolución” en
nuestro nombre.
·
Porque los Estados-gobiernos
republicanos (especialmente el de Venezuela), han terminado por convertirse en verdaderos sindicatos
corporativos
en
manos de serviles a los intereses transnacionales, militares contrabandistas y
corruptos, narcotraficantes y todo
inimaginable engendro del capitalismo.
·
Porque YA BASTA de aceptar el asesinato
de nuestros hijos indígenas, campesinos, mineros artesanales y obreros
ejecutados por las fuerzas represivas del Estado o por paramilitares
contratados por el Estado para hacer su trabajo sucio y, además, pagados con el
propio dinero del pueblo.
·
Porque este es nuestro tiempo y no el de
los fariseos.
·
Porque aprendimos a vivir con la
naturaleza y el mundo y porque queremos vivir para que viva el mundo.
·
Porque ya no hay más tiempo para las
ilusiones, sino para construir otro mundo posible, esto es,
·
Porque es tiempo de sacar nuestra
semilla guardada, para sembrarla y protegerla en su crecimiento como
posibilidad de vida de nuestras naciones y pueblos.
En virtud de todo lo dicho es por lo que
hoy, creemos necesario convocar a todos aquellos corazones indígenas, negros,
campesinos, obreros, pobres urbanos e intelectuales dispuestos a pensar desde
el corazón, a reunirnos durante los días 21 al 25 de junio del presente año
2016, en un Encuentro de Pueblos y
Naciones de Venezuela, Abya Yala y el Mundo, en función de repensarnos como
una verdadera Confederación de Naciones y
Pueblos Autónomos de Venezuela, Abya Yala y el mundo desde abajo, en
defensa de la vida de cada pueblo, nación y del planeta todo, y en contra de
todos los enemigos de la humanidad que, ya desde ideologías de derecha o de “izquierda” han pretendido
naturalizar el sometimiento de todos los
de abajo, para lo que se sirven de la mentira, la violencia y la
muerte.
El orden de
nuestra conversa.
Punto único
Del
por qué tomar nuestro camino y cómo construirlo desde nuestra autonomía.
·
Porque somos los pueblos y naciones
originarias, previos a la existencia del Estado colonial europeo y de todos los
Estados-gobiernos republicanos; quienes, conjuntamente con todos los de abajo, sean éstos campesinos,
obreros, clases medias empobrecidas y demás pobres del campo y de la ciudad,
efectivamente, representamos el poder constituyente originario dispuestos a
construir, movilizados contra el capital, un poder propio que
no sea cooptado ni mediado por nadie y en virtud de su propia fuerza basada en
el poder real y tangible de las comunidades y pueblos en lucha, en la medida en
que éstas se dispongan a esta tarea como de cierto han demostrado estar
dispuestas en todo el continente.
·
Porque ante el desmadre al que nuestro
país ha estado sometido por todos los gobiernos de los de arriba, llámense de derecha o de “izquierda”, estamos
obligados a defender nuestra existencia y nuestra persistencia como pueblos y
naciones.
·
Porque frente al falso dilema que los de arriba nos imponen a través de
una lucha de poder entre Gobierno y oposición, la sangre y los muertos los
estamos poniendo todos los de abajo.
·
Porque mientras nosotros morimos de
hambre, de falta de medicamentos, o simplemente asesinados por una delincuencia
favorecida por el Estado-gobierno, por las
corporaciones y por las fuerzas militares nacionales,
evidentemente, ya corrompidas y podridas hasta en sus tuétanos.
·
Porque ya no tenemos tiempo de seguir
probando y comprobando la falsedad de los
de arriba o de los que sólo han aspirado llegar a ser de arriba. Porque ya los probamos a todos. Porque nos están
condenando a la muerte a todos. En fin, porque YA BASTA que permitamos que el
miserable espíritu de los de arriba
continúe condenándonos a la miseria a todos los
de abajo.
Estamos obligados y tenemos el deber de
asumir la tarea de construir autónomamente nuestro propio camino, por
nuestra verdadera soberanía, por nuestros hijos, por nuestra tierra
y por la tierra toda.
Acerca del cómo de
nuestra conversa.
1.-
Nuestro horizonte ético que nos orienta.
·
Lo primero es advertir que nuestra
convocatoria la hacemos a partir de lo que representa la máxima aspiración como
sociedad y que reposa en la memoria del pueblo wayuu y añuu, y que se define
por construirnos como pueblos simbolizados en la mano; es decir, nuestra mano que guía nuestro hacer en el
mundo.
·
Esto quiere decir, que los convocamos
desde nuestro originario pensar y hacer que, ciertamente, podemos resumir en los cinco dedos que conforman nuestra mano:
o
El primer principio es el de la
responsabilidad (asokutari)(ü) (Él responde; ella responde). Esto quiere decir, que el país que queremos
construir ha de hacerse sobre la base de la
responsabilidad de cada una y cada uno de sus miembros; no porque puedan
ser castigados por alguien de arriba,
sino porque si no somos capaces de responder por lo que hacemos o dejamos de
hacer; por lo que decimos o dejamos de decir, la comunidad, la sociedad toda,
no logra sostenerse y existir.
o
El segundo principio es el de ser kapiyari(ü), esto es, ser verdadero o verdadera; lo que ciertamente se refiere a hablar y sobre todo,
actuar con verdad. Ya no es posible soportar la falsedad de la palabra de los
“políticos” (de derecha o de “izquierda”), pues, lo que está en juego es la vida
de todos; por tanto, necesitamos construir una gran nación sustentada en la
responsabilidad y la verdad de cada uno de sus miembros.
o
Sólo la responsabilidad y la verdad
de nuestra palabra y hacer es lo que hace posible que todos podamos confiar y ser confiables, es decir, cumplir con el principio de la confianza (ayunkari)(ü) propio de una
sociedad que desea y necesita permanecer como propia, independiente y libre.
o
La responsabilidad y la verdad con la
que actuamos, así como la confianza que por esa vía logramos obtener de los
otros diferentes a nosotros, es lo que hace posible nuestra autonomía, que no
es otra cosa que ser capaces de generar por nosotros y por el compartir con los otros, todo aquello
que nos sustenta material y simbólicamente; esto es, logramos ser aüreeiri (ü), es decir, ser
capaces de hacer emerger de nosotros
la vida; pero siempre compartida con los
otros.
o
Finalmente, necesitamos reconstruirnos como
sociedad orientados por la aspiración de que cada uno de nosotros tenga como propósito
el alcanzar la sabiduría en su corazón,
esto es, tener conciencia y, en consecuencia, actuar siempre por
conciencia y nunca por conveniencia, pues, actuar por conciencia es a lo que
llamamos ser keintaari (ü); es decir, el
momento en que todos nos hacemos nosotros,
pues, cuando hablamos y actuamos por conciencia y no por conveniencia, cada uno de nosotros desaparece en su hacer, al tiempo que reaparecemos en el nosotros que somos todos
como un solo saber y un solo corazón.
En fin, estamos convencidos que estamos
obligados a reconstruirnos no sobre la base de quien sostiene e impone el
poder, sino sobre la necesidad de que cada uno y todos tengamos como propósito
un horizonte ético común.
2.- Lo que nuestro horizonte niega o, a quienes
invitamos y no invitamos.
·
Así, por lo que consideramos el
horizonte ético desde el que hacemos esta convocatoria, debemos advertir que no
estamos invitando a conformar un partido político, ni a confabular candidaturas
a diputaciones, gobernaciones y demás formas de poder del Estado-gobierno que
queremos dejar atrás; por tanto, estamos convocando a todos aquellos que, desde
el corazón de su consciencia estén dispuestos a pensar un posible otro país; de
tal manera que, rogamos a todos los aspirantes a candidatos de cualquier cosa,
se abstengan de venir.
·
En este sentido, precisamos también, que
quien convoca no es una organización partidista aunque sí política; es decir,
somos una organización que piensa y actúa entendiendo a la política y su acción
desde su profundo sentido de construcción de límites en virtud de la
territorialidad de las comunidades desde las que actúa pedagógica y
políticamente, pues, nuestra acción se centra en el campo educativo autónomo y
por la autonomía de los pueblos y comunidades.
·
Por ello, nuestro discurso,
profundamente crítico, no nos vincula a la crítica de los partidos (sean
oficialistas u opositores), y mucho menos, nos somete a cualquier plan de
acción política de ninguna de las fuerzas supuestamente en disputa por el poder
político en Venezuela.
·
Por tanto, de lo anterior se desprende
que estamos radicalmente separados de cualquier propósito de apoyar acciones
dirigidas a una supuesta toma del poder que tradicionalmente se ubica en el
Palacio de Miraflores, pues, tal como dice una vieja añuu: “No queremos Palacios, porque aún si nos
llegaran a regalar un palacio, sólo lo viviremos por tres días, pues, al tercer
día ¡Plum! Regresamos a nuestros palafitos en el agua”.
·
Es decir, lo que estamos proponiendo es,
en definitiva, la posibilidad de pensar y construir un país donde el poder no
sea un Palacio, sino el compartir comunitario descrito en nuestro horizonte
ético. Dicho de otra manera, estamos invitando a todos los dispuestos a,
humildemente, ayudar a construir otras formas de relacionarnos política,
cultural y socialmente todos los diferentes que somos en este territorio que
llaman Venezuela y Abya Yala toda, donde no sea necesario “asaltar el poder” y
no exista ningún otro tipo de asaltante.
3.-
Acerca de cómo proponemos el hacer de nuestro encuentro.
·
Tal como hemos ya indicado, proponemos
un único punto de discusión que, sabemos, llegar a acuerdos sobre el mismo
implica pensarlo desde su totalidad, es por lo que solicitamos y pedimos a cada
pueblo, nación indígena, comunidad campesina, sindicato de trabajadores y
trabajadoras, a todas las organizaciones de barrio y a cualquier individualidad
académica que desee participar de corazón en este Encuentro, que piense,
reflexione y se presente con su palabra y su propuesta en torno al Punto Único
de Debate.
·
Así, pues, estamos convencidos de que
muy probablemente durante los días del encuentro no se agote totalmente el
punto de discusión y que, aún abra puertas a nuevos debates y encuentros, es
por lo que consideramos conveniente establecerlo como punto único de agenda,
previamente conocido y reflexionado, a efectos de que todos los asistentes
puedan traer y expresar una palabra ya pensada en función de alcanzar los
acuerdos esenciales que permitan avanzar en todo lo que supone el proceso de
siembra definitiva y desde abajo, de nuestra semilla de libertad.
·
En este sentido, nosotros, los
convocantes, les haremos llegar nuestro pensar en una palabra que esperamos
reciban por lo menos con un mes de anticipación para que no sólo pueda cada uno
de los interesados en participar en el Encuentro, orientar su propia reflexión
y hasta cuestionarla pero, eso sí, venir a nosotros con el firme propósito de
aportar a los acuerdos a los que aspiramos dada la magnitud del planteamiento y
el reto que proponemos y que, estamos convencidos, nos involucra a todos por
igual.
·
No se trata entonces de una presentación
de ponencias académicas (sin menosprecio alguno) en separadas mesas de trabajo,
sino de un encuentro general de la palabra de todos; por ello, no convocamos a
un encuentro masivo aunque sí abierto a todos los que de corazón quieran
participar y encontrarse con la palabra de los otros; en todo caso, se trata de
que los asistentes o participantes se hagan presentes con una palabra
reflexionada desde su corazón, ya sea desde su individualidad o como reflexión
y voz colectiva de la organización, comunidad, pueblo o nación a la que
pertenezca y efectivamente represente.
·
Finalmente, consideramos fundamental
advertirles que convocamos a un acto originariamente constituyente y por tanto,
“subversivo” al pensar del Estado-gobierno y de todas las fuerzas
institucionales. Es decir, convocamos desde
abajo los de abajo; por tanto,
quienes convocamos lo hacemos desde nuestra precariedad; de tal manera que sólo
podemos ofrecer el acogimiento que del corazón de nuestras comunidades emerge.
En este sentido, debemos informarles que pueden contar con un patio o una
enramada familiar de las familias wayuu, ustedes podrán colgar una hamaca para
dormir y ser atendidos por la familia que les acoge. Igualmente, nos
comprometemos a acondicionar algunos espacios abiertos donde se puedan instalar
con carpas o tiendas de campaña para que colectivamente puedan convivir los
asistentes.
·
Nos comprometemos, además, a ofrecer a
los asistentes una comida (almuerzo) durante todos los días del evento. Sin
embargo, trabajamos en función de lograr desde
abajo, un poco más; pero como sólo queremos hablar desde la verdad y como
sabemos que esta no puede estar desligada de nuestras propias penurias
cotidianas, y como es sobre esas bases que queremos construir el país al que
aspiramos no podemos sino ratificarles que no estamos buscando ni aceptaremos
auspicios económicos de organismos gubernamentales o empresas privadas; que
este Encuentro será sostenido por y desde nuestras propias comunidades en su
compartir su pobreza con todos los pobres como nosotros. De allí que, cualquier
aspiración por encima de lo que podemos ofrecer, no lo cuestionamos pero
queremos que sepan que no estamos en condiciones de ofrecerla y mucho menos
comprometernos a cumplirla.
·
Por tanto, pedimos a todos los pueblos,
naciones, organizaciones e individualidades que, en lo que sea posible, vengan
preparados para cubrir parte de su sustento alimenticio y de pernocta. Así, les
recomendamos que, en lo posible, traigan en sus alforjas: enlatados de
cualquier tipo; arroz; harina pre-cocida y todos aquellos alimentos no
perecederos con los que puedan colaborar a su propia y autónoma manutención.
Igualmente, les conminamos a traer hamacas con sus respectivos mecates para
colgar; así como también, tiendas de campaña, individuales o colectivas.
4.-
Especial para quienes desde el resto de Abya Yala nos quieran acompañar en esta
lucha.
·
Es nuestro deseo y aspiración, poder contar
en este Encuentro de Pueblos y Naciones de Venezuela y Abya Yala, con
la presencia de representaciones de pueblos y naciones indígenas, campesinas,
de organizaciones e intelectuales comprometidos, con quienes previamente hemos
compartido la experiencia de los Seminarios anteriormente realizados. Sin
embargo, este al que convocamos tiene la particularidad de realizarse en el
contexto de un verdadero punto crítico para nuestro país y Suramérica en
general; por tanto, se trata de reflexionar al tiempo de dar los pasos
necesarios para la realización de los acuerdos generados por la reflexión.
Dicho de otra manera, se trata de que en este momento solicitamos una presencia
por compromiso con el hacer y no sólo con el pensar (sin desmeritar de ello).
·
En este sentido, y siendo coherentes con
todo lo anteriormente planteado, debemos decirles que no podemos ofrecerles
nada más de lo que ofrecemos a organizaciones, comunidades, pueblos, naciones e
individualidades nacionales porque, en verdad, lo que ofrecemos es lo que
realmente tenemos y contamos. No obstante, estamos convencidos de que les
necesitamos con nosotros, pues, sabemos que solitos no podemos, ya que
construir un mundo posible requiere de todo el pensar y hacer posible y de
todos los posibles.
·
Así, entonces, porque les necesitamos y
porque efectivamente queremos que estén presentes, es por lo que en lo que será
nuestro Segundo llamado les daremos todas las indicaciones necesarias
para que, individual o colectivamente, puedan todos programar y hacer efectiva
su presencia en nuestro Encuentro.
·
En todo caso, no queremos dejar de
mencionar a todos aquellos que individual o colectivamente han contribuido a
forjar este Encuentro de Pueblos y Naciones de Venezuela desde sus propias
experiencias de lucha y a partir de los Seminarios
de Integración de Abya Yala desde abajo en los que su palabra resultó
fundamental para la reflexión y la organización de las comunidades en sus
luchas.
·
Por ello, consideramos importante hacer
mención de intelectuales comprometidos como: Carlos Walter Porto-Gonçalves
(Brasil); Aníbal Quijano (Perú); Pablo Dávalos (Ecuador); Gustavo Soto (Bolivia);
Pablo Mansilla (Chile); Oscar Olivera (Bolivia); Jesús Serna (México), quienes
han tenido participación protagónica en la realización de los anteriores
Seminarios y con quienes quisiéramos contar como presentes en este crucial
Encuentro.
Coda
Final a este Primer Llamado.
Una vez le escuchamos contar al hermano
negro Juan de Dios Martínez este breve relato:
Por allá por el sur del lago, vivía en
su palafito un brujo añuu. Todos los días, frente a su casa, pasaba caminando
un brujo negro. Cuando el brujo añuu lo veía venir, pensaba: “Ahí viene ese
brujo negro que se cree muy poderoso, algún día lo enfrentaré”. Al mismo tiempo
y mientras pasaba frente a la casa del brujo añuu, el brujo negro, pensaba:
“Ahí está ese brujo indio, se cree muy poderoso, algún día lo enfrentaré”.
Hasta que un día, cuando el brujo negro se aproximaba, el brujo añuu salió al
camino y lo retó. El brujo negro entonces, se preparó para el combate.
El brujo indio sorprendió al brujo negro
al transformarse en un palo que golpeaba furioso la cabeza del brujo negro;
este, mientras corría, se transformó en candela prendiendo fuego al palo. Al
ver que se quemaba, el brujo indio se cambió a pez y se lanzó al agua. El brujo
negro entonces se cambió a pájaro buchón y se lanzó al agua para tragarse al
brujo indio pez. El pez entonces salió volando del agua convertido en pato
yaguaso; entonces el brujo negro buchón se transformó en halcón y persiguió
volando al yaguaso que, al ver al brujo negro halcón se transformó en águila, y
halcón y águila peleaban con garras y picos en el airé cuando de pronto se escuchó
un ¡PUM!, y águila y halcón cayeron heridos por el escopetazo que les disparó
un cazador español quien los recogió del suelo y así, heridos, los encerró en
una gran jaula.
Entonces, El brujo indio Águila y el
brujo negro Halcón, entendieron que debían unir sus magias para escapar del
encierro. Fue entonces que juntos comenzaron a batir fuertes sus alas rompiendo
la jaula y utilizando cada uno el ala que le quedaba buena, abrazados echaron a
volar y se fueron lejos del dominio del español.
Por eso, decía el hermano negro Juan de
Dios Martínez:
“Si queréis andar rápido tenéis que
caminar solo, pero si queréis llegar lejos siempre camina acompañado con los otros”.
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