A 40 años de su muerte y en momentos en que la Corte Suprema está por decidir el cierre definitivo del proceso que indaga en las causas de su deceso, una investigación histórica y forense contenida en el libro "Allende. Yo no me rendiré” (Ceibo, septiembre 2013) demuestra que el Presidente no se suicidó.
Un testimonio obtenido a
contramano da cuenta que el general Javier Palacios le habría propinado
el disparo en la frente al Mandatario, evidenciado en peritaje químico
de 2011 que había sido mantenido oculto… hasta ahora.
El presidente Salvador Allende fue
rematado con un disparo en la frente. Es lo que concluye el Informe
Pericial Químico N° 261 (de 27 de mayo de 2011), elaborado por el perito
químico Leonel Liberona Tobar.
En el ítem Conclusiones afirma
textualmente: “En la muestra N° 3 (situada en la frente), se constató la
presencia de plomo, bario y antimonio, cuyas concentraciones son
compatibles con un orificio de entrada de proyectil balístico generado
de corta distancia”.
Este disparo de entrada de proyectil en
la frente se alinea perfectamente con el “orificio redondeado de salida
de proyectil tallado a bisel externo” con el que quedó el cráneo de
Allende tras el asalto a La Moneda, según consta en el informe de la autopsia Nº 2449/73. Esta fue realizada la noche del 11 de septiembre de 1973 en el Hospital Militar por el médico legista Tomás Tobar y el ginecólogo José Luis Vásquez.
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