María Parra
Barcelona, 19 abr (EFE).- Al menos 34 de los más
de cien pueblos y comunidades indígenas que viven en Colombia viven una
situación de "crisis humanitaria" y están amenazados con desaparecer,
según Juan Manuel Ávila, colombiano afincado en Barcelona y activista
del Observatorio por la Autonomía y los Derechos de los Pueblos
Indígenas de Colombia (ADPI).
En una entrevista con Efe, Ávila ha
explicado que en Colombia existen actualmente un centenar de pueblos y
comunidades indígenas, con una población que alcanza casi el millón y
medio de personas, cuyo estilo de vida se basa en principios de
"equilibrio entre los seres vivos, armonía, reciprocidad y defensa de
los bienes comunes".
"Cuidan de su entorno y de la Naturaleza, y
tienen una gran vocación democrática, con representación política
rotativa y decisión comunitaria directa, que afecta a todas las personas
de la comunidad por igual", ha añadido el miembro de la ADPI.
Pero
34 de estos pueblos ven peligrar su sistema de vida y viven amenazados y
corren el riesgo de desaparecer, como ya reconoció la Corte
Constitucional colombiana en 2009, situación que, lejos de arreglarse,
se ha agravado, según Ávila.
Este colombiano lucha desde el otro
lado del Atlántico para evitar "el exterminio humano y cultural" de
estos pueblos desde el Observatorio por la Autonomía y los Derechos de
los Pueblos Indígenas de Colombia (ADPI), un colectivo de organizaciones
y personas que trabajan en Barcelona para defender los derechos humanos
y colectivos de los indígenas colombianos.
Ávila denuncia que la
situación actual que están viviendo los pueblos indígenas es "una
situación de crisis humanitaria, debido principalmente al conflicto
armado" entre el ejército colombiano y la guerrilla de las FARC, "que se
está desarrollando en algunos territorios indígenas".
"La posición autónoma en el conflicto armando les ha supuesto convertirse en víctimas de ambos bandos", asegura.
Por
eso, ha añadido, "lo que exige el movimiento indígena es que les dejen
al margen del conflicto y que desmilitaricen sus tierras".
Aunque
parece que el conflicto armado está entrando en su fase final, con el
inicio de las negociaciones de paz entre ambos bandos, el activista ha
explicado que "los pueblos indígenas no han sido invitados a participar
en las negociaciones", por lo que "se están negociando y pactando cosas
sin tenerlos en cuenta".
Tampoco son optimistas respecto a la
situación del posconflicto porque "el fin de la guerra no supone el fin
de los proyectos empresariales, la mafia o el narcotráfico".
Según
Ávila, los pueblos indígenas, como los Awá, los Nasa o los Senú, temen
especialmente la puesta en marcha de "iniciativas y macroproyectos
basados en la economía extractiva, porque van a generar violencia en el
territorio por su control".
Otro de los problemas principales que
han sufrido los pueblos indígenas ha sido la "invisibilización
internacional", según el activista, por lo que su situación ha pasado
desapercibida durante mucho tiempo.
No obstante, "gracias a la
organización de los pueblos y comunidades, el movimiento indígena se
está fortaleciendo" y están poniendo en marcha "mecanismos de derecho
internacional" para traspasar fronteras y llegar a diferentes
instituciones internacionales.
Así, el pasado mes de marzo
algunos líderes indígenas hicieron una gira por Europa para denunciar su
situación ante diferentes organismos, llegando hasta la oficina del
Relator Especial sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas de la ONU,
donde entregaron el "Informe sobre el exterminio del pueblo Awá".
El
Observatorio ADPI está ayudando a promover todas estas acciones, y
desde Cataluña se están creando "espacios de intercambio entre el
movimiento indígena y los colectivos catalanes" para crear "lazos de
solidaridad, no sólo en vertical, sino de ayuda y respaldo mutuo", ha
concluido Ávila.
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