domingo, 18 de mayo de 2014

LA HISTÓRICA EXPERIENCIA DE LA COMUNIDAD URBANA AUTOGESTIONARIA DE VILLA EL SALVADOR - CUAVES


Jaime Coronado  -  06/05/2014


Este año se celebra el 43º Aniversario de una las más extraordinarias y ricas experiencias sociales de organización popular en el Perú, en América Latina y quizás, a nivel mundial. En abril de 1971, luego de la invasión a unos terrenos baldíos de Pamplona, la población que tomó esos terrenos fue traslada en mayo a los arenales de la tablada de Lurín para constituir lo que sería la CUAVES. Ahí empieza una de las más inéditas e importantes experiencias de auto-organización social en nuestro país, y que surge en el contexto de importantes cambios, transformaciones y conflictos que atravesaba la sociedad peruana de aquel entonces. 

Todos han reconocido el esfuerzo y el sacrificio de sus pobladores para dominar los arenales y hacer de ese agreste espacio un hogar digno donde vivir. Pero no es sólo eso lo significativo de la experiencia de la CUAVES. No fue una experiencia de invasión barrial más ni fue tampoco enteramente una propuesta “autogestión” tal como lo planteara el gobierno militar de ese momento. Por el contrario y desde sus inicios, la auto-organización va crear un proyecto colectivo popular orientado por la idea de lo comunal, y por tanto, sustentado en la más amplia participación y representación  democrática de todos sus pobladores. 

Si algo caracterizó a esta experiencia social, es que tanto las diferencias e identidades culturales como los matices y corrientes políticas que actuaron en su seno  o que pudieran haber liderado o conducido a la organización en su conjunto, reconocieron este carácter comunal. El “cuavismo” no solamente implicó una identidad con lo comunal, sino también el reconocimiento, el catamiento y la legitimidad de un poder popular que se generaba desde abajo, a partir de una voluntad de enfrentar no sólo sus condiciones inmediatas de vida, sino estar ligado y percibirse como parte de un proyecto de cambio y transformación del país, de la sociedad y del orden capitalista mundial. Es desde esa perspectiva que en la primera Asamblea de Secretarios Generales del 8 de noviembre de 1973, se aprueba el nombre definitivo de “Comunidad Urbana Autogestionaria” de Villa El Salvador y en la Asamblea del 18 de noviembre del mismo año se elige al primer Concejo Ejecutivo Comunal encabezado por quien desde sus inicios propuso la forma comunal de organización, el legendario dirigente Apolinario Rojas Obispo.  

Es desde la auto-organización y el poder comunal democrático que los pobladores planifican la forma de su estructura urbana, son ellos los que deciden crear y construir los Grupos Residenciales y las manzanas, la creación y ubicación de sus módulos y núcleos educativos, los espacios colectivos y comunales, los que deciden sustentar su existencia en una estructura productiva no explotadora sino solidaria, de autogestión comunal y no para el lucro y el interés privado, los que proyectan el espacio para el futuro Parque Industrial, crean los grifos comunales para autoabastecerse de kerosene y abaratar su costo, regulan el tránsito, el transporte y enfrentan los problemas de salud creando la farmacia comunal. Son ellos los que adquieren plena conciencia de sus derechos ciudadanos, los cuales son exigidos al gobierno y al Estado, mediante el dialogo, la negociación, pero muchas veces mediante la movilización y la lucha directa. Es la comunidad la que apoya la lucha de los maestros y la que  lidera la organización y centralización de todas las otras experiencias barriales y de los llamados en ese entonces pueblos jóvenes.    

Es ese de poder popular, democrático  y auto-organizado desde abajo, el que le da sentido a sus otros rasgos inéditos y característicos como la autonomía frente al gobierno y al Estado. Es una experiencia democrática sustentada en el debate y la toma de decisiones de manera amplia y colectiva, lo que se proyecta como una verdadera y genuina forma de autogobierno. Los pobladores crean y formulan sus propios Estatutos, en los que sus instancias de dirección son las Convenciones, reunión de los representantes de todos los pobladores para la toma de sus decisiones más fundamentales, un Comité Ejecutivo Comunal, encargado de llevarlos a la práctica, define a las Asambleas de base como espacios de debate y de decisión, que regulan y norman la convivencia diaria de sus habitantes en diversos campos y dimensiones de su existencia cotidiana y define el control directo y la revocatoria de sus dirigentes, en caso no cumplan con los acuerdos democráticos. Es ante todo, una experiencia colectiva que se define por un proyecto desde los pobres, explotados y dominados, y por ello, genuinamente socialista. 

En su I Convención realizada entre el 28 y el 30 de Julio de 1973, deciden la plena participación en la CUAVES, no sólo de los llamados “jefes de familia”, sino de todos los pobladores mayores de 18 años,  sepan  o no leer y escribir, con lo cual definen una “ciudadanía popular”, y es aquí donde se adopta una de sus declaraciones más fundamentales:”Los pobladores de Villa el Salvador rechazan, condenan y repudian toda forma de organización social, económica, política y cultural basada en el sistema capitalista. E incorpora a su conducta social, a su organización vecinal y a sus creaciones políticas y culturales, los principios socialistas de solidaridad y fraternidad entre todos los pobladores”. Esta idea de socialismo no es entendido como la mera anulación de lo privado, ni como mera estatización de la economía, sino ante todo, como colectivización y socialización de un poder que se genera a partir de la interacción y la participación activa de todos.

Esta perspectiva del poder democrático se ratifica y fortalece en la famosa III Convención realizada del 5 al 27 mayo de 1979 con el nombre de “Primitivo Campos Roque”, en homenaje al mártir de VES asesinado durante el histórico Paro Nacional Unitario del 22 y 23 de mayo de 1978. Esta Convención significó unos de los más importantes hitos en la historia de la organización popular peruana, pues no sólo implicó la participación amplia y democrática de los representantes comunales, sino también la presencia de dirigentes sindicales, campesinos, de mujeres y de todos los partidos entonces comprometidos en la lucha contra la dictadura militar. La discusión se desarrollo en múltiples Comisiones que trataron desde cuestiones de su organización interna, pasando por el fortalecimiento de sus entes o empresas comunales hasta abordar la situación internacional. Todos estos debates fueron públicos y eran seguidos por los pobladores a través de parlantes colocados para ese fin. Aunque en otro contexto, la CUAVES es también el espacio donde se realiza la Asamblea Nacional Popular de mediados de los años de 1980.    
   
A sus 43 años, es evidente que la CUAVES, como poder democrático y popular, se fue debilitando a lo largo del tiempo, pero la explicación de ello no se encuentra en la formula comunal ni en su participación democrática.  Fueron muchos los factores y actores que actuaron en su contra, a veces de manera inconsciente, pero otras de manera consciente. Una parte de la llamada “izquierda” con afán de “copamiento” y otras con fines electorales, pretendió presentarla como producto del “velasquismo” y hasta trato de apropiarse del producto de sus bienes y empresas comunales debilitándolas. Al momento de decidir convertirse en distrito para mejorar sus condiciones de vida, aspiro a que el poder popular orientara la actuación de su municipalidad, pero quienes la condujeron, la asumieron como un poder “superior” a la CUAVES, pensando a ésta como una mera “organización vecinal”, llevándola al conflicto y al enfrentamiento. 

La experiencia comunal de la CUAVES logro resistir y enfrentar las profundas crisis económicas de mediados de los 70, de inicios de los 80, y sobre todo, la debacle de fines de esa década y comienzo de los 90, del siglo pasado. Pero el producto social de esas crisis en su entorno, generó nuevos actores y nuevos agentes,  con una lógica y con intereses contrarios a la democracia popular. Factores de importancia fueron también, de un lado, el surgimiento de organizaciones como “sendero luminoso” que empleo el terror y el asesinato en contra de la organización, y otro, el surgimiento de un régimen político corrupto y represivo como el fujimorismo, colocando a la CUAVES, como a todo el país, en un contexto de “guerra sucia”.

Pero a pesar de ello, toda esta larga y rica experiencia nos demuestra que lo más fundamental, genuino e  importante en la experiencia de Villa El Salvador, fue creación heroica de sus propios pobladores organizados en la CUAVES, y que cualquier alternativa de mejora sustantiva y superior en las condiciones de su existencia cotidiana, sólo podrán lograrse, no sólo manteniendo dicha experiencia en nuestra memoria histórica, sino inspirándonos en ella para construir una comunidad, una sociedad y un país, más justos, más igualitarios y realmente democráticos.




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