La ONU informó hoy de la muerte de seis cascos azules de la Misión
Internacional de Apoyo a la República Centroafricana con Liderazgo
Africano (MISCA), así como de uno de sus empleados, a consecuencia de la
violencia en ese país.
El secretario general de Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, externó
en un comunicado su consternación por la persistente violencia entre las
comunidades en ese país, así como por informaciones relativas al
hallazgo de decenas de cadáveres en Bangui, la capital.
Estableció por ello que es urgente dar seguridad y protección a la
población civil, ofrecer asistencia humanitaria e impulsar las pláticas
de paz y pidió a las autoridades transitorias cumplir con su obligación
de actuar contra aquellos que usan la violencia y la fomentan.
En ese sentido, el titular de la ONU dio la bienvenida a los llamados
a la calma expresados por líderes religiosos cristianos y musulmanes,
en un intento por detener los frecuentes ataques sectarios que ocurren
en ese país africano.
La violencia en la República Centroafricana comenzó luego de que el
presidente Francois Bozize fuera obligado en marzo a huir del país por
una ofensiva de la coalición de rebeldes Seleka, que ha formado un
gobierno de transición que no ha logrado estabilidad.
El conflicto armado parece tomar además un rostro religioso y comunidades cristianas y musulmanes han montado ofensivas mutuas.
Agencias de la ONU reportaron que suman 600 las personas que han
perdido la vida en el conflicto tan sólo en lo que va de diciembre y que
unas 159 mil individuos han debido dejar sus lugares de origen para
evitar la violencia.
JSO
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